Los alrededor de 13.000 militantes del PSOE de Madrid están llamados a las urnas este sábado para elegir al que será su nuevo secretario general. Tendrán dos papeletas disponibles: la de Juan Lobato, ex alcalde de Soto del Real y portavoz adjunto en la Asamblea, y la de Javier Ayala, regidor de Fuenlabrada. Tras la votación, se celebrará un congreso regional el 13 y el 14 de noviembre del que saldrá una nueva dirección y se pondrá fin al período de la gestora dirigida por Isaura Leal, que se puso al frente del partido tras la dimisión de José Manuel Franco tras las elecciones del 4 de mayo.
Pese a que las dos candidaturas tienen diferencias entre sí, comparten un mismo diagnóstico: el PSOE en la Comunidad está en horas bajas y suma ya 26 años sin ser el partido que manda en la Real Casa de Correos -sede del Ejecutivo regional-. El socialista Joaquín Leguina fue el primer presidente autonómico de Madrid y permaneció tres legislaturas en el poder, y desde entonces los socialistas no han vuelto a gobernar y el mando ha caído en los populares Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes, Ángel Garrido y, ahora, Isabel Díaz Ayuso.
En las elecciones de 2015 y 2019, la suerte estuvo cerca de cambiar. En las primeras, la suma de Cifuentes y Ciudadanos superó por un solo escaño a la de PSOE y Podemos. En la siguiente convocatoria, el candidato socialista, Ángel Gabilondo, logró ganar las elecciones. Sin embargo, la suma de las izquierdas no alcanzó la mayoría absoluta y Ayuso se convirtió en presidenta. Tras una inusual legislatura de dos años, quiso reforzar su posición en la Asamblea y lo consiguió. Se quedó a cuatro escaños de la mayoría absoluta en unos comicios en los que los socialistas cosecharon su peor resultado histórico, perdiendo 13 diputados y quedando por primera vez como tercera fuerza, detrás de Más Madrid.
Lobato, que también se presentó a las primarias en 2017, cree que ese resultado se debió a fallos de comunicación, a que el PSOE ha desconectado de la mayoría social madrileña y a que no había un liderazgo claro. Es por ello por lo que se postula. Ayala, sin embargo, lo achaca a los "giros" de Gabilondo, que empezó la campaña yendo hacia los votantes de Ciudadanos y la terminó tendiéndole la mano a Pablo Iglesias, que se retiró de la política tras no conseguir parar a Ayuso. Los dos se reconocen como socialistas, pero en diferentes términos. Así lo han dejado claro en las semanas de campaña y, también, en el debate celebrado el pasado miércoles, en el que elevaron los decibelios.
El diputado autonómico propone que para volver a ganar las elecciones el partido se dirija a "la mayoría social", apostando por un mensaje "moderno". Esto último lo repitió en el encuentro cuando sacó su carnet de militante que no llevaba impreso, sino en el móvil. No obstante, el alcalde de Fuenlabrada considera que para ir a por los votantes de centro, primero el PSOE ha de conseguir recuperar a los de izquierdas que, según él, se han ido a Más Madrid.
La otra gran diferencia entre las candidaturas que se enfrentarán a las urnas el sábado es el modelo de partido. El PSOE de Madrid lleva tiempo con una bicefalia instaurada. Es decir, que el líder del partido no es el candidato a la Comunidad. Gabilondo ha sido cabeza de cartel del partido en 2015, con una gestora liderando el partido, 2019 y 2021, en estas dos últimas citas con José Manuel Franco en el partido. Así, si bien Lobato no se ha confirmado como aspirante a liderar la lista de los socialistas en 2023, sí apuesta porque exista un "liderazgo" claro y fuerte en la Asamblea de Madrid, donde él es diputado. Por su parte, Ayala sí ha avanzado que él seguirá siendo regidor de Fuenlabrada, donde optará a la reelección, para que surjan otros "liderazgos fuertes" en Asamblea y Ayuntamiento de Madrid.
Las terceras primarias del PSOE-M
La de este sábado será la tercera ocasión en la que los militantes podrán elegir directamente mediante voto en urna a su secretario general (ha habido otras para elegir candidatos). La primera vez que se celebraron unas primarias fue en 2015. A Tomas Gómez, que llegó a ser el alcalde más votado de España, le eligieron en 2007 y en 2011, pero a través de un sistema de delegados. Sin embargo, ante los malos augurios electorales, Pedro Sánchez, como líder del PSOE, le destituyó de cara a los comicios de 2015. A los meses, los socialistas celebraron sus primeras elecciones internas, en las que se impuso la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, al diputado Juan Segovia con el 57,7% de los votos.
La regidora getafense quiso volver a presentarse para ser reelegida en 2017, pero se retiró en aras de la "unidad". Se integró así con José Manuel Franco, figura clave de la victoria de Sánchez contra Susana Díaz en Madrid. Él terminó recibiendo el respaldo del 71,77% de la militancia. No obstante, en ambos casos la participación fue escasa y ese será uno de los retos que tendrá el partido este sábado. Cuando ganó Hernández, votó el 42,6%, y cuando le tocó a Franco, el 50%.
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