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Yolanda Díaz se viste de candidata y comienza a diseñar una nueva plataforma para las elecciones de 2023

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, hace unos días en un acto.
EFE

Ella insiste no tiene ni mucho menos decidido que vaya a ser candidata en 2023, pero los hechos muestran que, con la llegada del nuevo curso político, Yolanda Díaz ha asumido en toda su plenitud su rol de líder de Unidas Podemos. Lo ha hecho en el Gobierno, convirtiéndose en el referente morado que cerró con el presidente Pedro Sánchez la negociación de Presupuestos. Y lo ha hecho en el espacio a la izquierda del PSOE, donde ha comenzado a diseñar una plataforma que, si todo transcurre por los cauces esperados, le servirá como trampolín para las próximas generales.

Se trata de un proceso largo, que acaba de comenzar y que no tiene un final predefinido. Pero que algo se mueve a la izquierda del PSOE es algo que no niegan ni sus colaboradores ni la propia Díaz, que en una entrevista en 20minutos la semana pasada admitía haber comenzado a diseñar "un proyecto que busca una sociedad nueva y que culminará finalmente en una perspectiva electoral, o no". Es una respuesta muy distinta a la que ofrecía antes del verano, cuando se limitaba a señalar que no estaba pensando en ello cuando era preguntada por su futuro.

Porque esa es la fecha clave en la que las cosas echaron a andar: el verano. Fuentes de Unidas Podemos explican que fue en agosto cuando Díaz, que disfrutaba de unos días de descanso vacacional, terminó de "madurar" la decisión de dar un paso adelante y asumir un rol de liderazgo pleno en el espacio morado. Nominalmente, la vicepresidenta ya tenía este papel desde que Pablo Iglesias dejó la política, el pasado mes de mayo. Pero ha sido sobre todo en septiembre cuando Díaz ha comenzado a liderar todas las negociaciones y a marcar la posición de Unidas Podemos sobre todos los temas de actualidad.

El presidente Sánchez y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, este jueves en los exteriores de La Moncloa.
Pool Moncloa / B. P. B.

Ese papel preeminente ha quedado reflejado en una imagen muy potente: la de Díaz paseando con el presidente Sánchez por los jardines de la Moncloa el pasado jueves, poco antes de que el Consejo de Ministros aprobase el proyecto de Presupuestos para 2022. Para la vicepresidenta segunda es un símbolo de que puede hablar de tú a tú con Sánchez como líderes de los dos partidos que componen la coalición. Pero, además, fuentes de su equipo consideran que le otorga una imagen de "gobernante" que le puede resultar muy beneficiosa de cara a una posible candidatura.

Y es que, dentro de esta estrategia a largo plazo, a favor de Díaz juega la buena opinión que despierta en amplias capas del electorado, que según los datos demoscópicos analizados por su equipo no se circunscriben únicamente al votante de Unidas Podemos. Según el último barómetro del CIS, la vicepresidenta era la líder política mejor valorada ligeramente por encima del presidente Sánchez, e incluso aprueba (con un 5,6) entre los votantes del PSOE. Fuentes próximas a Díaz consideran que traslada una imagen de gestión de la que carecía el exvicepresidente Pablo Iglesias.

Una primera fase de reuniones con colectivos

No obstante, quizá la muestra más clara de cómo ha cambiado el papel de Díaz estas últimas semanas esté en sus discursos públicos. La vicepresidenta segunda fue la estrella de la jornada de cierre de la Fiesta del PCE hace un par de semanas, y en su discurso se comprometió a finalizar antes de fin de año la derogación de la reforma laboral. Pero, lejos de circunscribirse únicamente a asuntos relativos al Ministerio de Trabajo, Díaz también se mostró dispuesta a abordar "una tarea urgente": la de "levantar un proyecto de país a favor de la gente, de las mujeres, de los jóvenes, de los pensionistas".

"El proyecto empieza ya, en diálogo con todos", explicó en ese acto Díaz. Y en ese mensaje abundó posteriormente, ofreciendo más detalles, en varias entrevistas, incluida la que concedió a 20minutos, en la que aseguró que la "protagonista" de ese proceso de diálogo "tiene que ser la sociedad". "Y luego hay partidos, a los que yo respeto muchísimo, que tendrán que estar si quieren, pero que no pueden ser los protagonistas. Los partidos son herramientas, nada más", dejó caer.

Fuentes próximas a la vicepresidenta explican que si, hasta ahora, Díaz únicamente ha esbozado sus planes como un proyecto a construir es precisamente porque el resultado final no está prefigurado y porque, además, la idea es cocinarlo a fuego lento. No obstante, sí concretan que la hoja de ruta pasa por comenzar la construcción de este nuevo espacio con "una primera fase larga, de escuchar", viajando por toda España y manteniendo reuniones con diferentes colectivos y grupos -no con partidos- para recoger sus demandas "tanto a nivel territorial como sectorial".

Los partidos vendrán más adelante

Eso no significa necesariamente que Díaz no vaya a verse con representantes de otras formaciones progresistas durante este tiempo -ya lo hizo en septiembre con la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra, líder de Compromís-. Pero fuentes de Unidas Podemos aseguran que la intención no es iniciar tan pronto las negociaciones con partidos para sondear su posible incorporación a una plataforma que, por ahora, ni siquiera existe como tal. Las elecciones están previstas para 2023, y eso significa que hay tiempo para tomarse las cosas con calma, argumentan.

Todo el mundo admite, sin embargo, que las actuales formaciones progresistas tendrán que jugar un rol en ese futuro espacio. Y entre las organizaciones candidatas a estar incluidas en este frente amplio está Más País, el partido liderado por Íñigo Errejón, que no obstante se ha mostrado reacio a aliarse con un espacio heredero del que abandonó hace casi tres años. "Nosotros iniciamos un camino propio en el año 2019 con unos buenos resultados en Madrid, después continuamos entrando en el Congreso de los Diputados con unos resultados más modestos" y "nos queda camino verde por delante", planteó Errejón hace unos días en una entrevista al ser preguntado por Díaz.

No obstante, fuentes conocedoras de la hoja de ruta de la vicepresidenta consideran que aún es muy pronto para dar por perdido un posible acuerdo con Errejón. "En apenas unas semanas se han empezado a poner las cosas en movimiento y todo el mundo está haciendo matizaciones", apuntan estas fuentes. De hecho, no todas las voces en el entorno de Más País piensan igual que su líder: la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, retirada de la política pero que mantiene un gran peso simbólico en Más Madrid, afirmó hace unos días que le parece "muy interesante" el plan de Díaz.

La marca

El proyecto de la vicepresidenta, sin embargo, también podría afectar a Unidas Podemos, que en 2015 y 2016 se convirtió en la nave nodriza de casi todo lo que se movía a la izquierda del PSOE pero cuya marca se ha desgastado mucho en los últimos años. Díaz ya ha abierto la puerta a orillar la marca Unidas Podemos como ya hizo en 2012 en Galicia con la de IU, cuando se coaligó con Anova para concurrir a las elecciones como Alternativa Galega de Esquerdas. Y los morados, que hace años sí pelearon porque su marca estuviera presente en muchas de las fórmulas con las que concurrieron a las diferentes elecciones, no parecen cerrarse a esa opción.

Así lo planteaba hace unos días el exvicepresidente Iglesias en la Cadena SER de forma muy clara. Al ser preguntado por la posibilidad de que la marca de Unidas Podemos no esté en las próximas elecciones, Iglesias afirmaba que "no hay que obsesionarse con que los nombre se repitan", y se mostraba convencido de que los "proyectos colectivos que están ahí" serán "enormemente generosos a la hora de plantear que si hay que construir un nuevo significante de frente amplio que pueda servir para conseguir un mejor resultado". Cuál será ese nombre es una incógnita. Pero lo que está claro es que algo se mueve a la izquierda del PSOE.

Redactor '20minutos'

Redactor de Nacional. Me hice mayor en Infolibre y llegué a 20minutos a finales de 2019. Sigo a Sumar y a Podemos y me paso la vida en el Congreso, donde también me encargo de la crónica parlamentaria. Cosecha de 1993.

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