CLAVES | El Gobierno se propone reducir las altas tasas de temporalidad limitando el uso y la duración de esos contratos

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
EUROPA PRESS
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
EP / ATLAS

A falta menos de mes y medio para que expire el plazo marcado por el Gobierno para aprobar la nueva reforma del mercado de trabajo a final de año, la temporalidad continúa en el centro del debate entre el Ejecutivo y los agentes sociales. Acotar las situaciones en las que se pueden aplicar este tipo de contratos, reducir su duración a tres meses y limitar el porcentaje de la plantilla que puede verse afectado por ellos son algunas de las medidas incluidas en la última propuesta de la Moncloa a sindicatos y patronal.

El objetivo es disminuir la utilización de los contratos temporales, hacer que el indefinido sea el que se suscriba por defecto e incentivar el uso del fijo discontinuo. La intención del Gobierno es que este último, con el que los trabajadores permanecen contratados todo el año y perciben prestación por desempleo en los meses en los que se hallan inactivos, sea el usado por defecto por las empresas con una actividad estacional o de temporada.

No recoge, sin embargo, este texto del Ejecutivo ningún cambio sobre el esquema de los ERTE, que pasará a denominarse Mecanismo Red. El Gobierno anunció este miércoles su renuncia a su propuesta de la semana pasada en este sentido, que los agentes sociales consideraron "farragosa", y se ha comprometido a presentar una nueva para "acercar posturas".

Tampoco hay novedades en el documento del Gobierno en lo relativo a la modificación sustancial de las condiciones de trabajo por parte de la compañía, la ultraactividad de los convenios -esto es, que sigan en vigor una vez caducados hasta que se negocie uno nuevo- y la prevalencia de los sectoriales sobre los de empresa.

Topes en el uso y la duración

En un país con la temporalidad disparada, con casi 1,7 millones de contratos de este tipo en octubre de 2021, el Gobierno plantea introducir unos topes para acotar su uso: solo podrán emplearse para sustituciones o por circunstancias sobrevenidas de la producción. Además, se especificará "con precisión (...) la causa habilitante, (...) las circunstancias concretas que la justifican y su conexión con la duración prevista".

Asimismo, la duración máxima de los contratos para actividades ocasionales será hasta la reincorporación del trabajador reemplazado en caso de sustitución  y de tres meses, frente a los doce actuales, en el resto de supuestos. Y el texto añade quien se encuentre en esta situación durante más de cinco meses en un año pasará a ser considerado indefinido. 

Porcentaje de temporales

No son estas las únicas novedades. Las compañías únicamente podrán contratar a un porcentaje determinado de sus empleados de manera temporal, una proporción que dependerá del tamaño de la plantilla. 

Así, el Ejecutivo propone que el número de contratos para tareas ocasionales que las empresas podrán concertar dentro de un año natural no será superior a uno en compañías de hasta 5 trabajadores, para subir a dos en las de 6 a 10 personas y tres en el caso de llegar a 30.

Por encima de esa cifra, se establecen topes en número de contratos y porcentaje: de 31 a 100 trabajadores, cinco contratos al año o el 8% de los empleados; de 101 a 500 asalariados, 15 o el 7% de la plantilla, y en empresas con más de 500, 30 o el 4% del personal.

Estos términos no afectarán, por sus características particulares, al sector agrícola, tradicionalmente uno de los que mayor porcentaje de trabajadores temporales utiliza. En ese caso, el número máximo de contratos permitidos en cada tramo se incrementará en un 50%.

Propuestas anteriores sobre temporalidad

En los planteamientos iniciales de esta negociación, iniciadas el pasado marzo, Moncloa incluyó el fin del contrato por obra y la prohibición del uso del temporal para picos de actividad cuando esa mayor carga de trabajo tuviera que ver con la actividad "normal y permanente" de la empresa. El objetivo era que este tipo de necesidades se encajaran en el contrato fijo discontinuo.

En otra propuesta posterior, el Ejecutivo introdujo una limitación a la temporalidad en las empresas que solo podían cubrir un 15% de los puestos estructurales con estos contratos.

Ambos puntos se encontraron con el firme rechazo de la patronal, que insiste en la importancia de la flexibilidad para el empleo. Este posicionamiento de los empresarios motivó las modificaciones incluidas en la propuesta actual: los topes diferentes en función de la plantilla y la exclusión de la agricultura de los términos generales.

Nueva propuesta de los ERTE

En contraposición a las novedades sustanciales practicadas a los planteamientos anteriores sobre temporalidad, el Gobierno no ha presentado ninguna propuesta sobre los ERTE, denominados ahora Mecanismo RED. En el último encuentro, el texto del Gobierno sobre ya fue rechazado por la patronal y los sindicatos, por considerarlo excesivamente complejo y farragoso.

No obstante, el Ejecutivo se ha comprometido a presentar a los agentes sociales, con los que se reunirá el viernes, un dibujo diferente de este mecanismo en breves.

A pesar de la entrada reciente de representantes de los Ministerios de Economía, Hacienda, Seguridad Social y Educación, otros puntos de negociación colectiva, como la prevalencia del convenio del sector y la ultraactividad, se mantienen sin cambios. Tampoco hay variaciones sobre la subcontratación, que el Ministerio de Trabajo quiere limitar a casos tasados.

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