Los inquilinos de toda una finca de Barcelona, amenazados con la expulsión tras comprarla un fondo de inversión

Los vecinos de la Casa Orsola se organizan ante la no renovación de los contratos.
Los vecinos de la Casa Orsola se organizan ante la no renovación de los contratos.
Sindicat de Llogateres
Los vecinos de la Casa Orsola se organizan ante la no renovación de los contratos.

Los vecinos de una finca de Barcelona han lanzado un grito de alerta ante la amenaza de ser expulsados de sus viviendas en un nuevo caso de especulación inmobiliaria parecido al desahucio que tuvo lugar este lunes y que dejó en la calle a un hombre sin recursos y a su madre de 77 años

Casa Orsola, el nombre que recibe la finca situada en los números 122 de Consell de Cent y 137 de Calabria, fue comprada el pasado octubre por un fondo de inversión, Lioness Inversiones SLU, que, según ha informado el Sindicat de Llogateres (Sindicato de Inquilinas), ya ha anunciado su intención de no renovar ningún contrato de alquiler en el edificio.

De los 27 pisos y cuatro locales que forman esta finca, ocho viviendas y un comercio, a quienes se les acaba el contrato en los próximos meses, ya han recibido un burofax en el que la propiedad avisa de que deberán devolver las llaves en cuanto llegue la fecha. Sobre el resto de viviendas, cuatro están vacías, nueve son de renta antigua (o contrato fijo) y otras seis deberán abandonar el piso entre 2022 y 2027, momento en las que finalizarán sus contratos. 

Así lo han explicado este martes el Sindicat de Llogateres y los mismos vecinos, de entre los cuales cinco han decidido que seguirán en sus pisos una vez finalice el contrato y llevarán a cabo la estrategia 'Nos Quedamos', que consiste en continuar pagando el alquiler mientras se intenta negociar con la propiedad. 

Uno de estos vecinos es Tono, a quien se le acaba el contrato dentro de muy poco, el próximo 31 de diciembre: "Lucharemos hasta conseguir una negociación con el fondo de inversión para que nos renueve los contratos a siete años -la duración estipulada cuando la propiedad es una empresa- y sin subidas, que es lo que marca la ley", ha explicado.

También ha hablado Elisenda, quien lleva 30 años viviendo en esta finca situada en l'Esquerra de l'Eixample con su marido y su hijo: "Nos quitan nuestras raíces y nuestros hogares sin ninguna explicación. Hay una falta de sensibilidad", ha lamentado emocionada. 

'Superilla'

Desde la Casa Orsola denuncian que la llegada de la 'superilla' que pronto se construirá en Consell de Cent -y que peatonalizará y hará "más verde" el espacio- esté atrayendo a los fondos de inversión para especular en lugar de poder ser disfrutada por los vecinos y los comercios de barrio.

Y es que, además de los vecinos, el comercio al que se le acabará el contrato en breve y que también prevé quedarse para intentar negociar es un pequeño quiosco regentado por una familia "que migró hace años a Barcelona y levantó el negocio con mucho esfuerzo y ahora, pese a ser un espacio de encuentro y unión vecinal, se puede ir a pique", comentan desde el sindicato.

Por otra parte, el sindicato cuenta que los vecinos que tienen un contrato de renta antigua ya han recibido el aviso de que, a partir de marzo, comenzarán a hacer obras en los pisos que ya están vacíos. Estos inquilinos temen que, además de perder su comunidad de vecinos, deban convivir con los ruidos de estas obras e intuyen que la empresa pretende echarlos para poder hacer pisos de lujo y ponerlos "a precio de oro".

Para evitar estas situaciones, desde el Sindicat de Llogateres reclaman que, "igual que hemos regulado los alquileres, haya una ley que no permita echar a una familia si está cumpliendo con las condiciones del contrato". Concretamente, piden que "los contratos sean renovables obligatoria y automáticamente siempre que los inquilinos cumplan con sus obligaciones y la propiedad, si es un pequeño propietario, no necesite la vivienda para uso propio o de algún familiar".

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