¿Esconde algo perverso detrás de esa mirada de ángel, como Samuel en Ausentes?

Nada. Soy un ser de una gran bondad (ríe).

Es un filme de suspense. ¿A qué le tiene usted miedo?

Ahora no tanto, pero de pequeño a las películas de terror y sobre todo a Tiburón.

Tiene fama de seductor. ¿Se cuida mucho?

¡Mira lo que tengo en la boca! (un cigarro). No hago deporte ni yoga, pero debería hacerlo. Me cuido la cabeza, que es lo más importante.

¿Es tan serio como parece?

En general soy serio, pero a veces tengo muchísimo sentido del humor, mogollón.

¿Se considera tímido?

Muchísimo, tengo una timidez tremenda.

¿La intenta superar a través de la pintura o escribiendo?

No lo hago por eso, pero sí me ayuda a expresar mis sentimientos. Me gusta pintar o escribir sobre cosas que me hagan sentir bien.

¿Qué tiene encima de la mesita de noche?

Unos tapones para los oídos.

¿Cómo le gusta dormir?

Me gusta cambiar de posición (vuelve a reír).

¿Volvería a Hollywood?

Sí, porque te ofrecen buenos guiones. Aunque, si tuviese hijos, no sé sí podría ir a rodar tres meses lejos de casa.

¿Se ha sentido alguna vez acosado por sus fans?

Una vez intentaba freír un huevo, lo que nunca he sabido hacer porque temo que me escupa la sartén. Estaba en la cocina, en un primer piso sin ascensor, y alguien me llamó desde la calle. Aquello no me moló porque sabían que vivía allí. Pero las fans son buena gente, muy cariñosas.

¿Pero es buen amo de casa?

Sí, super buen amo de casa. Siempre he hecho la cena. Soy buenísima persona, un sol.

Bio

Nació en L’Hospitalet (Barcelona) en julio de 1968. Ha protagonizado Nadie conoce a nadie y Son de mar, y ha pasado por Hollywood en Blow, Bad Boys 2 y El Álamo. No somos nadie es su primer largometraje como director.