Internacional

Cuando el remordimiento te invade por dejar atrás 'a los tuyos': historias de los que optaron por escapar

“¿Te importa si paramos la entrevista? Los chicos de Defensa Territorial me están avisando de que se acercan los rusos y tengo que esconder a mis hijos”, explica Anna sobresaltada. La historia de Anna le dibuja a ella, una fotógrafa de 40 años, atrapada en este momento junto a su marido -un consejero de inversiones de 42 años- y sus dos hijos de 6 y 8 años en una casa alejada de la civilización en un bosque cerca de Kiev. 

Su dacha (casa de verano) está situada en un camino hacia Bielorrusia. Por razones de seguridad, evidentemente, no es ahora mismo el sitio más popular entre los refugiados que salen de Kiev. Están solos en su urbanización, así que una de sus mayores preocupaciones es que no tienen a nadie que les ayude en caso de emergencia. A las 21h apagan las luces. Allí, entre el retumbar de los explosivos que hacen temblar los cristales, la oscuridad y el frio pasan sus días y noches. La casa no está adaptada para vivir en invierno con temperaturas bajo cero, así que deben talar árboles del bosque para calentarla con los troncos, traen el agua de un pozo cercano y protegen los cristales para que no los reviente el eco de las explosiones. Pero Anna no pierde su espíritu. En cualquier caso, dice, mejor eso que cobijarse en un trastero oscuro y pequeño en el que podría volverse loca.

El refugio de Anna, su marido y sus hijos, en medio del campo
Olha Kosova

“No vamos a salir del país, no saldremos hasta que exista Ucrania tal y como es ahora, independiente. Nos quedamos aquí, en este pequeño trozo de nuestra tierra.... aunque como defensores somos bastante regulares, la verdad”, ironiza Anna entre risas. Tampoco tienen muchas opciones. Las gasolineras cercanas están cerradas, y en su coche no hay gasolina siquiera para volver a Kiev. De momento tienen comida suficiente para vivir un mes, pero no sabe lo que pasará cuando las tiendas se vacíen.

El rumbo hacia el oeste del país se ha convertido en el más popular para los refugiados de las ciudades grandes como Jarkov y Kiev, los centros de las batallas grandes entre los rusos y el ejército ucraniano. "Solo por los hijos”, “Es temporal”, “Queremos apuntarnos a la Defensa Territorial… una pregunta simple como '¿dónde estás?' desemboca ahora en una sarta de explicaciones.

- “¿A dónde? ¿A la frontera?”, me pregunta una vendedora en una de las gasolineras en el camino que lleva al oeste. 

- “No tengo plan de irme de Ucrania”, contesto con una cierta obligación de justificarme. “Soy reportera, cubro lo que pasa en el oeste y regresaré a Kiev”.

- “Claro, todos decís lo mismo”, responde con sarcasmo.

Yaremche es una pequeña ciudad cerca del famoso centro de esquí de Bukovel, ahora también convertido en centro de acogida y parada para los que quieren cruzar la frontera. Encontrar allí transporte es una misión casi imposible porque los precios suben drásticamente y no todos pueden permitírselo. "Tenéis que tener un poco de decencia, es la guerra y hay que vivir”, dice un conductor cuando le preguntas por sus tarifas desorbitadas.

La estación de Leópolis, este jueves
Olha Kosova

“¡Son unos sinverguenzas!”, comenta indignada Ulyana, de 22 años. “Para algunos la guerra se ha convertido en un negocio”. Su familia tiene una casa grande que normalmente alquilan a los turistas. Ahora, también es un centro de acogida de los refugiados. “Muchos padres dejan a sus familias aquí y luego regresan a sus ciudades. A los hombres no les dejamos quedarse ni siquiera por dinero. ¿Por qué nuestros padres, maridos y hermanos tienen que ir al este mientras estos se esconden? Qué vuelvan a defender a Kiev”, comenta Ulyana.

"¿Por qué nuestros padres, maridos y hermanos tienen que ir al este mientras estos se esconden? Qué vuelvan a defender a Kiev"

Pero no solo los hombres tienen que regresar. Mucha gente no tiene dónde quedarse. La estación de Leópolis está repleta de gente que espera un tren de vuelta porque se arrepiente de haberse ido de casa o porque ahora, a kilómetros de distancia de su hogar, se dan cuenta de que no tienen a dónde ir.

La frontera entre Ucrania y Polonia, en directo

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