Un apellido ilustre y un patrimonio que vale millones: así es la herencia de Ricardo Bofill

Muere el arquitecto Ricardo Bofill a los 82 años
Muere el arquitecto Ricardo Bofill a los 82 años.
Europa Press
Muere el arquitecto Ricardo Bofill a los 82 años
El arquitecto Ricardo Bofill ha fallecido a los 82 años de edad.
Europa Press

El viernes 14 de enero nos dejaba uno de los apellidos más ilustres a nivel internacional que ha tenido España en los últimos años: el barcelonés Ricardo Bofill fallecía en la ciudad condal a los 82 años de edad (recién cumplidos además, el 5 de diciembre). El genio posmodernista dejaba tras de sí toda una ristra de ejemplos de su visionaria forma de entender la arquitectura: sin salir de España, ya nos encontramos la famosísima 'Muralla Roja' de Calpe, la terminal 1 del aeropuerto de El Prat, también en la capital catalana el Hotel Vela, el mítico Walden 7 en Sant Just Desvern o el Teatro Nacional de Cataluña. Pero no es el único legado que deja...

Desde el portal Vanitatis han recopilado cuál ha sido la herencia que les lega a sus dos hijos, Ricardo Emilio y Pablo (de 57 y 42 años respectivamente y ambos de dos madres diferentes), quien en los años 70 llegase a ser uno de los primeros arquitectos estrella de nuestro país y sin haber podido terminar su carrera en la Escuela de Arquitectura de Barcelona por razones políticas -aunque años más tarde se graduaría en Ginebra-.

Eso sí, vivía desde el año 2000 en La Fábrica, una casa taller que se construyó en su ciudad natal y en la que intentaba llevar una vida mucho más alejada del ojo público que anteriormente, cuando era todo un nómada, viviendo en varios países y dejando obras inmortales desde Estocolmo a Oriente Medio, pasando por San Petersburgo, Holanda, Marruecos, Argelia, Estados Unidos, China, India, Francia (con el barrio de Antigone en Montpellier a la cabeza) o Japón, siendo memorable que, en su momento, la sede de Shiseido en Ginza fue el edificio más caro del país nipón.

Precisamente, esa es la primera parte de su legado: el apellido. Una firma que los ha acogido a ambos en el estudio y que ya tiene un prestigio absoluto en el mundo de la arquitectura y el diseño por los años trabajos por Ricardo padre en la materia, desde su adolescencia.

Ricardo júnior, el primogénito, fue fruto de la relación del arquitecto con la actriz italiana Serena Vergano mientras que la madre de Pablo es la artista francesa Annabelle D’Huart. Este último es director general del despacho de arquitectura mientras que Ricardo Emilio, después de unos años conocido por su presencia en la prensa rosa (primero por su matrimonio con Chábeli Iglesias, hija de Julio Iglesias, y después con Paulina Rubio), ejerce actualmente como presidente y arquitecto jefe del mismo RBTA, Ricardo Bofill Taller de Arquitectura.

Las empresas y sociedad de Bofill

Más allá de ello, Ricardo Emilio y Pablo, así como la viuda del genio, Marta de Vilallonga, son miembros del consejo de Kappa Sounion Cartera, una sicav (sociedad de inversión de capital variable) que fue noticia hará un año en los medios especializados porque la gestora de grandes patrimonios del Santander se la arrebató a Caixabank Asset Management y, con ella, un patrimonio cercano a los 13 millones de euros.

Recuerdan desde el citado medio que precisamente en el ejercicio de 2020, entre otras cosas debido a la pandemia, la sociedad había perdido mucha rentabilidad: se había dejado alrededor de 200.000 euros aquel año, tal y como se podía comprobar en el informe de cuentas. Además, recuerdan que, al contrario que en su trabajo, en su faceta de empresario, Ricardo Bofill era de lo más conservador.

Esta afirmación se sustenta en la gestión que hacía el arquitecto de su entramado empresarial a través de la compañía Ricardo Bofill SL, que englobaba y de la que se enramaban otras tantas dedicas no solo a proyectos propiamente dichos de arquitectura, sino también al alquiler de locales, la inversión bursátil u otros servicios técnicos. Entre todas ellas, destaca, sin lugar a dudas, Bofill Arquitectura SL, su mayor activo y ojito derecho.

Y es que, tal y como muestran sus últimos datos en Registro Mercantil recogidos por Vanitatis, la cifra de negocios del ejercicio 2020 se incrementó un 161% respecto al ejercicio anterior. Es decir, "un incremento en valores absolutos de 13.954.295,93 euros". Esto supone un aumento de su cifra de negocio de los 8 a los 22 millones de euros, alcanzando unos beneficios en el año 2020 de 1.850.000 euros.

"Esta situación supone la consolidación de la tendencia iniciada en el pasado ejercicio gracias a la consecución de nuevos proyectos de gran envergadura como es el Royal Art Complex en Arabia Saudí", aseguraba el arquitecto en un comunicado desde la firma, así como tiene otros en Costa de Marfil, China o Marruecos.

Por último, la familia al completo posee otras inversiones millonarias, como su otra sicav, Alfa Inversiones Bursátiles, controlada en este caso por otra entidad, BBVA y que dispone de un capital en circulación de 6.076.305 de euros. Asimismo, es importante reseñar que con Taller de Arquitectura de Barcelona SL se dedican también a la compraventa y alquileres de terreno e inmuebles, cuyos arrendamientos de locales les reportaron durante 2020 algo más de 375.500 euros.

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