La erupción volcánica en La Palma se reactiva tras los parones y las coladas aceleran en su último tramo hacia el mar

El volcán de La Palma vuelve a registrar explosiones, fuentes de lava y coladas.
El volcán de La Palma vuelve a registrar explosiones, fuentes de lava y coladas.
EP
El volcán de La Palma vuelve a registrar explosiones, fuentes de lava y coladas.
El volcán de La Palma vuelve a registrar explosiones.
ATLAS

Cuando el volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, parecía haberse tomado un respiro este lunes con varios parones de su actividad a lo largo de la jornada, a media tarde volció a modificar su comportamiento para sorprender a los vecinos de la isla con nuevas explosiones, fuentes de lava fluida y más coladas, que avanzan imparables ladera abajo sobre las lenguas ya existentes. Estos cambios disparan otra vez la incertidumbre sobre el momento en que este material llegará al mar, una de las grandes incógnitas desde el inicio de la erupción hace más de una semana.

La primera sorpresa la dio el volcán la madrugada del lunes, cuando súbitamente soltó un estertor y entre las 3.30 y las 4.15 horas espació cada vez más sus rugidos, que eran menos intensos. Sobre las 7.00 horas en las islas, apenas escupía pequeñas coladas de ceniza, según constató la Unidad de Respuesta Geológica ante Emergencias del IGME.

Esta calma coincidió con una bajada en la señal de tremor y un desplazamiento del enjambre sísmico hacia el sur de la isla, a profundidades de unos 10 kilómetros, en una ubicación similar a los movimientos que se detectaban una semana antes de la erupción, cerca de Fuencaliente. No obstante, los expertos alertaban de que este comportamiento no permite anticipar nada seguro sobre la evolución. 

Estos ceses temporales en la actividad del volcán, como el vivido este lunes, no implican que las explosiones no puedan regresar de manera repentina, según explicaba la directora en Canarias del Instituto Geográfico Español, María José Blanco. Y así ha sido.

El volcán de La Palma entró este lunes en una nueva fase en la que vuelve a generar fuertes explosiones de tipo estromboliano y ha formado una gran colada de lava que desciende desde su cono principal por el camino abierto por las anteriores, tras una jornada en la que pareció detenerse de forma súbita y su actividad cesó durante horas. (Imagen: Ángel Medina)

A las siete de la tarde de este lunes, el volcán dio el segundo susto de la jornada: se reactivó y comenzó a emitir fuentes de lava, bastante fluida, que poco después comenzaron a descender ladera abajo sobre las lenguas anteriores. El hecho de circular sobre estos cauces, explican los expertos, permite que avance más deprisa, ya que el material depositado previamente actúa como aislante térmico.

Ahora, la lava encara su último tramo hacia la costa. Según el último dato que manejaba el comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), la lava estaba este lunes por la tarde a unos 800 o 1.000 metros en línea recta de la costa. Algunas informaciones llegaron a situar el frente de la colada a tan solo 300 metros del mar, pero el Gobierno canario señaló este lunes por la noche que se encontraba a aproximadamente 1.200 metros. En cualquier caso, esta proximidad preocupa a los científicos a causa de la reacción que se puede producir cuando la lava entre en contacto con el agua.

Como medida de precaución, ante una eventual emanación de ácido clorhídrico que, como mucho, supondría afecciones leves en bronquios y ojos, se mantiene el confinamiento de los cuatro núcleos poblacionales de Tazacorte más cercanos al lugar donde previsiblemente la lava caiga al mar -San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa-. Afecta a unas 300 personas. 

5.600 personas evacuadas

En estos momentos, el número de personas evacuadas de sus casas ronda las 5.600, después de que el domingo pudieran regresar a sus hogares los aproximadamente 200 vecinos evacuados el viernes por la intensificación de las erupciones.

En cuanto al terreno afectado por la erupción, la lava -que en algunos tramos llega a alcanzar un grosor de hasta 50 metros- ha afectado a 513 viviendas y una superficie de 237,5 hectáreas, 27,5 más en apenas 24 horas. 

De momento, la calidad del aire en toda la isla sigue siendo buena y se descarta la posibilidad de lluvia ácida en 24 horas, aunque puede haber un empeoramiento por una inversión térmica en un próximo cambio en las condiciones meteorológicas.

En los niveles bajos de la atmósfera, en las próximas horas se mantendrá el régimen de brisas, pero en niveles más altos puede cambiar la dirección de los vientos hacia el sureste de manera que las emisiones de ceniza y dióxido de azufre pueden llegar a la zona entre La Palma, La Gomera y Tenerife.

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