Los posibles escenarios de la nueva Guerra Fría entre Rusia y EE UU: calma tensa, acuerdo o un conflicto mundial

Biden y Putin durante su reunión en Ginebra.
Biden y Putin durante su reunión en Ginebra.
EFE
Biden y Putin durante su reunión en Ginebra.
Blinken y Lavrov concluyen "útiles y sustanciales" conversaciones sobre Ucrania.
Europa Press

Estados Unidos y Rusia se sientan a ambos lados de la mesa para buscar una solución ante la tensión creciente -y peligrosa- en torno a Ucrania. Moscú quiere un compromiso de Washington de que la OTAN no se va a desplegar más en Europa del Este, que para Putin es su zona de influencia; la Casa Blanca, por su parte, presiona al Kremlin para que no dé un paso más hacia territorio ucraniano. La sombra de un conflicto se cierne sobre todos los actores, pero nadie quiere la guerra, por lo que ahora se está en una especie de nueva Guerra Fría, con un tablero que se puede decantar hacia tres escenarios diferentes. ¿Cuáles son?

Un acuerdo en el que Rusia puede tener algo más que ganar

Lo que parece más cercano ahora mismo, atendiendo a la reunión de este viernes entre el jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, es un acuerdo por escrito que ambas partes puedan vender como una victoria. "Es el momento de más tensión desde la disolución de la URSS", comentó a 20minutos la investigadora asociada de CIDOB Carmen Claudín, dando buena cuenta de lo delicado de la situación.

Las cartas parecen ya sobre la mesa: Rusia asegura que en Occidente hay "histeria", cuando la realidad, asegura, es que entre sus intenciones no está invadir Ucrania. Moscú ya ha realizado maniobras en países como Georgia, Kazajistán o Bielorrusia, y no siempre necesita recurrir a la escalada bélica. Ahora lo que quiere es un compromiso "por escrito" de que EEUU y la OTAN atienden sus demandas de seguridad, que pasan por que la Alianza recule y aplaque las aspiraciones de sumar a Ucrania al bloque. 

En el otro lado, Estados Unidos aprieta para apurar la vía diplomática. La Administración Biden y sus aliados quieren que Rusia disminuya sus maniobras y su presencia militar en la zona de los países Bálticos y en Ucrania (ahora hay 170.000 efectivos y Putin prevé que los suyos realicen maniobras en las próximas semanas). Rusia 'coquetea' con la frontera europea para frenar, entre otras aspiraciones, los posibles planes de Ucrania de acercarse tanto a la OTAN como la Unión Europea. La solución puede pasar por un pacto que, por lo pronto, evite un desbordamiento de la situación.

Una tensión permanente... como hasta ahora

"Ucrania es la joya de la corona en el ideario soviético", sostuvo José Ángel López, profesor de relaciones Internacionales y Derecho Internacional de Comillas (ICADE). Y ahí está otra de las claves: la tensión será inevitable y permanente aunque se suavice la situación. La OTAN lleva años desplegada en la zona, igual que Rusia, que desde 2008 especialmente ha intensificado sus esfuerzos en países que considera piezas fundamentales en la partida estratégica (Ucrania, pero también Georgia, Moldavia, Kazajistán o Bielorrusia). 

Las incursiones puntuales, por lo tanto, pueden ser una opción para un Vladimir Putin que seguramente preferirá centrar sus maniobras en las zonas que considera que tienen "algún tipo de lazo" con Rusia. Desde 2014, con la anexión rusa de Crimea, la cuerda siempre ha estado a punto de romperse. Mientras la OTAN se reforzaba en la zona, la UE ha ido aprobando sanciones contra Rusia para ahogar al Kremlin... que de momento entiende que le compensa ese escenario.

¿Por qué? Porque la cuestión energética es demasiado importante. Rusia sabe que tiene como as en la manga la dependencia del norte de Europa de su gas. Para muestra un botón: el gasoducto Nord Stream 2, con el que Alemania tiene previsto recibir suministro desde Rusia 'saltándose' a Ucrania. De momento está paralizado y el nuevo Gobierno germano tiene que decidir qué hacer en función de cómo avance la crisis. Pero hay una clave más, y es que si Alemania -u otro país- no recibe el gas, Rusia no lo cobra. La dependencia, en cualquier caso, es la que es, por lo que el equilibrio estratégico-energético-económico será permanente.

Un conflicto militar que nadie quiere

Quedaría el camino más grave y más drástico: una guerra. Ni a la OTAN ni a Rusia les interesa ese escenario por varios motivos, pero sobre todo para evitar una pérdida masiva de vidas humanas. Joe Biden ya diferenció esta semana entre una entrada a gran escala del Kremlin en Ucrania y lo que calificó como "una pequeña incursión". Dio a entender que en el segundo caso la respuesta de Estados Unidos sería mucho más leve. En cualquier caso, la Casa Blanca dice estar preparada en caso de conflicto y espera sumar a sus aliados para, dicen, "una respuesta unida y contundente". Biden, en este sentido, dejó otro aviso: si Rusia invade Ucrania "lo lamentará".

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