La nueva ordenación académica que el Ministerio de Educación ha planteado, como desarrollo de la reforma educativa aprobada a finales de 2020, es vista en líneas generales con buenos ojos por profesores y estudiantes consultados por este diario. A la espera de que el planteamiento sea debatido y concretado con las comunidades, en el ámbito docente ha surgido no obstante inquietud en torno a uno de los aspectos que recoge la propuesta. 

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"Se deja en manos de las comunidades cuándo impartir determinadas materias que son obligatorias, por lo que nos preocupa que haya alumnos que no lleguen a cursar contenidos que son esenciales", apunta Ramón Izquierdo, secretario estatal de Acción Sindical de la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE). El sindicato critica así que entre 1º y 3º de la ESO no se asigne curso concreto a Educación Plástica, Visual y Audiovisual; Música; Educación en Valores Cívicos y Éticos, y Tecnología y Digitalización. La propuesta de Educación establece que son materias que deben impartirse pero serán las consejerías las que decidan en qué nivel. 

Con este planteamiento, Izquierdo considera que alumnos que no cursen toda la etapa educativa en la misma comunidad pueden no recibir contenidos que el Estado determina que todos los alumnos deben recibir. "Sería el caso de un niño que estudie 1º de la ESO en una comunidad en la que Música se dé en 2º y al año siguiente estudie 2º en otra en la que Música se da en 1º", pone como ejemplo y señala que puede ser algo que puede acarrear problemas especialmente en regiones limítrofes. 

El representante sindical recuerda que las comunidades tienen potestad de decidir qué optativas ofrecer pero que las enseñanzas mínimas debe regularlas el ministerio. Consciente de que la propuesta se encuentra en un proceso en el que podrán introducirse cambios, ANPE espera que este sea uno de los aspectos que se modifique. 

Asignaturas más modernas y mayor flexibilidad

Frente a las críticas a ese aspecto, ANPE sí valora positivamente la reformulación de las asignaturas que se ha puesto sobre la mesa. Algunas se reinventan y otras son nuevas, con especial hincapié en la digitalización y la economía pero también en las artes, el medio ambiente y la orientación personal y profesional. Un punto que también ve de buen grado la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae). "Las asignaturas no son tan diferentes pero queremos pensar que están más ajustadas a la realidad y al siglo XXI. Vemos positiva cualquier cosa que implique modernizar el currículo, porque seguíamos llamando nuevas tecnologías a la digitalización y para nosotros no son nuevas, nacimos con ellas", afirma su presidenta, Andrea Henry. 

"Seguíamos llamando nuevas tecnologías a la digitalización y para nosotros no son nuevas, nacimos con ellas"

Profesores y estudiantes coinciden igualmente en señalar como efectivo el hecho de que desaparezcan los itinerarios en la ESO, elementos que se convertían en un "camino sin salida" para los alumnos. "Era algo que hacía tiempo que veníamos reclamando. Parecía que cada vez había que elegir antes y nos preocupa que esa elección condicione el futuro de los estudiantes", comenta Henry, que como Izquierdo cree igualmente que resulta buena idea la oferta de un Bachillerato General, una modalidad dirigida a aquellos que quieran cursar una carrera que no precise llegar con un conocimiento exhaustivo de determinadas materias. 

"Puede ser positivo para el alumnado que se sienta indeciso", indican desde el profesorado. "Cualquier cosa que sea flexibilizar la elección de los estudiantes y que tengan la opción de configurar un poco más a su gusto y a su medida su itinerario formativo nos parece una gran medida", concluyen desde el ámbito estudiantil.