El alto riesgo por Covid complica la situación en España a las puertas del fin de semana decisivo previo a Navidad

Segunda noche en Austria con los no vacunados confinados en sus casas y parece que la medida surte efecto. Vuelven las colas a los centros de vacunación, y hasta se ha habilitado la mítica catedral de San esteban. Lo mismo ocurre en Alemania que supera ya los 300 casos por cada cien mil habitantes. En el aire están los tradicionales y turísticos mercadillos de Navidad del país. Más de 16.000 casos diarios tienen en Países Bajos. Aquí los comercios cierran a las seis. Bares y restaurantes a las ocho. Y se limitan las reuniones a cuatro personas. Y así seguirán tres semanas, el objetivo es salvar la Navidad. Francia ha visto cómo sus contagios subían un 40% en la última semana. Por lo pronto, los alumnos vuelven a llevar mascarilla en las aulas. Desde hoy, los trenes en Italia están autorizados a parar si un pasajero muestra síntomas de Covid. El vagón tendrá que ser desinfectado. En Bulgaria preocupa que sólo el 23% de la población tenga la puta completa y eso que ostenta una de las tasas de mortalidad más altas del mundo.
El alto riesgo por COVID comienza a complicar las cosas en España a las puertas del fin de semana decisivo antes de las Navidades.
Segunda noche en Austria con los no vacunados confinados en sus casas y parece que la medida surte efecto. Vuelven las colas a los centros de vacunación, y hasta se ha habilitado la mítica catedral de San esteban. Lo mismo ocurre en Alemania que supera ya los 300 casos por cada cien mil habitantes. En el aire están los tradicionales y turísticos mercadillos de Navidad del país. Más de 16.000 casos diarios tienen en Países Bajos. Aquí los comercios cierran a las seis. Bares y restaurantes a las ocho. Y se limitan las reuniones a cuatro personas. Y así seguirán tres semanas, el objetivo es salvar la Navidad. Francia ha visto cómo sus contagios subían un 40% en la última semana. Por lo pronto, los alumnos vuelven a llevar mascarilla en las aulas. Desde hoy, los trenes en Italia están autorizados a parar si un pasajero muestra síntomas de Covid. El vagón tendrá que ser desinfectado. En Bulgaria preocupa que sólo el 23% de la población tenga la puta completa y eso que ostenta una de las tasas de mortalidad más altas del mundo.
El alto riesgo por COVID comienza a complicar las cosas en España a las puertas del fin de semana decisivo antes de las Navidades.
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Falta apenas una semana para Navidad y llega, de nuevo, en pandemia. En unos días, los villancicos y los turrones volverán a inundar las casas de los españoles y lo harán en plena sexta ola de la COVID-19, con los contagios diarios disparados y la incidencia al alza, mientras la variante ómicron amenaza con imponerse en territorio nacional en apenas dos meses. En este escenario poco halagüeño, el Gobierno apuesta por la vacunación y la responsabilidad individual, al tiempo que las comunidades intentan frenar, no sin dificultades, el avance del coronavirus.

Después de sumar 31 puntos más de incidencia acumulada este jueves y alcanzar los 472 casos por 100.000 habitantes, España encadena tres jornadas de elevado aumento en la trasmisión, con una media de más de 25.000 positivos al día. Esta evolución dibuja un horizonte oscuro a corto plazo, con diez comunidades autónomas ya dentro del riesgo muy alto por COVID y el conjunto nacional a 28 puntos de superar ese umbral, fijado en 500.

Tras un año de intensa vacunación, la situación ahora poco tiene que ver con la de las Navidades pasadas, marcada por férreas limitaciones de movilidad y de reunión y una presión hospitalaria que casi duplicaba la actual. Sin embargo, los profesionales de Atención Primaria ya han notado un fuerte incremento en las últimas dos semanas y temen que la llegada de las fiestas pueda traducirse en una saturación de los servicios.

¿Cuáles son los síntomas? ¿El periodo de incubación? ¿Los antígenos funcionan?

En este marco, el aumento descontrolado de los contagios y la aparición de la variante ómicron preocupan a las autonomías, que ven cómo esta nueva variante del SARS-CoV-2 y su mayor transmisibilidad pueden redundar en "hospitalizaciones y muertes adicionales" a las previstas, según informó este miércoles el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).

¿Debe la UE ofrecer respuestas conjuntas a crisis sanitarias globales?

No obstante, la coyuntura no es mejor en el resto de Europa, donde muchos países tienen unas tasas de incidencia muy superiores a las de España y han alcanzado los peores datos desde el inicio de la pandemia. Con este panorama descorazonador, ómicron centró el debate del Consejo de este jueves sobre la pandemia y dividió a los Veintisiete: la UE insiste en "coordinarse y seguir vacunando" mientras algunos países ya van por libre, con Italia, Portugal y Grecia que exigen PCR a los ciudadanos comunitarios que quieran entrar en su territorio.

Vacunación y cultura del cuidado

En este contexto preocupante, cada vez son más las voces que reclaman nuevas restricciones para frenar la propagación del coronavirus, como la reducción del número de comensales en las reuniones familiares. En esta línea, los expertos que asesoran a las comunidades autónomas en materia de Salud Pública remitieron a principios de diciembre a los responsables políticos un documento de recomendaciones en el que pedían que la hostelería limitase a 10 la cantidad de personas por mesa.

En este sentido se han manifestado algunas comunidades en los últimos días, como Navarra, cuyo Gobierno ha aconsejado limitar a un máximo de 10 personas y de dos unidades de convivencia los encuentros en el ámbito privado. Por su parte, el comité científico asesor en materia de COVID del Govern de Cataluña ha reclamado aplicar restricciones para disminuir las interacciones sociales a las puertas de las fiestas de Navidad y acelerar las terceras dosis de la vacuna, en un momento en el que el virus está desbocado en Cataluña.

El ECDC ya alertó este miércoles de que la vacunación no bastaba para amortiguar el impacto de la variante ómicron del coronavirus, que será dominante en un par de meses en el continente, y llamó a los países a implementar "medidas drásticas". Sin embargo, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha descartado en varias ocasiones en los últimos días endurecer las restricciones y apuesta por la campaña de inmunización y la cultura del cuidado para encarar esta etapa.

Así lo repitió este jueves en la Comisión del ramo en el Congreso, donde incidió en la necesidad de intensificar la campaña de refuerzo de terceras dosis y de mantener las medidas de protección no farmacológicas, como el uso de la mascarilla, evitar las aglomeraciones en lugares públicos, ventilar adecuadamente y mantener las medidas de higiene.

Proliferación de macrobrotes

Esta mayor difusión del virus ha provocado la proliferación de brotes, algunos de ellos de grandes dimensiones y asociados a hospitales y celebraciones navideñas. El primero de ellos fue uno vinculado al Hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya), por el que se produjeron 96 contagios tras una comida de 170 sanitarios. El pasado miércoles, este centro registró un nuevo foco, esta vez entre pacientes de la planta de Neurocirugía, que afecta a cuatro personas y el motivo puede ser la negativa de los familiares a usar mascarilla.

En Madrid, hasta 32 residentes del Hospital Severo Ochoa de Leganés han dado positivo en COVID-19 y cerca de 80 profesionales están en cuarentena, tras una salida a una casa rural durante el pasado puente de la Constitución a la que asistieron presuntamente más de 50 trabajadores. También en la Comunidad, el Zendal registra un brote de con 17 sanitarios contagiados hasta el momento, según ha informado el centro. Todos ellos tienen síntomas leves y guardan cuarentena en sus domicilios.

Además, al menos 11 médicos residentes del Hospital Clínico de Santiago de Compostela se han contagiado después de una cena en la que participaron unos 120 MIR.

Estos brotes se suman al detectado en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles, dentro del Complejo Asistencial de Ávila, que se ha convirtió en un foco importante de COVID después de que el pasado 11 de noviembre se desatara un brote que desde entonces deja ya 14 fallecidos y en torno a 133 casos vinculados, 22 de los cuales permanecen hospitalizados. Pese a las cifras, el centro asegura que "ya está muy controlado".

Cancelaciones en la restauración

En estas circunstancias, el miedo ha llevado a muchos empresas a suspender las cenas de Navidad y a ciudadanos particulares a anular sus encuentros con familiares y amigos, una tendencia que se supone una auténtica debacle para el sector. Fuentes de Hostelería de España aseguran a 20minutos que el porcentaje de cancelaciones roza el 40%, "aunque las cifras cambian de un día para otro y a peor".

De hecho, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia, Antonio Luque, eleva esta oleada de cancelaciones hasta más del 70%, en un fenómeno que golpea, en mayor o menor medida, a todas las provincias españolas.

A las anulaciones de las reservas de clientes españoles por toda la geografía nacional, se suman las anulaciones de "cientos de miles" de reservas de extranjeros que tenían previsto visitar España en diciembre y enero, fundamentalmente Canarias, Baleares, Málaga y Alicante, debido a los requisitos de entrada impuestos a los niños de 12 a 16 años, según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos.

Ahora, en plena escalada de contagios y con la incertidumbre provocada por ómicron, las Navidades se perfilan como una época complicada repleta de reuniones e interacciones sociales que pueden causar un aumento todavía mayor de los casos y la incidencia, como sucedió el año pasado.

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