Italia elige presidente con Draghi como favorito pero... también podrían serlo Antonio Conte o Sophia Loren

  • Para ser presidente solo hay que cumplir dos condiciones: plenos derechos y deberes y ser mayor de 50 años.
  • ​El 'ascenso' de Draghi llevaría a un cambio en el Gobierno, porque las elecciones anticipadas parecen descartadas.
  • ​El primer ministro es favorito para suceder a Mattarella; Berlusconi ha dado un paso atrás.
Mario Draghi comparece en rueda de prensa.
Mario Draghi comparece en rueda de prensa.
RICCARDO ANTIMIANI / EFE
Mario Draghi comparece en rueda de prensa.

La política italiana no se caracteriza precisamente por ser tranquila, y va a añadir un capítulo más a esa historia de vaivenes. Este 24 de enero el país inicia la votación para cambiar de presidente de la República después de que Sergio Mattarella, de 80 años y que lleva desde 2015 en el cargo, haya renunciado a seguir ocupando ese sillón al menos hasta 2023, cuando hay previstas elecciones. Mattarella, por edad y experiencia, considera que ya ha cumplido un ciclo. Y a partir de ahí se abre una veda interesante. 

El presidente se elige por el Parlamento y los representantes regionales. En total votan -de forma secreta- 321 senadores, 630 diputados y 58 representantes regionales con derecho a voto. Se requieren dos tercios de los apoyos totales, salvo que tras tres votaciones no se consigan en ningún caso. Entonces, a partir de la cuarta votación la elección se da por mayoría absoluta. Pero se vota las veces que haga falta, por lo que el proceso puede demorarse durante varios días.

Lo procedimental llega hasta ahí, pero lo político, entre bambalinas, tiene muchos más matices. Muchísimos más. El panorama es el siguiente: Mattarella se va, y el favorito para sustituirle es Mario Draghi. Pero Draghi ahora mismo es el primer ministro y la idea inicial era que su Gobierno tecnocrático se mantuviera hasta el año que viene. De este modo, un ascenso de Draghi al Quirinal dejaría descabezado el Ejecutivo, abriendo de nuevo dos opciones. Elecciones anticipadas o un relevo 'tranquilo' al frente del mismo.

La primera opción parece descartada. El Gobierno actual es muy transversal, y cuenta con el apoyo de todas las formaciones políticas de izquierda a derecha, la Lega de Salvini incluida. Solo se queda fuera de ese respaldo la ultraderecha de Fratelli D'Italia. Su líder, Giorgia Meloni, no quiere saber nada de Draghi y solo mira las encuestas, muchas de las cuales sitúan a los Hermanos como primera fuerza. 

El resto de formaciones se están resituando: Salvini quiere reformar a la Lega hacia la moderación, el M5S está iniciando una nueva etapa con el ex primer ministro Giuseppe Conte al frente (también mutando hacia el centro izquierda) y el Partido Democrático, que sigue al alza, quiere reforzar la figura de su ahora líder y que también fue primer ministro, Enrico Letta. Todo está por hacer. Y es que, uno de los riesgos que ve el centro izquierda es una crisis de Gobierno que conduzca a unas elecciones anticipadas para las que la derecha parece tener ventaja, según los sondeos.

Por lo tanto, lo más lógico en caso de que Draghi cambie de cargo será un relevo más o menos natural en el Palacio Chigi. Vittorio Colao, ex CEO de Vodafone, y actual ministro de Innovación podría ser un sustituto continuista, de perfil también técnico y que podría asumir el mando hasta la cita con las urnas, en pleno periodo clave para la gestión de los primeros fondos de recuperación de la Unión Europea. No se descarta del todo, aunque sí parece casi imposible, que se apueste por uno de los líderes anteriormente mencionados como Letta. También han sonado la actual ministra de Justicia, Marta Cartabia, e incluso Liliana Segre, senadora vitalicia, de 91 años y superviviente del Holocausto.

El secreto de la política italiana aquí es que las condiciones para ser presidente son muy simples: ser italiano o italiana, mayor de 50 años y tener plenos derechos y deberes políticos. Así, el cúmulo de nombres es casi infinito. Si los diputados y senadores quisieran elegir a la mítica actriz Sophia Loren, de 87 años, podrían hacerlo. También podrían apostar por entrenadores de fútbol como Antonio Conte o el seleccionador Roberto Mancini, vigente campeón de la Eurocopa. O un famoso cantante como Eros Ramazzoti. Los gustos son variados y aunque es una opción más simpática que otra cosa, es una posibilidad que, aunque lejana, existe.

Draghi, favorito; Berlusconi se deja querer

La presidencia, en todo caso, parece destinada para Draghi. Él no se descarta, pero quien sí lo ha hecho es Silvio Berlusconi. El histórico dirigente de la derecha italiana y magnate ha coqueteado en los últimos tiempos con Salvini y Meloni. Tanto que su partido, Forza Italia, probó una suerte de coalición con Fratelli y Lega en las regionales de hace unos meses... con mal resultado. Este dibujo puede llevar a pensar que Silvio podría haber tenido el apoyo de esos partidos, pero nada más lejos de la realidad. Empieza a ser visto como una reliquia política más que como un activo.

Italia es bien conocida por su inestabilidad política. En los últimos diez años ha tenido seis primeros ministros diferentes, y no se estila siquiera que quien ocupe el cargo haya sido cabeza de cartel de algún partido en las elecciones. Draghi, tras la caída de Conte, ha buscado dotar al país de estabilidad. No en vano, Italia es junto a España el mayor beneficiario del fondo Next Generation de la UE, por lo que entra en un periodo clave para la reconstrucción. Draghi tendrá un papel fundamental, pero todavía no se sabe bien desde qué puesto. En cualquier caso, la presidencia podría ser suya... o de quien se les ocurra a los diputados y senadores, siempre y cuando peine canas.

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