Los negocios fantasma siguen sin freno en Barcelona: de las cocinas a los supermercados
- Este septiembre han empezado a operar seis más, de la mano de una multinacional turca.
- Vecinos de Les Corts rechazan uno allí, aunque la empresa promete ser "sensible" con el entorno.
- El Ayuntamiento afirma que sigue el caso y que está "analizando este nuevo tipo de actividad".
- Un experto apuesta por regular estos supermercados y porque tengan salas de espera para los ‘riders’.
- Los vecinos urgen a prohibir las 'dark kitchens' en barrios de Barcelona tras medio año de suspensión de licencias.
Cuando Barcelona ha logrado parar, por el momento, la expansión de las 'dark kitchens' o cocinas fantasma, se extienden ahora los supermercados fantasma, que se distinguen de los tradicionales en que están cerrados al público y solo venden mediante apps de compra a domicilio. El Ayuntamiento, ante las quejas vecinales, suspendió en marzo durante un año las licencias de las cocinas, con el fin de estudiar cómo regularlas, pero todavía está por ver qué hará con los súpers, que también están motivando protestas de los barceloneses.
A los que han proliferado en la ciudad en los últimos años, como los de Glovo o Gorillas, se acaban de sumar otros seis de la multinacional turca Getir, que empezaron a operar el 15 de septiembre y ofrecen entregas en unos 10 minutos. Además, desde la empresa informan de que tienen previsto abrir más supermercados en Barcelona.
En el pasaje de Xile del distrito de Les Corts, por ejemplo, la compañía tiene un local en obras, que ha puesto en pie de guerra a los habitantes del barrio. "Hemos recogido ya unas 630 firmas en contra de que abran aquí un supermercado fantasma", afirma Andrés Quílez, presidente de la Associació de Veïns de Sant Ramon. "No es la calle para ponerlo", añade, y señala que la principal preocupación de los vecinos es que como consecuencia del movimiento de los 'riders', crezca el tráfico en este pasaje "protegido" y "estrechito" de casas bajas, con dos guarderías y "preferencia para los peatones". Los vecinos calculan que el súper podría gestionar entre 700 y 1.000 pedidos al día", dice Quílez, que considera "imposible" que los repartidores respeten el límite de velocidad de 20 kilómetros por hora si tienen que hacer entregas en 10 minutos. "Esto no es una zona industrial para meter una industria de distribución", afirma.
Fuentes de Getir, por su parte, no aseguran que el local del pasaje Xile se vaya a convertir en un supermercado, y en cualquier caso, señalan que la empresa es "sensible" y tiene el "máximo cuidado" para no crear molestias a los vecinos. Cuentan que todos sus supermercados disponen de un espacio dentro para que los repartidores puedan esperar allí con sus vehículos –bicicletas y motocicletas eléctricas– y no en la calle. También aseguran que velan por una buena "convivencia con el pequeño comercio".
Desde el Ayuntamiento, explican sobre el local de Les Corts que les "consta un enterado de obras", pero que todavía "no se ha presentado ninguna licencia de actividad", y que "el Distrito está en contacto con los vecinos y hace seguimiento del caso".
Acerca de los supermercados fantasma, las mismas fuentes municipales señalan que el consistorio "está analizando este nuevo tipo de actividad, con el objetivo de preservar el comercio de proximidad y minimizar el impacto sobre el espacio público".
También indican que la venta por internet está regulada a través de la Ley 18/2017 de comercio, servicios y ferias. Esta establece, apuntan, que la distribución y el transporte de los productos "se tienen que hacer de manera sostenible y con el menor impacto medioambiental posible", y que se debe "garantizar la seguridad" de los trabajadores.
Eduard Álvarez, profesor de transporte y logística de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), afirma que es partidario de regular los supermercados fantasma. Apuesta porque los 'riders' dispongan en los locales de "salas intermedias donde puedan esperar" y porque se garantice que estos negocios tengan "un impacto mínimo" en el entorno.
El profesor considera que estos súpers han venido para quedarse, porque "la digitalización de los procesos empresariales hace que aparezcan nuevas formas de operar". Además, afirma que deben estar en el centro de las ciudades y no en la periferia, para que los repartidores puedan desplazarse en bici, moto o patinete, y no con camionetas o camiones que no se ponen en marcha hasta que están llenos. Es la forma de poder ofrecer entregas rápidas, señala el experto, que destaca que "una cosa buena es que se usan vehículos más pequeños".
‘Riders’ con contratos a tiempo completo
Desde Getir, la empresa de supermercados fantasma que ha empezado a operar este mes en Barcelona, señalan que sus repartidores están "contratados a tiempo completo" y tienen "estatus de empleados".
También afirman que "han recibido cursos sobre seguridad y no cargan los pedidos a sus espaldas, ya que estos van en cofres" en sus motos y bicis.
En España, la compañía también tiene 13 súpers en Madrid.