Pedro Jiménez, de 71 años, es un grancanario que vive en La Palma desde hace tres años que ha renunciado a la alternativa habitacional facilitada por el Cabildo de La Palma porque no quiere abandonar a sus tres compañeros de vida: sus tres perros.
Ni siquiera han llegado a entrar en el campo de fútbol de Los Llanos, habilitado para albergar a los vecinos evacuados por la erupción volcánica. Ha dormido las últimas tres noches en su coche acompañado de sus tres bodegueros andaluces, a los que no se les permitía la entrada en las instalaciones hasta este martes.
"Mi hermano está en el cuartel, pero yo no me pude ir porque tengo a mis tres perros, así que estoy aquí durmiendo en el coche", relata Pedro. "Me dijeron que les llevaban a una perrera, pero yo sin ellos no me voy a ningún lado".
Este vecino cuenta a 20minutos que dispone de comida que le han acercado sus familiares. Junto al coche que ha convertido en hogar improvisado, relata que desalojó su propia casa "antes de que me avisara nadie, cuando vi explotar el volcán".
Desde entonces, ha preferido dormir en su vehículo junto a sus tres perros mientras espera encontrar una solución, si bien reconocer que "alguien que te deje entrar en su casa con los tres perros es complicado".
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