"Nuestro proyecto está centrado sobre contaminantes de origen antropogénico, son los que vamos buscando y estamos seguros de que los vamos a encontrar". Así de segura se muestra en conversión con 20minutos la investigadora del IQOG-CSIC Begoña Jiménez, una de las 20 personas a bordo del Buque de Investigación Oceanográfica Hespérides que ha llevado a cabo la investigación en el remoto continente helado de la Antártida..

La población mundial es cada vez más consciente de la contaminación que genera el estilo de vida de las personas en el planeta. Sin embargo, es necesario saber de forma exacta cómo y qué produce la contaminación en cada zona del planeta, y esta fue la misión del equipo de investigadores a bordo del Hespérides: entender los efectos que tiene la contaminación de origen humana en los ecosistemas antárticos.

"El proyecto desde sus inicios planteó dos campañas, la primera de ellas ANTOM-1 a lo largo del Atlántico (a bordo del Sarmiento de Gamboa desde Vigo hasta Punta Arenas) y la segunda ANTOM-2 en la Antártida (a bordo del Hespérides, desde Ushuaia hasta el Mar de Bellinghausen, regresando a Punta Arenas), con el objetivo de llegar al paralelo 70 S. Esto permite cubrir un amplio transecto latitudinal para abordar de manera exhaustiva el estudio del transporte de los contaminantes objeto de estudio" cuenta la investigadora.

El viaje comenzó el miércoles 19 de enero, y aunque "el proyecto en sus inicios planteaba disponer de al menos 20 días de campaña", finalmente dispusieron de dos semanas. Como explica Jiménez, "generalmente estas previsiones suelen recortarse debido a las limitaciones logísticas que generalmente tienen las campañas antárticas que normalmente implican el movimiento de unas 300 personas en total". "En general, siempre ocurre que los tiempos de campaña disponibles son inferiores a los que realmente necesitaríamos".

Sin embargo, destaca que, como en tantos ámbitos ha pasado, la pandemia también influye en la logística de las campañas, ya que deben tener en cuenta las cuarentenas y las precauciones necesarias para cumplir las condiciones de seguridad. "El comité polar nos mandó instrucciones para hacer cuarentena domiciliaria antes de viajar a Ushuahia y PCR negativa demostrada 72 horas antes del vuelo. Una vez en Ushuaia también tuvimos que hacer otra cuarentena de 1 semana y nos exigieron otras dos PCR negativas. Con ello teníamos la seguridad de poder embarcar como “grupo burbuja” para poder trabajar dentro del Hespérides", recuerda.

Análisis de las muestras

La piedra angular de la investigación es "cuantificar las entradas atmosféricas de contaminantes orgánicos emergentes y de la materia orgánica antropogénica en el océano Austral, y abordar el estudio de su relevancia biogeoquímica". También se analizarán a partir de ahora los "compuestos orgánicos semivolátiles" y "se realizarán experimentos sobre los efectos de la materia orgánica antropogénica en las comunidades microbianas, así como de la capacidad de degradación bacteriana de los contaminantes orgánicos".

En el buque viajaron "especialistas en diferentes disciplinas científicas: química ambiental de contaminantes orgánicos, toxicogenómica, biogeoquímica, oceanografía biológica, ecología microbiana y genómica, proteómica, etc., que requieren del uso de una gran variedad de técnicas instrumentales en los diferentes laboratorios que se han equipado en el buque.

Beatriz explica que, aunque ya se terminó la campaña oceanográfica de la expedición ANTOM-1, deben analizarse las muestras medioambientales que se recogieron. "El trabajo que estamos desarrollando en la campaña oceanográfica es de recogida de muestras. Estas muestras quedarán almacenadas debidamente en los congeladores del barco y cuando el Hespérides regrese a Cartagena, recogeremos todas las muestras obtenidas para llevarlas a los laboratorios donde llevaremos a cabo el análisis de contaminantes. Este tipo de análisis es complicado y tedioso y no puede hacerse en el buque, por ello tenemos que esperar a la llegada de las muestras a los laboratorios del CSIC".

Aún queda hasta que se puedan conocer los resultados de la investigación, pero aparte de difundirlos por los canales habituales, Jiménez también ha explicado que "se va a realizar un Libro de Fotografía polar sobre la vida a bordo de los científicos y los técnicos dentro del Proyecto Polar_EcoGen y charlas de divulgación en diversos colegios en Barcelona.

La expedición ANTOM-2 contó con la participación de Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC) y Universidad de Vigo. También toman parte en este proyecto el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), Universität Wien & University of California San Diego.