¿Cómo es posible que una parada de motor provocase el hundimiento del Villa de Pitanxo?

Canadá da por concluida la búsqueda del naufragio del 'Villa de Pitanxo'
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Europa Press
Canadá da por concluida la búsqueda del naufragio del 'Villa de Pitanxo'
El anterior capitán del Villa de Pitanxo explica cómo se pudo hundir el barco.
ATLAS

La tragedia frente a las costas de Terranova que dejó hundido bajó las gélidas aguas del Atlántico al pesquero gallego Villa de Pitanxo —dejando nueve muertos y 12 desaparecidos— se produjo por una parada "repentina" del motor principal del barco gallego durante la maniobra de virada del aparejo.

Es la explicación que el patrón del barco, Juan Padín, uno de los tres supervivientes, ha ofrecido a la empresa armadora, Pesquerías Nores. Según Padín, esa parada dejó al buque "sin propulsión ni gobierno", a merced del viento y las olas, que lo escoraron y hundieron "de forma muy rápida".

¿Es suficiente una parada de motor para hundir a un pesquero? Así lo cree José Luis Sánchez Lizaso, catedrático en Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante, "Normalmente los barcos están preparados para aguantar el temporal. Hay barcos que están pescando a diario y normalmente no se suelen producir este tipo de accidentes", explica Sánchez a 20minutos. "Pero cuando falla el motor quedas a merced del oleaje, eso es lo peligroso".

El catedrático de la Universidad de Alicante asegura que cuando el motor funciona, "lo que hace un barco contra un temporal es ir hacia las olas con poco motor. Si va muy rápido se hundiría, entonces va subiendo las olas como si fuera una montaña rusa, subiendo y bajando, así se pasas días hasta que pasa el temporal", afirma. "Pero si no puedes darle motor el barco se atraviesa y se pone de lado, que es cuando un buque puede volcar".

Sánchez recibe a los tres marineros supervivientes del Villa de Pitanxo. (EP)

La dureza de Terranova

El naufragio del Villa de Pitanxo ha puesto de relieve las duras condiciones en las que faenan muchos barcos españoles. De las decenas de caladeros por donde navegan los buques nacionales, el mar que envuelve a la isla canadiense de Terranova es quizás uno de los más espinosos del planeta. Repleto de mitos e historias, este lugar continúa siendo uno de los puntos negros de la navegación moderna, donde los temporales que le asolan ponen en vilo a sus tripulantes cada vez que las embarcaciones surcan sus aguas.

"El puerto mas cercano está dos días de navegación, por lo que si viene mal tiempo los buques tienen que pasarlo en el mar"

En la actualidad, unos 20 barcos españoles faenan en aguas de la NAFO, siglas en inglés de la organización que gestiona los caladeros del Atlántico noroeste, sobre todo en la parte de Terranova, fuera de la zona económica exclusiva de las 200 millas de las aguas territoriales de Canadá. Estos buques, la mayoría gallegos y tres censados en Canarias, pesca principalmente fletán negro y gallineta; además del bacalao que hizo famosa ese mar, pese a que comercialmente hoy se ha convertido en una especie secundaria.

Corrientes gélidas

Las singularidad del Gran Banco de Terranova se caracteriza, entro otros motivos, por las corrientes frías que cruzan esta región, que se convierte a la vez en su desgracia y su fortuna. Según explica Sánchez Lizaso, "la corriente de agua fría que cruza la región va desde Groenlandia y pasa frente a la costa de Canadá, lo que la hace una zona complicada pero a su vez muy productiva". Así mismo, la temperatura del agua puede no superar los dos grados, y en ciertos momentos del año el agua puede comenzar a congelarse. "En algunos momentos hace tanto frio que se empieza a congelar el mar", afirma.

"Tuve suerte porque los barcos en los que fui no tuve grandes problemas mas allá de estropearse el radar, y al haber icebergs y niebla te asustas por no saber donde están"

"El puerto mas cercano está dos días de navegación, por lo que si viene mal tiempo los buques tienen que pasarlo en el mar, no te da tiempo a refugiarte". Además, las olas de este caladero pueden superar los 12 metros, que sumado a los miles de icebergs que flotan en sus aguas la convierten en una zona de difícil navegación. Estos icebergs llegan sobre todo en los meses de primavera, cuando se desprenden de las regiones más frías y llegan con la corriente hasta Terranova, lo que puede producir "situaciones complicadas en esa zona".

El propio Sánchez Lizaso vivió un episodio parecido cuando navegó por esas aguas hace ahora cuatro décadas: "Tuve suerte porque los barcos en los que fui no tuve grandes problemas mas allá de estropearse el radar, y al haber icebergs y niebla te asustas por no saber donde están".

A estas situaciones climatológicas y de dinámicas oceánicas, hay que agregarle las legales. Una característica que tiene la pesca en Terranova es que se hace fuera de las aguas jurisdiccionales de Canadá, más allá de las 200 millas, "lo que quiere decir que el puerto mas cercano está dos días de navegación, por lo que si viene mal tiempo los buques tienen que pasarlo en el mar, no te da tiempo a refugiarte", añade el catedrático.

Redactor '20minutos'

Redactor de Internacional, Exteriores y Defensa. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Múndo Árabe e Islámico por la Universidad de Barcelona. En 20minutos desde diciembre de 2020. Escribo sobre conflictos armados, derechos humanos y geopolítica.

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