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Teodoro García Egea, el fontanero de Génova que agrietó el Partido Popular

La última publicación de la web de Teodoro García Egea (1985, Murcia) es un resumen de la intervención que pronunció en la Convención que el Partido Popular (PP) celebró el pasado mes de octubre. "Unir para ganar, ganar para gobernar", dijo. "Sin partido no hay gobierno", tituló en su web. Ambas citas son casi autoproféticas, aunque no en el sentido que el murciano le quiso dar, pues han terminado siendo utilizadas por sus detractores -muchos dentro del partido- para pedir su cabeza, que ha terminado en la picota. Este martes ha dimitido como secretario general tras la crisis desatada hace menos de una semana por el presunto espionaje a la familia de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

En esa intervención de octubre, García Egea también rememoró la moción de censura con la que Pedro Sánchez sustituyó a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno en 2018. El hasta ahora secretario general lo tachó de "golpe" para el partido, pero para él supuso la mayor oportunidad de su siempre precoz -con 22 años ya era concejal y con 27, diputado- carrera política. Y es que Casado le escogió como sucesor de María Dolores de Cospedal a los mandos del partido, la fontanería, con apenas 33 años, diez menos de los que tenía su antecesora cuando fue designada. Suya era la labor de pilotar la renovación de las direcciones municipales, provinciales y autonómicas de la formación, una tarea en la que García Egea se fue ganando unos enemigos que a la postre pidieron su marcha y la consiguieron.

Y es que el ex secretario general se fue granjeando malas relaciones poco a poco pero con intensidad. Sobre todo, con aquellos barones con poder institucional: Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid; Juanma Moreno Bonilla, de Andalucía; y Alfonso Fernández Mañueco, de Castilla y León. Las desavenencias con Alberto Núñez Feijóo no llegaron hasta el final debido al poder del barón gallego, único con mayoría absoluta. Con todo, ha sido el choque con la dirigente madrileña el que ha terminado provocando su caída. 

Ayuso y su entorno le señalaron a él y a su equipo como los urdidores de la presunta trama de espionaje que el PP habría querido poner en marcha para investigar la comisión que el hermano de la presidenta, Tomás Díaz Ayuso, se llevó tras la contratación, por un millón y medio de euros, por parte de la Comunidad de Madrid de una empresa para la importación de mascarillas de China en abril de 2020. "Que dirigentes del Partido Popular hayan actuado así es un hecho gravísimo", dijo ella. Él contestó abriéndole un expediente informativo.

Ese fue el último choque, pero no el primero. Antes, Egea y Ayuso se enfrentaron por el fichaje de Toni Cantó, que anteriormente había ocupado cargos de responsabilidad en Ciudadanos y en UPyD, para la lista con la que la presidenta terminó arrasando en las elecciones del 4 de mayo de 2021. Y es que, según señalaron entonces fuentes 'populares', el fichaje del actor se hizo "desde arriba". Para más inri, su incorporación terminó siendo infructífera, ya que Cantó no se empadró en la autonomía a tiempo y la justicia terminó excluyéndolo de la papeleta. Tras ganar las elecciones, Ayuso le puso a dirigir la Oficina del Español, un organismo de nueva creación.

Después, Ayuso y Egea difirieron durante meses por quién encabezaría el PP de Madrid, dirigido por una gestora tras la traumática salida de Cristina Cifuentes en 2018. La presidenta se postuló, primero en privado y luego en público. Egea llegó incluso a apoyarla. "Si yo fuera afiliado, mi total apoyo a la presidenta", declaró el pasado 2 de junio. Sin embargo, el número dos del PP hizo oídos sordos a la petición de Ayuso de adelantar el cónclave, que sigue sin celebrarse.

Con los barones andaluz y castellanoleonés, el equipo de Casado y Egea tuvo diferencias incluso antes de aterrizar en la planta noble de Génova. Más que nada, porque tanto Moreno como Fernández Mañueco apoyaron a la candidata derrotada por Casado en 2018: la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. 

Cierto es que las asperezas se limaron y García Egea participó en las negociaciones con Ciudadanos y Vox que terminaron llevando a Juanma Moreno a San Telmo, palacio presidencial andaluz. Eso sí, las heridas se reabrieron con la renovación de la dirección del PP de Sevilla. Génova y San Telmo pugnaron por separado con dos candidatos diferentes. Finalmente, la dirección nacional se alzó con la victoria tras imponerse su apuesta, Virginia Pérez. El resultado se resume en una foto, la de Moreno ausentándose del cónclave que la encumbró.

Con el actual presidente castellanoleonés en funciones, las tensiones con Egea se produjeron en términos similares a los de Ayuso por la querencia de Génova de tener voz y voto a la hora de formar las listas electorales. Según contó la Cadena Ser, tras la convocatoria adelantada de los comicios del pasado 13 de febrero, ambos chocaron, ya que Mañueco no aceptó nombres propuestos por la dirección nacional. Finalmente, todo terminó -como quiso hacer la presidenta madrileña en un principio- poniendo a sus consejeros en los primeros puestos de la lista. 

Por si quedaban dudas de que él estaba libre de tutelas, también lo quiso dejar claro para afrontar las negociaciones de investidura. El PP ganó las elecciones en Castilla y León, pero se quedó lejos de la mayoría absoluta. Para alcanzarla, la suma solo le sale con Vox. No obstante, Mañueco quiere intentarlo por todas las vías, incluso hablando con el PSOE (con el que la primera reunión, el pasado lunes, duró 15 minutos). No obstante, uno de esos escenarios es la coalición con Vox, algo que Egea descartó en un principio. Mañueco le respondió en la radio. "Egea opina, pero no decide", dijo.

Murcia, su casa hasta el final

García Egea, "amante del judo", ha perdido finalmente el combate final. Incluso en el que era su bastión: Murcia. Allí nació, se crió y estudió. Se convirtió en doctor en la Escuela de Ingenieros industriales de la Universidad Politécnica de Cartagena, donde también se convenció de que tenía que entrar en política. "Asimilé que si quieres cambiar algo y mejorar la vida de la gente no vale con quejarte, debes implicarte y dar lo mejor de ti para conseguirlo", explicó en una entrevista en ABC. A los 22 años debutó como concejal en el Ayuntamiento de Cieza, antes de ocupar diferentes cargos en la Administración autonómica, gobernada ininterrumpidamente por el PP desde 1995.

En su tierra llevó a cabo una de las acciones que marcarán su mandato al frente de los 'populares': conseguir que, con una moción de censura registrada por PSOE y Ciudadanos, su amigo Fernando López Miras siguiera al frente del gobierno regional. Egea lo consiguió, viaje en coche mediante, cerrando un acuerdo con tres diputados de Ciudadanos, que se rebelaron contra su formación y terminaron votando a favor de López Miras, que les nombró consejeros

La gratitud del presidente murciano fue devuelta cuando, en mitad de la revuelta de los barones de estos últimos días, él fue leal a García Egea. Su trabajo, dijo, "ha sido bueno" porque "ha permitido al PP rearmarse orgánicamente". No obstante, en las últimas horas López-Miras cambió de versión y se sumó al resto de dirigentes autonómicos que pedían un congreso extraordinario.

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