Ainhoa Armentia se encuentra en trámites de separación de su marido, con el que lleva casada más de 20 años

El comunicado de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin parece ser el paso definitivo en la ruptura de la pareja, aunque hablen de "interrupción del matrimonio". Las fotos del exdeportista olímpico con Ainhoa Armentia podrían haber catapultado esta confirmación pública, pues algunos medios aseguran que llevan meses viéndose.

Hace justo una semana que, de un día para otro, esta analista contable que trabaja con Urdangarin en un bufete de abogados de Vitoria se convirtió en una figura pública, con cámaras a la salida de su casa y reporteros preguntándole a sus familiares y vecinos.

Por ello, Ainhoa Armentia se pronunció por primera vez con un único fin: "Respetad la intimidad de mi familia". Y es que, tras conocerse su nombre, muchas han sido las investigaciones que se han hecho acerca de su vida, entre las que destacó la noticia de que ella también está casada.

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Su marido, con el que lleva casada más de dos décadas y tiene dos hijos adolescentes, está de baja laboral en su trabajo tras todo lo sucedido. Ahora, la revista Lecturas ha asegurado que la alavesa está en trámites de separación.

Hasta ahora, Armentia vivía en una casa de 150 metros cuadrados que tiene en propiedad con su esposo desde 2016 en el barrio de Lovaina (Vitoria). Además, también tienen juntos otra vivienda de 82 metros cuadrados y un garaje.

Según el citado medio, el posible nuevo amor de Urdangarin también comparte con su hermana la titularidad de la casa de 83 metros cuadrados en la que vive su madre y en la que actualmente ella se está refugiando tras todo el revuelo mediático. Y, en solitario, Ainhoa Armentia también tiene en propiedad un apartamento de 48 metros cuadrados en Alfaz del Pi (Alicante) y un trastero

"Es una chica normal que no va de nada, muy trabajadora", según la describe su entorno. "Es bastante líder, ahora está agobiada porque tiene periodistas a todas horas, pero en cuanto se haga con la situación, no se va a achantar", aseguran fuentes a la revista Lecturas.