Los perros aprenden los límites de las palabras igual que los bebés humanos, según un estudio

  • Extraen vocablos del habla con cálculos y regiones cerebrales similares a los humanos, según un estudio.
Un cachorro y un perro adulto juegan juntos.
Un cachorro y un perro adulto juegan juntos.
PIXABAY
Un cachorro y un perro adulto juegan juntos.

Esta es la primera vez que se demuestra esta capacidad en un mamífero no humano en un estudio realizado por investigadores del Departamento de Etología de la Universidad de Budapest (Hungría) y publicado este viernes en la revista ‘Current Biology’. Los autores combinaron técnicas de neurociencia como el encefalograma (EEG) y la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf).

Los bebés humanos pueden detectar nuevas palabras en el habla mucho antes de aprender lo que significan esas palabras. Para saber dónde termina una palabra y comienza otra, hacen cálculos complejos con el fin de seguir patrones de sílabas, de manera que las sílabas que generalmente aparecen juntas son probablemente palabras y las que probablemente no lo sean.

Un nuevo estudio de imágenes cerebrales realizado por investigadores húngaros descubrió que los perros también pueden reconocer regularidades tan complejas en el habla.

"Hacer un seguimiento de los patrones no es exclusivo de los humanos: muchos animales aprenden de tales regularidades en el mundo circundante, esto se llama aprendizaje estadístico. Lo que hace que el habla sea especial es que su procesamiento eficiente requiere cálculos complejos”, apunta Marianna Boros, investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Neuroetología de la Comunicación de la Universidad de Budapest y coautora del estudio.

Boros añade que “para aprender nuevas palabras del habla continua no es suficiente contar con qué frecuencia ciertas palabras van juntas”, sino que es “mucho más eficiente calcular cómo probablemente esas sílabas están juntas”.

“Así es exactamente como los humanos, incluso los bebés de ocho meses, resuelven la tarea aparentemente difícil de la segmentación de palabras: calculan estadísticas complejas sobre la probabilidad de una sílaba después de la otra", apostilla.

Boros indica al respecto: "Hasta ahora no sabíamos si algún otro mamífero también puede usar cálculos tan complejos para extraer palabras del habla. Decidimos probar las capacidades cerebrales de perros para el aprendizaje estadístico del habla"

"Los perros son la primera especie animal domesticada y probablemente a la que hablamos con más frecuencia. Aun así, sabemos muy poco sobre los procesos neuronales que subyacen a sus capacidades de aprendizaje de palabras", añade.

Estadísticas complejas

Lilla Magyari, del mismo grupo de investigación que Boros y también coautora del trabajo, indica que primero midieron la actividad cerebral mediante EEG no invasivo en perros no entrenados para averiguar “qué tipo de estadísticas calculan los perros cuando escuchan el habla”.

"Curiosamente, vimos diferencias en las ondas cerebrales de los perros para las palabras frecuentes en comparación con las raras. Pero aún más sorprendente, también vimos diferencias de ondas cerebrales para las sílabas que siempre ocurrían juntas en comparación con las sílabas que solo ocasionalmente lo hacían, incluso si las frecuencias totales eran las mismas”, comenta Magyari.

Esta investigadora apunta que “los perros realizan un seguimiento no solo de las estadísticas simples (el número de veces que ocurre una palabra) sino también de las estadísticas complejas (la probabilidad de que las sílabas de una palabra ocurran juntas)”. “Esto nunca se ha visto en otros mamíferos no humanos antes.

"Es exactamente el tipo de estadísticas complejas que los bebés humanos usan para extraer palabras del habla continua", apostilla.

Para explorar cómo de similares son las regiones cerebrales responsables detrás de esta compleja capacidad en perros y humanos, los investigadores también probaron canes con resonancia magnética funcional. Esta prueba también se realizó en animales despiertos, cooperantes y sin restricciones, aunque en este caso fueron entrenados previamente para que quedaran inmóviles durante el momento de las mediciones.

"Sabemos que, en los seres humanos, tanto las regiones cerebrales generales relacionadas con el aprendizaje como las relacionadas con el lenguaje participan en este proceso. Y encontramos la misma dualidad en los perros", subraya Boros, que indica: "Ahora comenzamos a entender que algunos procesos computacionales y neuronales que se sabe que son instrumentales para la adquisición del lenguaje humano pueden no ser exclusivos de los humanos".

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