El Mar Menor, aquel entorno natural que hace años era un paraje maravilloso y emblemático, se ha convertido en una laguna de algas putrefactas, espuma y aguas turbias.
De momento nadie confía en que el problema se solucione y a los vecinos solo les queda el recuerdo de lo que fue. Precisamente en los pueblos de los alrededores a los propietarios no les queda otra que poner en venta sus casas, que cada día se deprecian más.
Los precios de la vivienda han caído un 50% en los últimos años. El problema es extensivo a otros sectores. También se arruinan los negocios que viven del poco turismo que queda.
De hecho, un estudio del Banco de España incluye el deterioro del Mar Menor como un evento similar al que se podría dar a causa del cambio climático para ver el impacto que tiene en el precio de las viviendas y en las garantías de las hipotecas y ha determinado que lo ha estancado.
Este ejercicio analiza la diferencia entre la evolución de los precios de las casas cuyas playas están en el Mar Menor de las que se ubican en otras localidades cercanas bañadas directamente por el Mediterráneo, como las del sur de Alicante.
La conclusión es que los precios de estas últimas han tenido un incremento desde 2015 del 40% frente a las de la orilla del Mar Menor, que se han mantenido invariables o en caída.
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