Ciencia

Investigadores desarrollan un sistema de aire acondicionado sin electricidad

Aire acondicionado en una vivienda
EUROPA PRESS

La refrigeración o el enfriamiento suponen, actualmente, un sistema muy empleado en numerosos ámbitos de la vida diaria, como a la hora de bajar la temperatura en el hogar en los climas cálidos o conservar la comida durante más tiempo. 

Esta demanda de enfriamiento ha ido en aumento y continuará esta tendencia ante los problemas de cambio climático y las olas de calor extremas, en un mundo donde más de 700 millones de personas que viven en regiones empobrecidas no tienen acceso a la electricidad. 

La solución: el enfriamiento pasivo

Es por ello que un grupo de investigadores de Arabia Saudita han creado un sistema de refrigeración que no consume electricidad, algo que puede ser de mucha utilidad en estas regiones donde el acceso a la electricidad es difícil, con el objetivo de mejorar su nivel de vida. 

Esta nueva tecnología desarrollada por el equipo ha sido presentada en la revista Energy & Environmental Science, donde se explica que funciona mediante el uso de agua salada y por la acción del calor del sol.

Recibe el nombre de enfriamiento pasivo y podría usarse tanto para aire acondicionado como para refrigerar alimentos: "Es adecuado para proporcionar energía de enfriamiento para regiones remotas o comunidades fuera de la red y tiene el potencial de satisfacer las necesidades de enfriamiento", dice Peng Wang, profesor de ingeniería y ciencias ambientales en la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah, en declaraciones recogidas por Anthropocene Magazine. 

¿Cómo funciona este sistema de enfriamiento? 

Concretamente, el diseño de este sistema de enfriamiento funciona gracias al fenómeno natural en el que la energía se absorbe a medida que los cristales de sal se disuelven en el agua.

Los investigadores probaron con diferentes sales, optando finalmente por el uso de nitrato de amonio debido a su alta solubilidad y a su poder de enfriamiento efectivo. Además, se caracteriza por ser económico y por producirse a gran escala para su uso en fertilizantes.

El sistema se basa en una copa de metal colocada dentro de una caja de espuma de poliestireno. Así, la sal se va disolviendo poco a poco en el agua, dentro de la copa de metal, mientras comienza a enfriarse. La temperatura bajó de una temperatura ambiente de aproximadamente 25ºC a aproximadamente 3,6ºC. 

De hecho, el agua se mantuvo por debajo de 10ºC durante 8 horas y por debajo de 15ºC durante más de 15 horas, suficiente para el almacenamiento de alimentos, todo ello, sin necesidad de electricidad.

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