Magdalena Andersson, la fugaz ministra sueca que recuerda a Merkel y que se opuso al plan europeo de recuperación

Magdalena Andersson, después de ser investida como primera ministra de Suecia.
Magdalena Andersson, después de ser investida como primera ministra de Suecia.
EFE
Magdalena Andersson, después de ser investida como primera ministra de Suecia.
Magdalena Andersson, después de ser investida como primera ministra de Suecia.
ATLAS/EFE

La primera ministra de Suecia, la socialdemócrata Magdalena Andersson, ha dimitido este miércoles a las pocas horas de ser nombrada, después de que la votación de los presupuestos se saldase con la propuesta de la oposición conservadora y no con la de su coalición de gobierno con Los Verdes.

"Existe una práctica constitucional que dice que un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está cuestionada", aseguró Andersson, después de que sus aliados ecologistas abandonaran el gobierno.

A sus 54 años, casada con un profesor universitario y madre de dos hijos, esta economista por Handels, la principal escuela de estudios de comercio de Suecia, y heredera del primer ministro saliente Stefan Löfven, del que fue ministra de Finanzas durante siete años, estuvo menos de un día en el cargo.

Nacida en Uppsala, esta hija única destacó en su juventud en las piscina, donde su determinación la llevó a proclamarse campeona nacional júnior de natación.

Políticamente se ha forjado una reputación de mujer firme, segura de ella misma y con un tono directo

Afiliada a las juventudes socialdemócratas a los 16 años, trabajó en la oficina del exprimer ministro Göran Persson entre 1996 y 2004 y más tarde ocupó varios cargos en el Ministerio de Finanzas antes de dirigir la Agencia Tributaria. Nombrada en 2012 portavoz económica del partido por Löfven, ha sido ministra de Finanzas desde 2014 hasta su elección fugaz como primera ministra.

Andersson se describe a sí misma como una "mujer simpática y trabajadora" a la que le encanta tomar decisiones. Pero políticamente se ha forjado una reputación de mujer firme, segura de ella misma y con un tono directo que contrasta con la moderación habitual de Suecia, según destacan varios expertos a la agencia de noticias AFP.

"Hay gente que incluso dice tenerle miedo"

"Hay gente que incluso dice tenerle miedo, lo que es bastante curioso viniendo de profesores de economía o politólogos de élite", señala Anders Lindberg, jefe del servicio político del diario Aftonbladet, próximo a los socialdemócratas.

"Tiene una forma de argumentar que recuerda un poco a Angela Merkel. Lo que ella quiere decir no siempre está totalmente claro, pero suele terminar por conseguirlo porque nadie más sabe responder, mientras que ella domina todos los detalles", añade.

"Le gusta presentarse como una buena soldado, que organiza las pausas del café y unta los sándwiches en las reuniones del partido. Pero viene de la élite intelectual", opina Jonas Hinnfors, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Goteborg.

En Bruselas, Andersson defendió la contención presupuestaria para superar la recesión económica que ha originado la pandemia del coronavirus, alineándose así el año pasado con Austria, Holanda y Dinamarca en el denominado club de los "frugales", opuestos al macroplan de reactivación económica europeo.

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