Irene Rosales descubrió que su boda con Kiko Rivera fue una farsa, según La Razón
- El hijo de Isabel Pantoja no oficializó el enlace en los juzgados.
El 7 de octubre de 2016, Irene Rosales y Kiko Rivera celebraron su enlace rodeados de todos sus familiares y amigos. Sin embargo, este sábado La Razón ha hecho pública una información que confirmaría que fue una farsa.
Dos años pasaron hasta que Irene se dio cuenta de que Kiko no había formalizado de manera legal su matrimonio cuando fue a registrar a su hija pequeña y se encontró con que su estado civil seguía siendo soltera.
La publicación asegura que el motivo por el que no habría oficializado estos papeles sería que verdaderamente no quería contraer matrimonio para que fuera más sencillo si rompían y para que Irene dejara de insistir en una formalización de la relación.
Sin embargo, Canales Rivera ha querido apoyar a Kiko este sábado en Socialité asegurando que es "parte del gen Rivera" y que su intencionalidad no sería esa, sino que simplemente se le habría pasado.
Al presentarse ambos en el Registro Civil y que el funcionario de la administración les dijera que no podían hacerlo como casados porque no lo estaban, Irene se enfureció.
Según asegura Pablo González, Isabel Pantoja fue conocedora de esta situación pero quiso mantenerlo en secreto para no perjudicar a la relación que tiene la familia con la revista Hola, quien realizó el reportaje del enlace.
Estos hechos derivaron en una gran crisis en la pareja, aunque no se había hecho pública hasta ahora. Todo esto se le sumó a que la andaluza se encontraba pasando por un mal momento personal con la delicada salud de sus padres y la lucha contra la adicción del que creía que era su marido.
Finalmente, Kiko Rivera le aseguró que lo solucionaría y solicitaron los trámites para formalizarlo pocas semanas antes de entrar a GH Dúo en enero de 2019. Estos hechos explican la actitud en cierta medida distante que a veces tenía Irene Rosales con su pareja.
La firma definitiva llegó en 2020 en el juzgado de Paz de Castilleja de la Cuesta, junto a dos testigos de su máxima confianza para que no se hiciera público, una amiga de ella y el representante de él.
La pareja ha manifestado públicamente su deseo de casarse de nuevo por la Iglesia, algo que ahora cobra más sentido teniendo en cuenta que su anterior enlace no fue real.
Esta situación también pone en evidencia el argumento de Kiko Rivera de que su prima Anabel Pantoja no tenía que haber celebrado su boda porque era "un paripé", ya que ya se había casado por el juzgado.