Internacional

La crónica desde Kiev, a pie de calle: "El dilema es salir o no salir, la gente huye a pueblos cercanos de Polonia y Moldavia"

Cuando Kiev se ha despertado este jueves a las 5 de la madrugada, se ha dado cuenta de que la peor pesadilla que imaginaban durante las últimas semanas se ha hecho finalmente realidad. Los chats laborales, las redes sociales, los foros que solían acoger charlas sobre futuros proyectos y planes diarios, se han llenado de mensajes cortos y directos: “Han empezado”. Llamadas de amigos y millones de mensajes con preguntas sencillas: "¿Como estás?". 

De repente, todos las fechas límite ya no parecían tan importantes, sólo la seguridad de la familia y personas cercanas. En las diferentes partes de la capital ucraniana se escuchaban las explosiones y los sonidos intensos de las sirenas. La primera experiencia de tensión la han vivido los habitantes de las zonas cercanas al aeropuerto de Borýspil y los pequeños pueblos cerca de Kiev donde se ubican las bases militares que han sido los principales objetivos de la aviación rusa. 

Y es que, pese a todas las evidencias de inteligencia británica y estadounidense, la mayoría de los ciudadanos de Ucrania no creía que Putin se iba a atrever a dar el último paso. Uno de los argumentos principales ha sido que la guerra a gran escala "es una locura sin ningún sentido". En los círculos políticos y periodísticos se sentía el ambiente muy tenso y ansioso y había rumores de que el ataque iba a empezar por la noche. En las instituciones gubernamentales se elaboraron los planes especiales para proteger los sistemas de los ciberataques rusos. 

Pero las colas enormes en los cajeros, en las gasolineras, el arremolinamiento de ciudadanos en los supermercados y farmacias han sido una evidencia clara que muchos kievitas no estaban preparados para una intervención militar. La preocupación principal de la gente, además, es un colapso del sistema financiero y la imposibilidad de sacar el dinero en efectivo. Algunos funcionarios lograron adelantar el cobro de su salario para poder comprar productos o llevar a sus familias a los sitios seguros.

¿Cuál consideras que es el principal valor europeo que hay que defender?

“Salir o no salir” ha sido el dilema más grave y tensa por la mañana para los ciudadanos. En Kiev la gente está acostumbrada a los atascos, especialmente por la mañana. Pero los atascos en las salidas de la ciudad desde que empezó el ataque este jueves se han parecido más a los de una película de catástrofes. Una ruta normal de hora y media se convertía en un viaje de cinco horas. La gente esta huyendo a los pueblos cercanos a Polonia y Moldavia.

“Hay que estar tranquilos y tener fe en nuestro ejército"

Andriy, de 36 años, es informático y espera en la cola de una gasolinera. No quiere dar su nombre verdadero, pero cuenta que ha sido uno de los pocos de su círculo más cercano que preparó de antemano un plan para sacar a su esposa y dos pequeñas hijas fuera de Kiev. Además de preparar la maleta de emergencia, tres litros de agua y comida, hace una semana obtuvo un permiso de armas. "Es para proteger a mi familia”, explica. Aunque reconoce que espera volver a la ciudad el lunes “cuando la situación se tranquilice un poco”. Confiesa que a pesar de todas las medidas se siente "perdido y asustado".

"A lo largo de la historia hemos luchado por nuestra independencia y seguimos"

Pero no toda la gente quiere huir de la cuidad. Ruslan, de 45 años, el presidente de su comunidad de vecinos, se siente responsable de garantizar la seguridad máxima de sus compañeros de edificio: les informa sobre los refugios más cercanos ante los bombardeos rusos. "El sitio mas seguro ahora es Kiev y mi casa”, explica. “Hay que estar tranquilos y tener fe en nuestro ejército. A lo largo de la historia hemos luchado por nuestra independencia y aquí seguimos.¡ Gloria a Ucrania!”, dice Ruslan.

Mientras tanto, en las redes sociales, los ucranianos piden a la comunidad internacional que actúe inmediatamente, imponga sanciones y salve al país. Otro mensaje importante se dirige a todos los rusos que no están de acuerdo con la política de Putin. Un mensaje contundente que reafirma lo que había dicho Zeleskiy en su discurso de la tarde, que la guerra, según el presidente de Ucrania, es responsabilidad de cada ruso que se queda en silencio.

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