En paralelo y no a la sombra: así ha sido la carrera de Óscar Casas, hermano de Mario Casas

El actor Óscar Casas, en 2020.
El actor Óscar Casas, en 2020.
Jesus Briones/ GTRES
El actor Óscar Casas, en 2020.

No es la primera vez que se ve entre el star system: un hermano triunfa y parece que, si hay algún otro artista en la familia, siempre irá a rebufo de quien primero saltó a la fama. Y con lo que ha representado Mario Casas en los últimos años dentro de la ficción española, coronado con un Goya a Mejor Actor en los Goya, parece aún más complicado. Pero por la carrera y el currículo de su hermano Óscar otros tantos aspirantes pagarían. Sobre todo porque a pesar de que aún no sea tan conocido como el protagonista de No matarás o Tres metros sobre el cielo su constancia le ha llevado a coprotagonizar la serie Jaguar para Netflix junto a quien fuera su cuñada hasta hace algo más de dos años, Blanca Suárez.

Es cierto que en las últimas fechas su nombre ha estado más relacionado con el papel couché por su ruptura con la también intérprete Begoña Vargas (la cual acaba de estrenar Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón), con quien llevaba saliendo desde 2018 pero, como ha quedado claro en sus primeras declaraciones tras hacerse oficial, han terminado en buenos términos, haciendo hincapié en que ha sido "la vida, somos jóvenes" lo que les ha llevado a que el amor no prosperase y que su idea es estar ahora "muy centrada en el trabajo".

Y lo mismo se podría decir de Óscar, quien a sus 23 años ha de llevar por delante hasta tres aspectos laborales: es influencer, con más de tres millones de seguidores en Instagram; es modelo, sobre todo gracias a s 1,81 metros de altura; aunque, sobre todo, es actor, habiendo comenzado en los rodajes desde muy, muy joven, apareciendo cuando tenía siete años junto a Rosa María Sardà en Abuela de verano.

Después vendrían otros proyectos que le irían haciéndose un hueco con apenas 7 u 8 años, como su participación en la película Ángeles S.A. (junto a María Isabel), o las series Los Serrano o SMS, sin miedo a soñar, donde comenzaría un tipo de papel muy específico, el de hermano pequeño o versión más joven de su hermano Mario, algo que también repetiría en Fuga de cerebros o las series El barco e Instinto.

Sin embargo, se hizo mucho más conocido, como hito del cine español, tapándose el rostro: él era Tomás, el niño encapuchado de El orfanato. Seguiría formándose como actor interviniendo en otras series como Gominolas, Planta 25 o Fuera de lugar, antes de quedarse en la memoria de los telespectadores de La 1 con su papel de Gabi en Águila roja y, más tarde, de Bruno, el joven rebelde que encarnó a los 19 años en Cuéntame cómo pasó. También, junto a María Pedraza, protagonizó la serie web interactiva de RTVE Si fueras tú.

Desde entonces, y con el inciso de su participación en la serie de thriller inglesa Hanna (para la que le sirvieron sus tres años de escapada a Irlanda), hay que señalar que se ha aficionado a trabajar con Netflix, dado que estuvo en Siempre bruja, en Xtremo y ahora en Jaguar, pues él bien sabe que el cine convencional y su distribución ha cambiado, como lo están haciendo los jóvenes y su consumo.

"Las nuevas generaciones vienen fuertes por toda la información que hay, por todo el contenido que se puede ver, hay gente muy artista, ya no solo de la actuación, en todos los ámbitos, hay gente muy artista y que viene pisando muy fuerte. No lo digo por mi caso sino por amigos. Las nuevas generaciones van a romper", declaró en una entrevista con EFE.

Pero sí que es su caso. Óscar es el cuarto de los cinco hermanos Casas y, como decíamos, el éxito selo está labrando más allá de su apellido, lo que no quiere decir que se lleve mal con el resto de sus hermanos, con quienes guarda una estupenda relación. El mayor, claro, es Mario, nacido en 1986, pero lo curioso es cómo están unidos tanto él como Óscar con el resto de hermanos (exceptuando al pequeño de siete años, Daniel).

Porque Mario Casas ha empleado a sus otros hermanos: tanto a Sheila, nacida en 1987, que es abogada y se ha convertido en su representante, como a Christian, nacido en 1992, que tras probar suerte delante de las cámaras prefirió estudiar Económicas y ahora se encarga de la administración y la contabilidad de a empresa familiar Memento Cine. Él mismo, en una entrevista con Vanity Fair, explicaba por qué se rodeaba de su familia: "Es lo más práctico. Christian es un empresario increíble, un tío de números, el más listo, un coco, vamos. Y mi hermana es súper espabilada y tiene don de gentes. Además, cuentan con experiencia en el medio y saben cómo funciona".

Sin embargo, Óscar Casas, aunque se lleva a las mil maravillas con su familia (no solo es fácilmente comprobable en su Instagram, sino que tiene tatuajes compartidos, como la carita sonriente que tiene en la espalda) ha preferido no tener nada que ver profesionalmente sus hermanos.

Una fuente ha explicado las razones a Vanitatis: "Desconozco las razones por las que Óscar ha tomado la decisión de no seguir los pasos de Mario en este aspecto, pero no creo que sea por rivalidad ni nada parecido. Mario siempre ha apoyado a su hermano y quiere que le vaya bien. Entre ellos no hay problemas, o si los hay, jamás lo hemos notado. Ellos siempre aparecen juntos en redes porque son así en realidad, son una piña, pero de siempre, no de ahora".

De hecho, y mientras Mario Casas se toma su tiempo para elegir sus siguientes pasos tras el Goya (más allá de su participación en la nueva temporada de Los hombres de Paco), Óscar ya está rodando su siguiente película, todo un homenaje al cine de los años 80 y a los vampiros, Hollyblood, dirigida por Jesús Font y que coprotagoniza con una compañera con la que ya ha trabajado, Isa Montalbán, vista en Xtremo.

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