El progresivo avance de la lava del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, mantiene con el alma en vilo a los vecinos de la isla ante la posibilidad de que la colada alcance finalmente la costa, después de más de una semana desde el inicio de la erupción. La lengua de fuego ha engullido todo a su paso, llevándose por delante cientos de edificaciones, entre ellas las de Todoque. Los expertos advierten de que, al entrar en contacto con el mar, generará columnas de vapor de agua cargadas con ácido clorhídrico y podría producirse una lluvia ácida, aunque alertan de que no tendrá grandes efectos para la salud.
Durante los últimos días, la velocidad de la colada ha variado sustancialmente y ha condicionado las previsiones de los expertos sobre el momento de su llegada a la costa. Tras el incremento de ritmo del fin de semana, Inés Galindo, vulcanóloga del Instituto Geológico Minero del CSIC, explicaba en la radio pública canaria que, según las mediciones de las dos de la madrugada del lunes, la lava se estancaba antes de la montaña de Todoque, pero tendía a coger rumbo por el norte hacia el mar. Sin embargo, ha puntualizado que puede cambiar de dirección en el último momento, hacia el sur.
A lo largo del lunes, la lava se ha ralentizado notablemente, a causa, en parte, de los parones en la actividad del volcán, que han impedido que se produzca la incorporación de nuevo material a las lenguas existentes. Sin embargo, a media tarde, el Cumbre Vieja ha vuelto a registrar explosiones, presentar fuentes de magma y nuevas coladas. Estos cambios ponen de nuevo sobre la mesa las incertidumbres sobre el instante en que llegará a la costa.
Por su parte, Eugenio Fraile, científico de Instituto Oceanográfico a bordo del buque Ramón Margalef, ha indicado también a la radio canaria que esperan a la lava y han realizado una batimetría de cómo es la superficie del terreno cubierto por el agua, el fondo del mar, en el lugar al que pueda llegar, para ver cómo se modifica y afecta al ecosistema.
La radiotelevisión canaria, que está facilitando las imágenes de la erupción en directo a los medios de comunicación, ha colocado una cámara en la zona en la costa en la que previsiblemente tocará la lava al mar, y que ha sido desalojada ante la posibilidad de que se emitan gases nocivos.
¿Qué ocurrirá al chocar la lava con el mar?
Al pensar en una llegada de la lava al mar, lo primero que se viene a la mente es el choque térmico que se produce entre ambas sustancias. Por un lado, el agua se encuentra a una temperatura de unos 20ºC, mientras que la lava está a 1.000ºC.
Por tanto, si se produce esta llegada de la lava al mar, se formarán lo que se conoce como penachos, que son unas columnas de vapor de agua cargadas con ácido clorhídrico (HCl) debido al del importante contenido de cloruro (Cl-) en el agua de mar.
Igualmente, estos penachos contienen también diminutas partículas de vidrio volcánico que se forman como consecuencia de la reacción que se produce al entrar la lava en contacto con el agua de mar.
Cuando los ríos de lava lleguen al mar, una posibilidad es que lo hagan en forma de una enorme cascada que caerá por un acantilado de unos cien metros de altitud.
Ello, ha explicado el catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Mangas, generará unas enormes nubes de vapor ácido, ya que el agua de mar contiene 35 gramos de sales por kilo.
¿Qué es la lluvia ácida?
La lluvia ácida es un fenómeno que consiste en cualquier tipo de precipitación que contenga componentes ácidos, como puede ser el dióxido de azufre (SO2), el gas presente en La Palma tras la erupción del volcán.
Durante una lluvia ácida, los ácidos sulfúrico y nítrico que se forman en la atmósfera caen al suelo mezclados con lluvia, nieve, niebla o granizo, un fenómeno que tiene consecuencias en los ecosistemas.
Qué efectos tiene la lluvia ácida en la salud de las personas
Desde The Environmental Protection Agency (EPA) de los Estados Unidos indican que caminar bajo la lluvia ácida "no es más peligroso para los humanos que caminar bajo una lluvia normal".
Por su parte, la fauna y la flora son los más afectados por estas lluvias ácidas. Cuanto más ácido se introduce en los ecosistemas, más aluminio se libera, ya que este tipo de agua filtra el aluminio presente en la arcilla del suelo.
Aunque algunos animales y plantas toleran mayores niveles de aluminio, otros son muy sensibles a los ácidos, ya que la acidez influye en el pH, que va disminuyendo cada vez más.
En cuanto a los posibles peligros de la lluvia ácida que se produciría en el caso de que la lava entrase en contacto con el mar, el Dr. Pedro Cabrera, neumólogo y presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas, afirma a 20minutos que este fenómeno "tiene más problemas desde el punto de vista de arruinar cosechas y agricultura o contaminar suelos que problemas de salud".
Las columnas de vapor de agua, de un color blanquecino, contienen diminutas partículas de vidrio volcánico, aunque no se trata de una columna o penacho tan energético como el que tiene lugar en el cono, donde se están produciendo gases volcánicos ácidos que se inyectan a la atmósfera con tanta energía que llegan a alcanzar los 5 kilómetros de altura.
El régimen de vientos en la zona dónde se producen estos penachos volcánicos costeros contribuye a la dispersión de estas columnas, pero el peligro que representan es muy local, en el entorno del área donde se produce el encuentro de la lava con el mar.
La inhalación o el contacto de gases y líquidos ácidos pueden irritar la piel, los ojos y el tracto respiratorio, y pueden provocar dificultades respiratorias, especialmente en personas con enfermedades respiratorias preexistentes, advierte Involcan.
Además, las autoridades han advertido que el contacto de la lava con el mar podría producir ondas expansivas que lleguen a viviendas de la zona, por lo que se pide a ciudadanía no situarse cerca de ventanas.
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