Canarias

El volcán de La Palma entra en fase más explosiva y expulsa proyectiles hasta 800 metros de distancia

El volcán de La Palma tiene una explosividad de magnitud 2 en una escala que va del 0 al 8, según se recoge en el último informe científico del Plan de Emergencias Volcánicas de La Palma.

En volcanología, la magnitud de las erupciones volcánicas se mide en la escala del índice de explosividad volcánica (VEI por sus siglas en inglés). El valor 0 equivale a una erupción poco violenta.

En la tarde noche del domingo se produjo un aumento en la frecuencia y la intensidad de la actividad explosiva, con duraciones en torno a varios minutos, y se constató la emisión de bombas balísticas de tamaños decimétricos, con alcances de hasta 800 metros.

En el volcán en Cumbre Vieja, La Palma, la erupción fisural continúa mostrando un mecanismo estromboliano, esto es, un mecanismo de carácter mixto, con fases de explosividad que producen depósitos piroclásticos y fases efusivas que producen las coladas de lava, de forma simultánea.

La colada que comenzó el 1 de octubre desde los dos centros emisores separados por unos 600 metros del cono principal, por la que la lava sale con mayor fluidez, mostraba ayer lunes menores signos de actividad.

Stavros Meletlidis, del grupo de volcanología del Instituto Geográfico Nacional (IGN), apunta que "hay que entender que el volcán va con su tiempo".

"Es un fenómeno geológico, no encaja en nuestro ritmo de vida. Para nosotros son cosas que parecen un cambio brusco pero están dentro de lo esperable".

"Hay que entender que el volcán, dentro de un proceso que nos da destrucción, también se da destrucción a sí mismo", como por ejemplo del cono principal o el secundario que se derrumbó en la noche del domingo, "pero mañana seguramente habrá construido otro", subraya Meletlidis.

La lava seguirá fluyendo por la misma zona

La lava del nuevo volcán de La Palma continuará fluyendo por donde lo hace salvo que haya nuevas bocas eruptivas en sentido o dirección diferentes a los actuales, o si aumenta su densidad, ha indicado este martes a Efe Nerea Martín, geógrafa de la cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres de la Universidad de La Laguna.

La lava afecta a las 413,38 hectáreas, con un perímetro de 36,3 kilómetros y una anchura máxima de 1.250 metros, y si no aumenta ni cambia su ruta no destruirá más fincas ni inmuebles, una vez que, según datos del sistema de satélites Copernicus, ha destruido más de 946 edificaciones y ha afectado a más de otro centenar.

En la cátedra de Reducción del Riesgo de Desastres de la Universidad de La Laguna trabajan con las bocas eruptivas que han salido del nuevo volcán de La Palma y a partir de ellas simulan el flujo de las coladas.

Nerea Martín ha indicado que hasta que no haya nuevas bocas eruptivas, si es que las hay, no se podrá simular su flujo, por lo que si no hay más o cae de nuevo el cono del volcán, como sucedió el pasado 3 de octubre, no tiene por qué desviarse, al menos que la lava se densifique, ha añadido.

Si la lava sale más densa se frenaría en su camino hacia el mar y se ensancharía en lugar de avanzar, por lo que aumentaría el daño a los lados.

Nerea Martín ha agregado que con las actuales características de la lava fluirá por donde lo hace, ya que no tiene nada que le impida el avance hacia el mar. 

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