El PIB repuntó un 2% en el tercer trimestre, nueve décimas por encima de lo registrado en el segundo

La economía española creció un 2% en el tercer trimestre en comparación con el trimestre anterior, un repunte de nueve décimas respecto a la cifra registrada en el segundo trimestre donde el producto interior bruto (PIB) nacional subió un 1,1%. En lo que va de año, el PIB acumula un crecimiento intertrimestral del 2,5% tras un primer trimestre en el que se contrajo seis décimas.

Aunque el dato de crecimiento en el tercer trimestre es el mejor de todos los notificados a lo largo del año, no parece que sea suficiente como para que se materialicen las previsiones del Gobierno. El Ejecutivo estimó en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado un repunte del 6,5% del PIB para este año y del 7% para el próximo. Además, conviene recordar que las dificultades adicionales que ha introducido la pandemia a la hora de calcular el PIB hicieron que el instituto estadístico corrigiera su avance del segundo trimestre, rebajando el crecimiento del 2,8 al 1,1%.

El dato del tercer trimestre refleja que la recuperación de la economía avanza con vigor pero con menos fuelle del esperado por la mayoría de analistas hace apenas unos meses. La corrección a la baja introducida por el INE el pasado septiembre cayó como un jarro de agua fría sobre las expectativas y ha causado que los análisis publicados desde esa fecha sitúen el crecimiento para este año en torno a poco más del 5%.

Funcas rebaja un 20% su previsión de crecimiento para 2021 por los precios de la energía y las materias primas

A mediados de este mes el Fondo Monetario Internacional (FMI) fue de los primeros analistas en asestarle un tajo al rebote esperado para este año. Entonces sus proyecciones económicas rebajaron del 6,2 al 5,7% el crecimiento esperado. Esta misma semana el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, anunció ante la comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados que el supervisor bancario espera "una corrección significativa a la baja" del crecimiento económico para este año. 

Aunque el Banco de España no dio cifras concretas sí lo hizo la Airef, cuya presidenta Cristina Herrero, compareció en ese mismo escenario unas horas más tarde. Herrero dibujó un panorama en el que la economía española crecería un 5,5% en 2021 y otorgaba solo un 40% de probabilidad a que se materializasen las previsiones elaboradas por el Gobierno de cara a los Presupuestos.

La última estimación de relevancia conocida, hecha pública el miércoles por Funcas -una fundación participada por las principales cajas de ahorros- frenó todavía más las expectativas. Su análisis cifraba en solo un 5,1% el crecimiento esperado para este año y recortaba en 1,2 puntos porcentuales sus estimaciones de solo tres meses atrás.

Los palos en las ruedas de la recuperación

La luz y los carburantes disparan la inflación al 5,5%, su máximo en casi 30 años, y lastran la recuperación

Tras el decepcionante dato de crecimiento del segundo trimestre, las esperanzas estaban puestas en el tercero, en el que la temporada turística de verano, las elevadas tasas de vacunación y las escasas restricciones por la pandemia concentraban las condiciones propicias para el consumo.

Sin embargo, las perspectivas para lo que resta de año, con el periodo de gran consumo navideño en el horizonte, son cada vez menos halagüeñas. La mayoría de los analistas coinciden en señalar que, elementos que pocos meses atrás se consideraban solo un riesgo -como la crisis de precios de la energía y los cuellos de botella en la cadena global de suministros- se están comenzando a convertir en una realidad.

Sin ir más lejos el dato de inflación conocido el jueves refleja que los precios de los principales bienes de consumo aumentaron en octubre un 5,5% respecto al mismo mes del año pasado, un encarecimiento que, aunque viene impulsado por el alza en la factura de la luz y los carburantes se va filtrando poco a poco a otros productos. La crisis energética se suma a la escasez de ciertas materias primas clave como los semiconductores, algunos metales o el papel y al atasco en el transporte global que están dificultando el suministro de algunos productos y encareciendo otros. Todo ello amenaza con boicotear una recuperación que en España depende en gran medida de la demanda interna.