La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, prosigue su viaje de trabajo en Estados Unidos con una jornada de reuniones en Washington con diferentes instituciones económicas y financieras. La líder de la Ejecutivo ha hecho un alto en el camino tras participar en una mesa redonda con miembros de la organización Global Americans, una entidad dedicada a la investigación y análisis de la economía y la política, para valorar la misiva del papa Francisco en la que reconoce "errores" pasados de la Iglesia católica en México y pide perdón.
"A mí me sorprende que un católico que habla español hable así a su vez de un legado como el nuestro", ha señalado Díaz Ayuso en declaraciones a varios medios de comunicación que están cubriendo su viaje institucional por Estados Unidos. Ese legado, ha agregado la presidenta madrileña, fue "llevar el español" y "el catolicismo" al continente americano, especialmente a través de las misiones, que según ha considerado, llevaron hasta el otro lado del Atlántico "la civilización y la libertad".
La defensa que ha expresado Díaz Ayuso al valorar la petición de perdón del sumo pontífice va en línea, precisamente, con uno de los objetivos que se había marcado en su gira por el país norteamericano: defender la Hispanidad y el legado de España en el continente. Con estos fines se reunió este lunes en Nueva York con representantes de la Hispanic Society y aun mantendrá algunos encuentros más a lo largo de los próximos días con la misma razón de ser.
"En diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización", rezaba la misiva de Francisco enviada a México. Fue leída por el cardenal Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey, durante un acto en el Palacio Nacional, sede del Gobierno mexicano que ahora preside Andrés Manuel López Obrador y que está inmerso en la celebración del bicentenario de su Independencia de España.
"Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos", apuntó el pontífice, antes de admitir y pedir perdón por los errores cometidos por la Iglesia católica, como aseguró que ya se hizo en otras ocasiones.
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