¿A qué se debe la desaparición de los insectos en las ciudades? 

La reducción de la población de insectos en las grandes ciudades ha generado una profunda preocupación entre la comunidad científica, así como a nivel político y social. Los insectos son vitales para los ecosistemas, ya que se encargan, entre otras funciones, de la polinización y supresión de plagas. 

A pesar de que estas disminuciones se han atribuido al uso de la tierra y al cambio climático, la evidencia sostiene que no son los únicos factores que contribuyen a este problema. 

La urbanización parece ser un determinante clave en la desaparición de los insectos, según los resultados de un estudio publicado recientemente en 'Nature Communications', que analiza por primera vez el papel del clima y el uso del suelo.

¿Cuáles son las evidencias hasta ahora?

A nivel global, la cantidad y la diversidad de insectos se está reduciendo y cada vez están más claras las evidencias. Los expertos atribuyen este problema a los cambios en el uso de la tierra para la agricultura, sobre todo por el incremento de grandes monocultivos (como los de maíz). También alertan de los efectos del cambio climático, con aumento de las temperaturas y episodios de sequías. 

Aunque estos hallazgos preocupen, parecen tener ciertas debilidades, ya que los estudios no representan bien la diversidad de especies de insectos o solo consideran períodos cortos de tiempo y áreas pequeñas, asegura en un comunicado el profesor Jörg Müller del Biocentro de Julius-Maximilians-Universität Würzburg (JMU) en Baviera, Alemania.

Por ello, un equipo de investigación de la red Bavarian LandKlif, coordinado por JMU, ha llevado a cabo un estudio para demostrar cómo la urbanización de las ciudades es otro factor relevante a través de una evaluación sistemática de las poblaciones de insectos en el sur de Alemania.

Análisis del impacto del clima y del uso de la tierra

Así, el equipo escogió un total de 179 lugares de elevaciones bajas a altas desde la Baja Franconia hasta la Alta Baviera en Alemania. Colocó trampas para la recolección de insectos voladores que se ubicaron en bosques, prados y campos, así como en paisajes seminaturales, agrícolas y urbanos. 

"La forma de uso de la tierra tiene diferentes efectos sobre la biomasa y la diversidad".

Cada 14 días, los investigadores vaciaban las trampas para determinar la biomasa de los insectos capturados e identificar las especies con secuenciación del ADN. "Pudimos por primera vez desentrañar el impacto del clima y el uso de la tierra en los insectos en un paisaje centroeuropeo", detalla Jörg Müller.

"Curiosamente, la temperatura en el sitio local, así como la temperatura anual, solo tienen efectos positivos sobre la biomasa y la diversidad de las poblaciones de insectos. La forma de uso de la tierra, por otro lado, tiene diferentes efectos sobre la biomasa y la diversidad", añade. 

¿Cuáles son las diferencias entre entornos urbanos y naturales?

En este sentido, observaron la diferencia en la biomasa entre los insectos de entornos urbanos (ciudades) y los de los espacios seminaturales. "En la ciudad, la biomasa fue un 42% menor. La diversidad de insectos fue un 29% menor en los entornos agrícolas en comparación con los hábitats seminaturales. Incluso hubo un 56% menos especies en peligro de extinción en áreas agrícolas", indica Johannes Uhler, estudiante de doctorado de JMU y primer autor del estudio.

Los expertos recomiendan la creación de más espacios verdes en las ciudades para aumentar la biomasa de los insectos.

Estos resultados parecen indicar que la luz proveniente de las ciudades, así como los procesos de urbanización, pueden influir directamente en la disminución de los insectos. 

Basándose en sus nuevos hallazgos, los investigadores recomiendan crear más espacios verdes en entornos urbanos para aumentar la biomasa de insectos, así como ampliar los esquemas agroambientales existentes para mejorar la biodiversidad y promover los hábitats forestales.