El 'Mata mua' sale de su exilio andorrano: claves para entender nueve años de tiras y aflojas entre la baronesa y el Gobierno

El Museo Thyssen-Bornemisza celebra su veinte aniversario con una ambiciosa exposición dedicada a Gauguin, uno de sus artistas más representativos, en la que se exhiben ciento once obras cedidas por museos y colecciones de todo el mundo. En la imagen, el óleo Mata Mua (Érase una vez), de 1899.
Óleo de 'Mata Mua' (Érase una vez, 1899), de Paul Gauguin.
MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA
El Museo Thyssen-Bornemisza celebra su veinte aniversario con una ambiciosa exposición dedicada a Gauguin, uno de sus artistas más representativos, en la que se exhiben ciento once obras cedidas por museos y colecciones de todo el mundo. En la imagen, el óleo Mata Mua (Érase una vez), de 1899.

Mata Mua es un popular óleo del pintor Paul Gauguin datado en 1892 que, hasta su salida de España hace dos años, era uno de los cuadros más importantes del Museo Thyssen-Bornemisza. Lo fue y volverá a serlo, porque este lunes, 7 de febrero, la pieza regresará a la pinacoteca desde Andorra.

La obra se reincorporará en el museo alrededor de las 19.00 horas, cerrando así un largo periodo de negociaciones entre Carmen Thyssen y el Gobierno, y se ubicará en una de las nuevas salas que acogen la colección Carmen Thyssen, donde tendrá un lugar de destacado.

El cuadro llega dos días antes de la firma del pacto entre la baronesa y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, que se celebrará el próximo miércoles 9 de febrero en la pinacoteca. El acuerdo, al que se llegó en julio de 2021, tiene una duración de 15 años y un importe de 6,5 millones de euros anuales -7,4 millones de dólares-. 

Una vez transcurrido este tiempo, el Estado podrá descontar el total del importe desembolsado -97,5 millones de euros, lo que equivale a 111,5 millones de dólares- de una posible compra por la colección de la obra. Pero, ¿por qué se ha tardado tanto en llegar a esta situación?

El cuadro, que desde hace dos años se encontraba protegido en un búnker en Andorra, salió de España en junio de 2020 en pleno confinamiento abriendo una de las crisis más graves entre el Estado y la baronesa por el alquiler de su colección, cuyas gestiones empezaron hace una década. 

Casi una década de negociaciones

Desde sus inicios, el Museo Thyssen-Bornemisza contó con el préstamo de varios cuadros de la Colección Thyssen-Bornemisza que no figuraban en el acuerdo de 1988, y que en 1993 pasaron a ser parte de la propiedad de Carmen Thyssen, quien siguió coleccionando en los años posteriores, comprometiéndose en 1999 al depósito gratuito por diez años de parte de su colección.

Fue en 2004 cuando la baronesa acordó con el Gobierno la inauguración de una nueva ala del museo donde se encuentra la Colección Carmen Thyssen. A partir de entonces, aparte de nuevas galerías, se crearon espacios para oficinas, talleres y almacenes, así como salas de exposiciones temporales.

El Gobierno se planteó comprar la colección de Carmen Thyssen un año más tarde para asegurar su permanencia en España, pero la baronesa se negó. En 2011, con la expiración del primer acuerdo, esta negoció con el Estado una cesión gratuita de su colección que se renovaría cada año, pero la venta de La esclusa, obra de John Constable, en 2012, no fue bien recibida. Asimismo, el contrato de cesión le permitía vender parte de su fondo si no superaba el 10%.

Un nuevo marco de negociación

Carmen Thyssen pidió en 2017 un nuevo marco de negociación, pues el contrato, en sus palabras, estaba "obsoleto" y la colección no podía estar "en una situación de precariedad".

"Un préstamo gratuito de las obras de mi colección que, según consta en las cuentas anuales de la Fundación (publicadas en el B.O.E) genera unas ganancias para Madrid de entre 7 y 8 millones de euros anuales, no debería estar sin un marco legal claro y estable", lamentó la baronesa.

El 21 de julio de 2021, con los votos a favor de todos los grupos parlamentarios, menos la abstención de Vox, el Congreso dio luz verde al Real Decreto-ley 15/2021 del 13 de julio, que recogía en su punto 2 la aprobación de un acuerdo que incluía el alquiler de 329 obras, entre las cuales estaba el Mata Mua -en ese momento permanecía fuera de España junto a otros tres cuadros-. 

Durante este tiempo la baronesa trató de llegar a un pacto con los ministros Íñigo Méndez de Vigo, José Guirao, Rodríguez Uribes y Miquel Iceta, pero el 9 de febrero terminará casi una década de prórrogas: la obra de Gauguin compartirá espacio con los cuadros de Canaletto, Fragonard, Courbet, Boudin, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Rodin, Matisse, Picasso, Kirchner, entre otros.

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