¿Bonito o melva? Así funciona el fraude de las conservas y pescaderías en España

Alberto Chicote, junto a Raúl García (WWF Spain), en '¿Te lo vas a comer?'.
Alberto Chicote, junto a Raúl García (WWF Spain), en '¿Te lo vas a comer?'.
Atresmedia
Alberto Chicote, junto a Raúl García (WWF Spain), en '¿Te lo vas a comer?'.

La Sexta emitió este martes 2 de noviembre una nueva entrega de ¿Te lo vas a comer?, el formato de investigación culinario presentado por Alberto Chicote. El programa, que suele centrarse en las triquiñuelas de las industrias alimentarias para dar gato por liebre, puso el foco en las conservas. 

Para ello, el cocinero mandó analizar ocho latas y botes de conservas de distintas marcas y tiendas para averiguar si su contenido se correspondía con lo que rezaban sus etiquetas.

Así, y según Miguel Ángel Pardo, investigador principal de los Laboratorios Azti, en dos de las ocho muestras analizadas había desviaciones: en una de las latas marcaba que era bonito del norte y al analizar su ADN el laboratorio aseguró que era de otra especie asiática, que procedía del Índico. 

Pardo explicó que, cuando esto ocurre, el proceso que lleva a cabo el alimento es muy distinto, pues la materia prima suele congelarse o cocerse en el sitio de origen, por ejemplo, Tailandia, para importarse después a Europa.

Ya en el viejo continente, los lomos se cortan y se ponen en tarros de cristal con aceite. El experto también añadió que no había posibilidad de que fuera un error, sino que se trataba de una predisposición al engaño. En otro de los casos, se etiquetó como atún lo que en realidad era melva. 

Una de las herramientas para luchar contra este tipo de fraudes es la trazabilidad de los alimentos, que se basa en plasmar los pasos que ha dado ese producto hasta llegar al lugar en el que los consumidores lo adquieren. 

Al respecto apuntó Raúl García Rodríguez, coordinador de Pesquerías WWF Spain, que la Unión Europea es responsable de fijar qué debe plasmarse en la trazabilidad, unas prescripciones que llevarían décadas sin actualizarse. 

Algunos comerciantes se aprovechan de la ambigüedad de la normativa europea

García Rodríguez señaló que el desconocimiento por parte de los consumidores de los productos del mar debido a estas imprecisiones era algo inadmisible y que son los propios conserveros quienes se niegan a que aparezcan esos datos.

En esa línea, Chicote se dirigió a una pescadería para ver la información que se plasmaba en las etiquetas de los productos. Y lo hizo en compañía de Paloma Colmenarejo, coordinadora de Pesca Sostenible en Client Earth. Esta aseguró que se incumple al 70% la información obligatoria regulada a nivel europeo en el etiquetado del pescado y que no hay voluntad de etiquetar correctamente por parte de los comerciantes.

Así, mientras que en las etiquetas debería aparecer la zona de captura, las técnicas de pesca o la fecha de descongelado en caso de haber pasado por ese proceso, estos datos no aparecían, tal y como constató el presentador. 

La cosa va más allá y, al igual que en las conservas, se venden productos con una nomenclatura que dista mucho de la realidad: "Eso no es mero, sino perca, se trata de un fraude muy común", apuntó la experta.

Volviendo a las conservas, Alejandro Martínez, director de Salud y Sostenibilidad de Eroski, explicó que en muchas ocasiones se comercializa indebidamente la melva con el nombre de bonito, de atún o de bonito del norte, algo en lo que ayuda que no sea obligatorio que el etiquetado incluya el nombre científico de la especie.

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