El chef José Andrés llora por los refugiados ucranianos: "No hemos aprendido de los horrores del pasado"

El cocinero José Andrés, al frente de su ONG World Central Kitchen, se ha desplazado hasta la frontera de Polonia con Ucrania, donde ha montado una cocina de campaña con la que ha repartido ya miles de comidas a los refugiados que salen del país ucraniano huyendo de los bombardeos rusos. 

El chef ha subido varios vídeos contando la situación allí y en el último no puede evitar romper a llorar por los dramas humanos que está viendo. 

"Hay principalmente mujeres y niños", dice, y en una localidad en la que las temperaturas están por debajo de cero, "todavía hay gente caminando por las calles o pasando la noche en un coche sin combustible, sin poder calentarse", explica. 

El chef hace ver que hay un gran movimiento de solidaridad y que la gente y los países se vuelcan en dar refugio a los desplazados, porque "toda la gente del mundo son ucranianos en este momento". 

"¿Por qué ponemos a hombres y mujeres jóvenes en esta situación? No hemos aprendido lo suficiente de los horrores del pasado", reflexiona el cocinero José Andrés al borde de las lágrimas. 

Y hace un llamamiento: "Gente, tenemos que alzar la voz contra los líderes que nos están destrozando". El chef hace ver que la vida no debería estar en manos de personas como si fueran un monopolio y que hay que dar lo mejor de cada uno y ser inteligentes para revertir esta situación. 

"Algunas guerras sirvieron para luchar contra la libertad", hace ver, pero no es el caso de este conflicto del que el chef culpa directamente al presidente ruso. Si cualquiera alguna vez pensó que Putin era un buen líder ahora debería darle vergüenza" y "cualquiera que apoye a la gente que sostiene que Putin es un buen líder debería estar más que avergonzado. Esta es la gente que piensa que la vida es un monopolio", hace ver el cocinero.

José Andrés también cuenta el caso de un joven estadounidense al que encontró por la calle, del que no sabe su nombre, que trataba de cruzar la frontera para unirse al ejército ucraniano y luchar junto a ellos contra la invasión rusa.