De su banda con Leiva a lo mejor que le dio hacer la mili: Así es Carlos Tarque más allá de M-Clan

Carlos Tarque (M-Clan), en 2020.
Carlos Tarque (M-Clan), en 2020.
Daniel Gonzalez / GTRES
Carlos Tarque (M-Clan), en 2020.

Cualquiera que haya salido de fiesta por grandes ciudades o de marcha con las amistades en verbenas de pueblo habrá cantado Quédate a dormir o Carolina -y es posible que haya tenido que tragarse la murga de quien dice saber a qué se refiere realmente la canción-. Cualquiera que haya puesto la radio en los últimos 30 años (los cumplen en 2023) se sabrá de memoria Llamando a La Tierra, Maggie despierta o Me voy a dejar llevar. Y cualquier que haya pasado épocas de desasosiego o desengaño amoroso habrá escuchado en bucle Para no ver el final, Me estás atrapando otra vez o Roto por dentro. Y qué decir de Miedo, a la que dio nueva vida la versión que hizo Amaia en Operación Triunfo y que se les dedicó a los sanitarios durante la pandemia tantas veces. Detrás de todas ellas está M-Clan. Y en el centro de la veterana banda, Carlos Tarque.

Tal y como recuerdan en un reportaje hecho por Vanitatis, no son pocos quienes creen que la suya es una de las mejores voces que ha dado el rock español en su historia, algo a lo que él le da una importancia mínima. "Ni me creo ni me importa ser el mejor cantante español de rock", le dijo en su momento a la agencia de noticias EFE, dejando claro que además de la garganta también hay detrás un espíritu roquero labrado a la antigua usanza. Id est, escuchando multitud de discos de los grandes de la música a los que uno quiere parecerse.

Así, en la Murcia en la que se crio (aunque nació hace 52 años en Santiago de Chile, el 16 de septiembre de 1969) no dejaba de escuchar los grupos cuyos ritmos más le inspiraban y que obviamente forman parte indispensable de la música que ha hecho luego: las melodías de The Beatles, los riffs y saltos de voz de AC/DC, Led Zeppelin o Deep Purple y las letras de Bob Dylan son algunas de las influencias que más tarde han estado presentes en su música.

Estas hicieron que desde muy joven se integrase en diversos grupos de música hasta que le tocó hacer el Servicio Militar Obligatorio. Pero mientras para muchos hacer la mili fue un suplicio, para Carlos González Tarque tuvo una suerte de epifanía, porque en ella conocería a Ricardo Ruipérez, con quien sintió una conexión inmediata y genuina que les llevó a crear el grupo tras pasar por varias etapas cortas con evolución de nombre incluida (de Murciálagos pasaría a Murciélagos Clan y de ahí a M-Clan, algo parejo a lo que le ocurrió a Marc Bolan al acortar su Tyrannosaurus Rex a T. Rex).

Y a partir de ahí continuaría la historia del grupo, algo mucho más conocido. Pero Carlos Tarque es mucho más que M-Clan porque este, de hecho, no es siquiera su única banda. Por ejemplo, Rollers, creada al principio de su carrera en paralelo a la que le daría un éxito internacional y que estaba más centrada en el hard rock. O, sobre todo, Gran Cañón, que creó en 2013 junto a Leiva (aunque en este sexteto el exmiembro de Pereza era tanto vocalista como batería) y otros conocidos artistas del mundillo: Chapo González, también de M-Clan y encargado del bajo y los coros; Josu Gardía, de Loquillo, en guitarra y voz; Ovidi Tormos, de Los Zigarros, también a la guitarra y coros; y Mauro Mietta, de Tequila, a los teclados.

Este es un grupo que versionaba en directo las canciones más famosas, prácticamente todas en lengua anglosajona, de los grandes clásicos del rock, blues y soul de los años 70 (Creedence Clearwater Revival, Rolling Stones, Rod Stewart, Eric Clapton, Otis Redding, Jimi Hendrix, Wilson Pickett o Steppenwolf, entre otros) y que nacía "con el afán de divertir, pasarlo bien, de manera libre".

"Me apetecía hacer un trabajo muy roquero y en solitario, que es algo que obviamente tenía en la cabeza desde hace muchos años", dijo a EFE acerca de Tarque, su primer trabajo por su cuenta y en la que le acompañaban los músicos Carlos Raya, Coki Giménez y el ya mencionado Chapo González. Lejos de la música es ilógico no mencionar su acercamiento a la poesía: en 2010 publicó, en colaboración con el fotógrafo Thomas Canet (celebrado reportero gráfico de la escena musical española durante décadas), un poemario titulado Sótanos, Tierra y Montañas Rusas.

En lo que respecta a su día a día, Tarque es un amante confeso de la naturaleza y ha declarado que le costaría vivir lejos del mar, donde de hecho lo hace, lejos del mundanal ruido de las grandes urbes (aunque las reconoce imprescindibles para su actividad). Aunque tiene Instagram desde hace relativamente poco -su primera publicación es de enero de 2019-, lo cierto es que ya ha alcanzado los 50.000 seguidores.

Y todos ellos son conscientes de la relación que mantiene con Aída, una joven pelirroja con la que se ha mostrado varias veces en sus redes, al igual que ella ha hecho con él en la suya, y que ya en 2014 compartía canciones de M-Clan. Aída, que estudió Integración social en el Instituto María Moliner de Zaragoza, tiene muchísima relación con Tudela. Precisamente en su casa navarra es donde Tarque pasó el confinamiento.

"Me pilló de casualidad en Tudela, venía del Pirineo cuando sucedió la prohibición de viajar y los desplazamientos, y me quedé aquí con ella. Si me desplazo ahora a mi casa tampoco me puedo volver, entonces me quedo ya por aquí en estas tierras tan maravillosas", explicó en una entrevista con el diario Navarra.com, confirmando así su amor.

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