Jennifer Garner, molesta por las palabras de Ben Affleck sobre su divorcio: "Jamás habría hablado así de él"

Se tiene que estar arrepintiendo desde que las pronunció. Nadie en absoluto se ha tomado bien las palabras de Ben Affleck. En una reciente entrevista, que daba por la promoción de su última cinta, The Tender Bar, con la que aseguran que puede llegar su primera nominación a un Oscar de interpretación, el actor aseguraba que su reconocida adicción al alcohol comenzó porque no era feliz en su matrimonio con Jennifer Garner.

"Parte de la razón por la que comencé a beber fue porque estaba atrapado", decía ante el famoso presentador Howard Stern sobre los años junto a la protagonista de la serie Alias o Elektra, así como que, si siguiera con ella "probablemente, todavía estaría bebiendo". Unas duras declaraciones, además, que le trajeron problemas con su actual pareja, Jennifer Lopez, a quien no le sentó nada bien cómo hablaba Affleck de su exesposa.

Ahora se ha conocido que a la susodicha Garner no le han hecho nada de gracia los comentarios de Affleck, quien a su vez es el padre de sus tres hijas: Violet Anne, que acaba de cumplir 16 años, Seraphina Rose, de 12 años, y el más pequeño, Samuel, que el año que viene soplará 10 velas.

"Jen no está en absoluto contenta con las palabras de Ben sobre por qué se divorciaron. Mientras que él concede una entrevista y va diciendo que se sentía 'atrapado' en su matrimonio, Jen jamás habría usado esa frase ni se le habría ocurrido hablar así en público de Ben, tan abiertamente. Fue una total falta de respeto", ha confesado una fuente cercana a la actriz al portal Touch Weekly.

Como Jennifer Garner le apoyó en repetidas ocasiones y se convirtió en su mayor defensa en aquellos años a pesar de sus recaídas, incluso llevándolo ella misma a una clínica de rehabilitación, multitud de fans se abalanzaron sobre Affleck por sus palabras y el informante lo resume: "Si lo piensas, es una especie de bofetada a Jen y a sus hijos".

Recientemente y en el programa de su amigo Jimmy Kimmel, el actor, de 49 años, ha lamentado que los medios de comunicación tergiversaran sus palabras y pusiesen el foco justo en lo contrario de lo que él quería decir.

"Decían que había culpado a mi exesposa de mi alcoholismo porque estaba atrapado en este matrimonio. Me hicieron parecer el peor, el hombre más insensible, estúpido y horrible", se quejó. "Y no es cierto: es exactamente lo contrario de lo que soy, de lo que creo".