Putin dice que Occidente "ignora" a Rusia y alerta de que la entrada de Ucrania en la OTAN puede llevar a la guerra

Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Vladimir Putin, presidente de Rusia.
PRESIDENCIA DE RUSIA
Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Por segunda vez en cuatro días, Vladímir Putin y Emmanuel Macron han vuelto a hablar sobre la crisis de Ucrania. También lo ha hecho el Consejo de Seguridad de la ONU a petición de Estados Unidos. Sin Ucrania y con la oposición de Rusia. No han podido ser más antagónicas las posiciones de los actores principales. Rusia acusa a occidente de avivar la tensión y, por su parte, Estado Unidos le recuerda los más de 100.000 soldados desplegados en la frontera con Ucrania. Para Linda Thomas-Greenfield, su embajadora en la ONU, es la "movilización más grande de tropas en Europa en décadas". Pero su homólogo ruso, Vassily Nebenzia niega tal afirmación y asegura que no hay ninguna prueba "que confirme una acusación tan grave". Pero no hay día que pase sin que su país haga alarde de su fuerza militar. En un intento de acercar posturas, hoy volverán a reunirse Antony Blinken y Serguéi Lavrov. Pero por si finalmente Rusia cruza la línea, Joe Biden se acerca a Catar para garantizar su respaldo energético y ordena a los familiares de sus diplomáticos en Bielorrusia que abandonen la embajada lo antes posible.
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Rusia no acepta la respuesta que dio Estados Unidos a sus peticiones ante la crisis en Ucrania. Al menos eso ha dado entender este martes Vladimir Putin, que ha asegurado que Occidente "ha ignorado" las demandas de Moscú en materia de seguridad, y ha añadido que la posición de Estados Unidos y de la OTAN "no satisface" las principales demandas hechas por el Kremlin. Sin ser explícito, estas podrían ser el recule de la OTAN de los países del Este y que la Alianza no permita la entrada de Ucrania.

Y es que ese es un elemento clave, sobre el que Putin ha lanzado una advertencia, al dejar entrever que una futura membresía de Ucrania podría conducir a un conflicto armado. "Imaginemos que Ucrania, como país de la OTAN, inicia esa operación militar [por el control de Crimea]. ¿Qué hacemos? ¿Combatimos con la OTAN? ¿Acaso alguien ha pensado en eso? Parece que no", espetó Putin. En cualquier caso, quiso dejar claro que sigue abierto a la negociación.

Además, el presidente ruso ha asegurado, en una rueda de prensa tras reunirse con el primer ministro húngaro Viktor Orbán, que "no se puede reforzar la seguridad de un país a costa de la seguridad de otro", en un claro mensaje sobre el apoyo logístico y militar que está recibiendo Ucrania por parte de la Alianza Atlántica en las últimas semanas. Precisamente Orbán ha sido más optimista que Putin. "Es posible una solución que garantice la paz y la seguridad de Rusia, y sea aceptable también para la OTAN. Confío en que se logrará un acuerdo", explicó el mandatario magiar.

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Estas palabras de Vladimir Putin se dan a la vez que el secretario de Estado de EE UU, Anthony Blinken, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, mantenían una nueva conversación, esta vez telefónica, para buscar un acuerdo que todavía parece lejano. De hecho, Washington ha llamado a que Rusia efectúe "una desescalada inmediata" de sus maniobras en torno a Ucrania. Todavía no se ha dado además la respuesta por escrito del Kremlin al documento remitido por la Casa Blanca sobre la demanda de Rusia. Eso sí, no parece que la misiva de Putin vaya a ser positiva para la resolución del asunto, y menos después de atender a su intervención.

Los despliegues en torno a Ucrania siguen incrementándose con el paso de los días mientras se trata de apurar la vía diplomática. Mientras Rusia critica que los países de la OTAN estén dando apoyo al país, Estados Unidos tiene claro que Moscú prevé sumar más efectivos a sus maniobras. Actualmente la Casa Blanca cifra en 120.000 tropas las desplegadas por Rusia en la frontera con Ucrania. Mientras ambos lados piden al otro que recule, la dinámica va más hacia el avance, aunque el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, trata de calmar las aguas para no generar preocupación.

Mientras, la OTAN mantiene su posición y no desplegará tropas en Ucrania, porque, literalmente, "no es miembro de la Alianza", tal y como recordó su secretario general, Jens Stoltenberg. "Hay enormes diferencias entre ser miembro de la OTAN y ser un aliado fuerte y valioso como Ucrania, de eso no hay duda", sostuvo. El apoyo, de momento, es de contención, con despliegues en países cercanos que sí forman parte del grupo, como es el caso de Bulgaria, o en el Mar Negro, en una de las misiones en las que participa por ejemplo España.

Stoltenberg, con todo, quiso apretar de nuevo a Moscú. "La paradoja es que Putin entró en Ucrania en 2014 porque no les gustaba tener a la OTAN cerca de sus fronteras. Pero, cuanto más agresivos sean, los aliados de la OTAN más se acercarán a las fronteras e incrementarán su presencia en la parte este de la Alianza", advirtió.

En el caso de los países europeos hay todavía posiciones muy contrapuestas. El presidente francés, Emmanuel Macron, volvió a hablar con Vladimir Putin este lunes para rebajar la tensión, mientras Alemania insiste en no suministrar material militar a Ucrania. La población germana está en contra de ello de forma bastante evidente, según los sondeos que se han realizado. Por su parte, el Reino Unido deja clara su postura: apoyo material sí, envío de tropas militares no. Sigue faltando unidad en el seno de la UE, y entre tanta duda la tensión sigue yendo en aumento.

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