Internacional

Una Europa a dos velocidades ante la ómicron entra en la semana navideña

Apenas quedan unos días para la Navidad, la época en la que millones de europeos se juntan con sus seres queridos para celebrar la Pascua. Pero este año habrá un comensal más en las mesas, aunque nadie lo ha invitado: la temible variante ómicron, que ha insuflado nuevos bríos a la pandemia de coronavirus, haciéndolo más contagioso.

En pocas semanas, los datos de contagios se han disparado en todo el mundo y aunque por fortuna esta cepa, surgida en Sudáfrica, no parece que lleve aparejada un aumento de la gravedad de los enfermos de Covid-19, el alto volumen de casos ha hecho aumentar de manera irremediable la presión hospitalaria en los países afectados.

Aunque estas curvas de contagio son más o menos equiparables entre los países europeos, la respuesta de los Gobiernos no lo es así. Algunos estados se han apresurado a endurecer las medidas para evitar un desborde de sus sanidades, mientras que otros permanecen más o menos impasibles, sin duda aguardando a que pase al menos la Navidad para tomar medidas y no privar, por segundo año seguido, a su ciudadanía de las fiestas más familiares del año.

Países que aplican ya restricciones

Países Bajos es el paradigma de países que antes y con más firmeza han actuado. El ejecutivo liderado por Mark Rutte ha decretado un confinamiento duro que arrancó este domingo y que durará hasta el próximo 14 de enero.

Solo negocios esenciales, como farmacias, tiendas de primera necesidad o gasolineras y algunos puestos estratégicos permanecerán abiertos. Ni siquiera los centros educativos se librarán del cierre.

En cuanto a las fiestas navideñas, se limita a dos personas los grupos en exteriores y las visitas diarias a una casa. No obstante, no hay toque de queda ni hay prohibición de salir de casa.

¿Debe la UE ofrecer respuestas conjuntas a crisis sanitarias globales?

En el caso de Francia, las medidas ya están decididas, pero no entrarán en vigor hasta después del próximo fin de semana. Se prohibirán las concentraciones en la calle en Nochevieja, incluidos los conciertos y los fuegos artificiales que habitualmente organizan los ayuntamientos galos con motivo del Fin de Año. 

En cuanto a la Navidad, el Elíseo ha pedido a los franceses que eviten en lo posible las concentraciones multitudinarias y que las reuniones y las celebraciones se hagan con el menor número de personas posibles para evitar los contagios.

Alemania también ha actuado ya. El nuevo Gobierno ha decidido que a partir de este lunes, todos los viajeros a partir de 12 años que en los últimos diez días hayan estado en Reino Unido deberán presentar un test negativo antes de comenzar su viaje, ya sea por tierra, mar o aire. También deberán guardar cuarentena los viajeros procedentes de países como Francia o Dinamarca.

En el caso de Suiza, las medidas pasan por prohibir reuniones de más de 10 personas si hay alguna persona no vacunada o previamente infectada. Se ha decretado la obligatoriedad del teletrabajo allá donde sea posible y solo los vacunados podrán acceder a recintos deportivos u hosteleros.

Finlandia exige desde el pasado jueves una prueba PCR negativa reciente a los viajeros procedentes del Reino Unido, Noruega, Dinamarca y Nigeria, estén o no vacunados, una medida que se extenderá el próximo martes a todos los países que no pertenecen a la zona Schengen.

Además, ha ampliado las restricciones a la hostelería a buena parte de las regiones del país, incluida Laponia, el principal destino turístico navideño de Finlandia.

Dinamarca, por su lado, ha pedido la clausura de las actividades culturales y de ocio, y aunque no ha establecido medidas más drásticas, ha pedido a la población que limite sus contactos sociales y a los restaurantes que cierren a las 23:00 horas.

Encomendados a la tercera dosis

La velocidad con la que ómicron ha despegado ha pillado a muchos países en fuera de juego y sin capacidad de reacción, sobre todo por la impopularidad de tomar medidas restrictivas en Navidad. Por eso, la mayoría han decidido encomendarse al refuerzo vacunal como principal arma contra la nueva cepa.

El gobierno alemán de Olaf Scholz ha acelerado la adquisición de millones de dosis adicionales de vacuna, ya que tras sucesivos apremios a la población a inmunizarse ha constatado que no dispone de suficientes reservas para hacer frente a la campaña de invierno.

Francia también está actuando en este sentido. Se ha reducido un mes el tiempo de espera entre la segunda y la tercera dosis, y se ha decretado que sanitarios y bomberos se inoculen esta tercera dosis ya.

Italia ha aprobado la obligatoriedad de la tercera dosis para personal docente, sanitarios, policía y ejército, y ha decidido que nadie podrá entrar en el país sin una PCR negativa, esté o no vacunado.

El Gobierno de Austria ha decretado que a partir de este lunes, quienes lleguen al país tendrán que disponer de un certificado de vacunación válido o haber pasado ya la covid-19 o, de lo contrario, someterse a un aislamiento que puede romperse con un test PCR tras cinco días.

De manera similar, quien quiera entrar en Grecia durante las fiestas navideñas deberá aportar no solo un pasaporte covid, sino mostrar además una prueba negativa PCR realizada 72 horas antes de entrar en el país o un test rápido efectuado 24 horas antes.

El caso del Reino Unido

El caso de Reino Unido es especialmente preocupante. Con la credibilidad del primer ministro, Boris Johnson, cada vez más en entredicho, los contagios se han duplicado en una semana y los protagonizados por ómicron suponen alrededor del 60%, aunque en Londres el porcentaje es aún mayor (80%).

Tan rápido se difunde el virus que este mismo domingo, el ministro de Sanidad, Sajid Javid no descarta tomar medidas de aquí al fin de semana que viene, cuando se celebra la Sanidad. Por ahora, Whitehall ha prometido la tercera dosis antes de que acabe el año y ha planteado medidas como la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público y espacios cerrados o el pasaporte covid, pero los expertos están recomendando dar una vuelta de tuerca más y adoptar decisiones como limitar los contactos sociales a miembros de tres hogares distintos o el cierre de discotecas a partir de finales de este diciembre.

¿Y España? Nada se mueve hasta el miércoles

En el caso de España, el primer movimiento del Gobierno ha tenido lugar este domingo con una declaración institucional del presidente, Pedro Sánchez. Como se preveía, el jefe del Ejecutivo no ha anunciado ninguna medida, más allá de convocar para el miércoles una conferencia telemática de presidentes autonómicos. 

En ella, Sánchez espera "repasar la situación de la pandemia y evaluar nuevas medidas que podamos poner en marcha en las próximas semanas". No parece probable que se tome ninguna decisión drástica durante las fiestas navideñas.

El propio Gobierno ya dijo a principios de mes que no se mostraba favorable a aplicar restricciones y el motivo era claro: no parar la economía. Habrá que ver si la evolución de los contagios permite al Gobierno seguir con esta postura.

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