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Las últimas ausencias de Victoria Ortiz, novia de Joaquín de Bélgica, plantean: ¿ya no será princesa?

El príncipe Joaquín de Bélgica.
STEPHANIE LECOCQ / POOL

El gran público conoció su relación a causa de unos de esos graves errores que en tiempos de coronavirus sentaron aún peor por la condición y la clase social de los implicados: asistieron a una fiesta en una finca durante los peores meses de la pandemia en el 2020 y acabaron dando positivo. Se trataba del sobrino del rey Felipe I de Bélgica, Joaquín de Bélgica, y de su pareja, la joven diseñadora cordobesa Victoria Ortiz Martínez-Sagrera.

Desde entonces, y a pesar del incumplimiento de la normativa y de todo protocolo sanitario, el público comenzó a querer saber más acerca de quiénes eran los enamorados, un romance aristócrata y de alta alcurnia que, de salir bien, acabaría con la andaluza, descendiente de una familia de terratenientes, en la realeza de los Austria-Este, como también se conoce al árbol genealógico de la monarquía del país del noroeste de Europa.

Sin embargo, durante este mes de septiembre se han celebrado dos enlaces reales y, a pesar de que el tercer y más joven hijo de la princesa Astrid de Bélgica, hermana del rey Felipe, y de Lorenzo, archiduque de Austria-Este, sí que ha hecho acto de presencia, siempre lo ha hecho solo, sin nadie de quien fuera agarrado de la mano, como bien se apunta desde Vanitatis.

Y como eran nupcias importantes (las de las princesas y hermanas Maria Anunciata y Astrid de Liechtenstein, ambas sobrinas de dos jefes de Estado, Enrique de Luxemburgo y Hans Adam de Liechtenstein, y que acontecieron con solo tres semanas de diferencia), por supuesto, ha derivado en habladurías: la posibilidad cada vez más constatable de que Joaquín de Bélgica y Victoria Ortiz hayan cortado su relación.

Sobre todo, porque no faltó nadie de la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha, que mantienen una excelente relación con la casa luxemburguesa, a excepción de la princesa Astrid, que había sufrido una lesión en la espalda tras una aparatosa caída. Lorenzo de Austria-Este, sin su esposa, sí que estuvo presente en las celebraciones con sus cinco hijos: el mayor, Amadeo, ya casado (con la periodista italiana Elisabetta Maria Rosboch von Wolkenstein), y que llevó a su hija, Anna Astrid, quien hizo las veces de damita de honor, y a su hijo Maximiliano; y sus hermanos María Laura, el propio Joaquín, Luisa y Leticia.

El citado medio ha tenido acceso a las listas de invitados de ambos enlaces y ni rastro de la diseñadora, la cual ha rehusado contestar preguntas sobre lo sucedido, así como el periodista especializado en la monarquía belga Wim Dehandschutter asegura "no conocer nada sobre el asunto, ya que Joaquín y su familia son miembros secundarios de la familia real belga", según se aclara en el susodicho portal.

Todo ello no hace sino avivar los rumores sobre una posible ruptura entre la cordobesa y el sobrino del rey, si bien existe también la opción de que su ausencia se deba a problemas de agenda u otros compromisos de su trabajo con el regreso de las vacaciones estivales. Sin embargo, la única pista, si es que se puede llamar pista, es las fotografías en las que se ve al príncipe Joaquín, durante algunos instantes antes de la ceremonia, solo, cabizbajo, alicaído y apesadumbrado, mientras lleva a su sobrino Maximiliano en brazos.

Hace pocos meses, Joaquín de Bélgica, que trabaja como oficial de Marina del Ejército belga, daba una entrevista a Het Nieuwsblad en la que repasaba la actualidad, así como sobre su título de príncipe. "Tengo que trabajar para ganarme el pan", era uno de los titulares, "no puedo hablar en nombre de todos los demás príncipes, pero nosotros hemos de vivir nuestras propias vidas. Mis padres me han enseñado la importancia del trabajo duro desde que era pequeño. Si no, mira mis hermanos: todos trabajamos". 

Esta última afirmación exceptuando a la pequeña Leticia, que ahora empieza la universidad, para lo que se trasladará a Reino Unido, es cierta, aunque con matices, porque bien se podría acusar de nepotismo en algunos casos: Amadeo trabaja en el banco suizo propiedad de su padre; María Laura se dedica a la sinología (el estudio del idioma y la cultura chinas) en Londres; y Luisa está haciendo una pasantía en un bufete de abogados, también en la capital inglesa.

En esta entrevista no mencionó en ningún momento a Victoria Ortiz, con quien llevaba años de relación, lo que podría o bien ser un descuido, o que no venía a cuento o que no pasó el corte para la entrevista. O, como ahora se puede pensar, ya habían roto.

Nacida hace alrededor de 30 años en Córdoba y criada en la finca materna, Navallana, de 900 hectáreas, dedicada al negocio familiar, la cría ecológica de ganado vacuno, y situada al pie de Sierra Morena, la diseñadora estaba llamada a ser la nueva Fabiola de Mora, otra española que acabó en la Casa Real belga después de casarse con el rey Balduino. Sin embargo, parece que, después de estos hechos, habrá que seguir esperando para que haya una nueva Fabiola de Mora. O quizá sigan juntos y no quieren que se sepa. El tiempo lo dirá.

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