Le llaman "cifra negra" o "datos oscuros", y es lo que se esconde bajo la punta del iceberg de los casos de violencia sexual que se cometen. Los expertos han tratado de averiguar la magnitud de esa realidad sumergida y estiman que, en España, solo se detectan entre un 5 y un 10% de los 400.000 incidentes que calculan que se producen al año.

La mitad de los abusos sexuales a menores ocurren en la familia y solo se denuncia el 15% del total de casos

Un grupo de investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) ha realizado, por encargo del Ministerio del Interior, el primer informe global sobre violencia sexual en España para obtener una "foto fija" del fenómeno, teniendo en cuenta los casos que se desconocían. El objetivo es recabar toda esa información y usarla como herramienta de acción. "Tenemos que seguir avanzando en la lucha contra este tipo de violencias, y conocer con el máximo rigor sus magnitudes para intentar prevenir y reducir al máximo este fenómeno delictivo", aseveró el jefe de Área de Análisis VioGén y Criminalidad del Ministerio del Interior, Juan José López Ossorio, durante la presentación del estudio.

Así, el resultado obtenido por el análisis dirigido por Antonio Andrés Pueyo, catedrático de Psicología, junto a expertos del Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la UB, refleja que la realidad de todos los tipos de conducta sexual no consentida es más amplia de lo que muestran los registros oficiales. Concretamente, estiman que solo en España se producen unos 400.000 incidentes de violencia sexual al año, de los cuales el 25% (100.000) es contra menores de 16 años. 

"Vivimos un cierto repunte de los delitos sexuales", alertó Pueyo, explicando que ese incremento no se debe únicamente al retraso en la edad de responsabilidad penal de los 13 a los 16 años, sino que también influye la prevalencia de los nuevos delitos sexuales a través de Internet.

Concluye además que una de cada 45 mujeres en el país es víctima de algún tipo de comportamiento delictivo en esta materia, dato que queda en 1 de cada 60 personas si son niños de hasta 16 años. Otra cifra que, según reconoció Pueyo, les sorprendió, es la magnitud del acoso sexual laboral, con una prevalencia del 14%.

El catedrático explicó que realmente apenas se detecta entre un 5 y un 10% de la violencia sexual que se produce. Este dato varía considerablemente en función del carácter y de la gravedad de los delitos: en los más graves (como una violación en grupo, por ejemplo) suele haber una tasa de denuncia mucho más alta; mientras que en los considerados más leves o producidos en un entorno más personal (pareja, conocidos, etc.) el porcentaje cae en picado. De hecho, estudios europeos sitúan que la detección media de estos delitos es de en torno a un 2,17%, "y probablemente en España sea cercano a ese valor". 

La "brecha" entre la cifra oculta y la conocida

Las conclusiones son fruto de una investigación exhaustiva de todos las incidencias cometidas entre 2018 y 2019, y suponen una primera aproximación a una mirada más global de la problemática. Con todo, los investigadores inciden en la necesidad de seguir impulsando estudios específicos sobre este tipo de violencia para reducir esa "brecha" entre la cifra oculta y la conocida.

Uno de los motivos con los que refuerzan la certeza de que la violencia sexual esconde una realidad mucho más extensa, es la proporción entre denuncias y condenas. El informe muestra que hay unas 13.000 denuncias al año por este tipo de delito (lo que supone un 3,6% del total) y 2.500 condenas (0,9%). Estos datos, cruzados con los de los condenados en prisión -unos 3.000-, que representan en torno al 5% de reclusos, y teniendo en cuenta que se sabe que el 7% reincide, terminarían de avalar la existencia de un panorama mucho más grave.

"La mejor estimación sería que en España puede haber unos 235.000 agresores sexuales durante un año y unas 350.000 víctimas", explicó el catedrático durante el acto de presentación. 

Un reto complicado: ir más allá de la punta del iceberg

Con el objetivo de estimar esa información desconocida, los investigadores reunieron en este informe una serie de datos existentes, tales como denuncias, condenas, encuestas, investigaciones; pero también otros como confesiones posteriores de los propios condenados, información de hospitales y clínicas, informaciones del mundo del ocio y laboral o del ámbito deportivo.

Conocer la magnitud exacta de la violencia sexual no es enteramente posible. Uno de los retos de los expertos es ser capaz de registrar esta problemática, pero se trata de una lacra que suele suceder en contextos privados, en los que en muchas ocasiones se ocultan los hechos, lo que dificulta la obtención de una realidad cuantitativa precisa. Además, este tipo de violencia engloba casos muy heterogéneos, lo que complica todavía más su detección y capacidad para contabilizarlos. Es lo que los expertos denominan el modelo "iceberg" de la violencia sexual: la cifra oculta de estos delitos que, como sucede con los de otros ámbitos, nunca se llegan a conocer.