Nacional

La recogida de la castaña, una práctica ilegal que arruina a cientos de agricultores cada temporada

Fruto de la castaña en el árbol.
Benjamin Gimmel / WIKIPEDIA

La recogida de la castaña es una actividad lúdica que une a familias y amigos en época otoñal. Aunque esta actividad tiene su tradición en nuestro país, pocas personas saben que esta práctica es ilegal a efectos jurídicos y puede suponer un delito leve de hurto siempre que la cantidad extraída no sea mayor a los 400 euros. Esto está tipificado en el Código Penal desde 2015. Sin embargo, el hurto puede convertirse en un delito grave si se supera la cantidad de 400 euros extraídos o se llevan a cabo tres o más hurtos. 

Sin embargo, la ilegalidad no es un obstáculo para los fanáticos de la castaña. El castaño europeo es una especie que se encuentra en toda la Península Ibérica. Desde León a Zamora o Cataluña a Gerona, así como Ávila o Cáceres. De todas estas, Galicia sería la comunidad que más castañas produce, con 10.000 toneladas en 2019.

El Tiemblo de la Sierra, en Ávila, tiene su propia plataforma llamada 'Salvemos El Castañar' creada por vecinos de la localidad que luchan por que se respete el fruto del castaño en el lugar y que los turistas no lo cojan sin permiso. En El Real de San Vicente, en Toledo, donde hay numerosas fincas privadas, se cifran las pérdidas por los robos en casi 10.000 euros, según Castilla-La Mancha Media.

El problema tiene una dimensión nacional visible en las diferentes asociaciones en defensa de la castaña como la Red Estatal del Castaño. En España, se estima que la producción nacional fue de unas 25.000 toneladas al año en 2019. El 50% de la producción se exporta a lugares como Italia, Francia o Portugal. 

 Andalucía tiene su epicentro de producción de castañas en el Parque de la Sierra de Aracena, al norte de Huelva, con 5.000 hectáreas para el cultivo de la castaña. 

''Por un castañar vivo'' es una campaña que lucha por concienciar contra el robo de castañas en la Sierra de Aracena

En esa zona geográfica con parajes paradisíacos y paisajes de cuento de hadas se encuentra una extensa comunidad de castañeros que durante años han tomado el legado de sus familiares y han sacado adelante el negocio de la castaña. Contra viento y marea, luchan por que los robos de la castaña, así como las enfermedades, o la climatología, desaparezcan de una vez por todas en el territorio

Así lo afirma Antonio F. Tristancho, coordinador de la Asociación de Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Galaroza, uno de los municipios que rodean esa sierra. Esta asociación, perteneciente a la Unión de Autónomos de Andalucía, ha llevado a cabo campañas de concienciación para salvar este fruto otoñal. 

Su campaña ''Por un castañar vivo'' trata de concienciar e impulsar nuevas actividades. Tristancho así lo afirma para 20 minutos ''con nuestra campaña queremos apoyar a los castañeros suministrándoles información sobre el reparto de plantones nuevos por parte del parque natural. Estos plantones nuevos y jóvenes mejoran el problema del envejecimiento de la arboleda, que provoca que apenas haya buenas cosechas''. 

El cambio climático y las enfermedades

Manuel Valle, castañero desde hace 40 años, declara para 20 minutos que uno de los principales problemas de la baja productividad del castañero es la climatología ''el clima seco provoca que la cosecha sea de poca calidad. La castaña se seca con el calor y la gente deja de comprarla o se abarata demasiado la cosecha. Ahora la cosecha viene antes y viene en peor estado''. 

Si hace años la recogida de la castaña era de un millón de kilos, ahora solo se recogen 600.000 kilos

Si hace años la recogida de la castaña suponía hasta un millón de kilos en temporada, ahora se recogen 600.000 kilos, una bajada porcentual de más de un 30% desde hace una década. 

Manuel Valle destaca que las especies de castaño fueron introducidas por repobladores castellanos en el siglo XIII. Por lo tanto, el parque ''cuenta con una arboleda muy envejecida''. Algunas enfermedades en estos árboles como el chancro o los hongos dañan también la cosecha significativamente. Por lo tanto, Manuel ve importante adaptarnos a los tiempos e introducir variedades de otros lugares que sean inmunes a estos hongos, para que así el castañar no muera. 

Los robos continuos

Antonio F. Tristancho reconoce que para él es un orgullo que haya turistas en su municipio que se interesen por la castaña. Él asegura que ''desde la asociación no vemos mal que un turista pase por un camino y coja alguna castaña''. Sin embargo, cree que hay una diferencia entre coger castañas y ''los viajes de turistas organizados que van expresamente a la sierra para robarlas''. 

Tristancho afirma que en la carretera nacional que pasa por el parque hay coches aparcados en las cunetas que ''entran en las fincas rompiendo las alambradas y provocando daños cuantiosos''. Por eso creen que la campaña ''Por un castañar vivo'' puede servir para que los turistas se den cuenta del daño que hacen a la población rural. 

En Los Marines, un castañero se enfrentó a uno de los ladrones, lo que provocó que uno de los individuos acabara herido

Tristancho también resalta el problema de las bandas organizadas que entran en las fincas con furgonetas, apañan la castaña y se la llevan. Tristancho afirma que estos hechos han provocado desórdenes públicos y conflictos en los que los castañeros pillan in fraganti a las bandas cometiendo los hechos. Manuel Valle recuerda que en el municipio de Los Marines ''uno de los castañeros se enfrentó a uno de los ladrones lo que provocó que uno acabase herido y que el otro fuese a la cárcel''. Manuel Valle afirma que es como si ''entrasen en tu casa y te robasen''. 

Valle cree que el problema se encuentra sobre todo en la población foránea, ya que ''hace 15 o 20 años no era necesario tener alambradas''. Los vecinos, sin embargo, se ayudan los unos a los otros, con grupos de Whatsapp para avisarse si ven algún robo o actitud extraña. 

El dispositivo ROCA de la Guardia Civil

Tristancho afirma que la Guardia Civil ayuda a la hora de evitar estos robos. Sin embargo, cree que ''deberían ir un poco más allá''. El viernes pasado, Andrés López, coronel de la Guardia Civil, y la subdelegada del gobierno en Huelva, Manuela Parralo, se reunieron con el objetivo de acabar con los hurtos. Andrés López afirmó que se intensificarían las patrullas y el servicio a los pueblos, así como que han incautado más de 6.100 kilogramos

Antonio Tristancho se reunirá este martes con Manuela Parralo para exponer sus exigencias. Piden, en primer lugar, un apoyo por parte de las instituciones, que ''se reúnan las autoridades competentes más veces y no solo al inicio de la campaña'' y prefieren hacerlo por medio del diálogo. 

Creen que si los alcaldes de los municipios de alrededor se uniesen, ya que son entre 7 u 8 alcaldes, podrían hacer mucha más fuerza y conseguir cambios. 

El castaño, reclamo cultural

Si el castaño se extinguiese, las consecuencias medioambientales, sociales y culturales serían catastróficas. En primer lugar, si desaparecen hasta 5.000 hectáreas, la lluvia ácida de la ciudad de Huelva provocaría consecuencias catastróficas, a causa del aumento en los niveles de contaminación.

Antonio resalta que el trabajo del castañar es esencial para la lucha contra la despoblación, ya que ''mantiene a la población en el territorio''. A nivel turístico también es un reclamo espectacular, así como a nivel cultural. La cantidad de platos en los que la castaña es el ingrediente estrella son infinitos. La sopa de castaña, el pastel de castaña o la harina de castaña.

Los ciudadanos, responsables de cuidar el ecosistema, son los que decidirán con el tiempo si un enclave natural como la Sierra de Aracena seguirá colmando a la población española de gastronomía, riqueza cultural y turismo rural. 

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