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Ayuso eclipsa la despedida de Casado y exige "expulsar" del PP a quienes la atacaron

Díaz Ayuso junto a los presidentes de Murcia, Andalucía y Galicia en la Junta Directiva Nacional del PP.
EP

Isabel Díaz Ayuso alcanza tales cotas de protagonismo en el PP que sus palabras siempre consuman el estado de ánimo final del partido. Ni el pretendido discurso terapéutico de Pablo Casado ni el anuncio de Alberto Núñez Feijóo de que este miércoles comenzará su epifanía hacía Génova 13 emergen sobre su figura. Los destacamentos del PP llegados de toda España abandonaron el rascacielos donde se congregaron con el sabor de boca marcado por la presidenta madrileña. Con el reproche al comportamiento de toda una organización hacia una alcaldesa de Valencia fallecida y la defensa hercúlea de su honor. "¿Cuántas Rita Barberás va a dejar este partido en la cuneta", arrojó como una granada de mano pocos minutos después de que 400 personas ovacionaran en pie, incluso ella misma, un discurso de Casado que quedó casi automáticamente olvidado.

Porque Ayuso no perdona el fuego amigo, las acusaciones de corrupción hacia su familia que luego resultaron saldadas con un carpetazo y el supuesto espionaje que accionaron el botón rojo de una guerra civil de la que ha salido victoriosa. “Eso me lo esperaba de la izquierda, pero no de mi propio partido que ha sospechado de mí, después de 18 años de entrega en cuerpo y alma. Desde mi casa se ha hecho lo imposible por echarme de la política y destruirme en lo personal. No sé cuándo dejaremos de entregar trofeos a nuestros adversarios políticos”, defendió enardecida la lideresa madrileña.

La presidenta madrileña reformuló, esta vez sí, frente a frente con Casado la acusación que éste le hizo a ella misma hace casi dos semanas, la mañana que cada frase pronunciada por presidente del PP no era sino un paso más hacia el abismo y que Feijóo escuchó desde el club náutico de Sanxenxo: "Cuando en Madrid morían 700 personas nos dejamos literalmente la salud por salvar vidas. Y eso es algo que nos han reconocido en las urnas. Espero que mi partido, también". 

"Habrá que investigar y expulsar a sus autores", exigió Ayuso sobre su presunto seguimiento. "Y saber por qué un estúpido anónimo acaba en forma de SMS en los teléfonos de nuestros adversarios políticos", reprendió sobre un documento trascendido, escrito en mayúsculas y sin firma, según el cual Génova elevó sus recelos sobre ella. En definitiva: "Pido que todo el que haya formado parte de esta campaña sea puesto de inmediato en la calle".

Casado lamentó la "reacción" que ha sufrido

Pocos minutos antes de sufrir esta retahíla de golpes, Casado fue ovacionado. El presidente saliente del PP sacó pecho de su paso al frente del partido y se lamentó rápido y de corrido de "todo aquello que haya hecho mal". Lo hizo a pocos metros del primer nombre propio que pronunció en su discurso. Alberto Núñez Feijóo, su relevo, el hombre elevado a los altares por todos los cuadros del partido y quien siempre le ha "brindado su lealtad y amistad, las mismas que él recibirá". 

Casado, que ya no es el hombre que salía sin papeles en alarde de su reconocido prestigio como orador, pronunció un discurso conciliador donde cada mensaje era un punto de sutura. Sin embargo, mostró su aflicción con una sola frase: "La reacción que he tenido que sufrir, que es inédita en nuestra historia democrática, no la merezco". Y lanzó un dardo reivindicativo al patio de butacas: "A la mayoría de los que estáis en esta Junta Directiva os propuse como candidatos a distintas responsabilidades".

"A pesar de todo, cada día al frente del Partido Popular ha sido un honor. He sido muy feliz representando a esta gran organización porque creo que haciéndolo estaba prestando el mejor servicio a España", fue el balance y la lectura en clave nacional de su labor frente a "los enemigos de la libertad", una trinchera que Casado localiza en "el nacionalismo excluyente, los herederos de los terroristas, el populismo radical y el colectivismo identitario". 

"Ha empezado la hora importante, la hora en la que los militantes hablen con nitidez y sin presiones", declaró a la salida Feijóo. "Esta situación orgánica tenemos que zanjarla y ponernos al servicio de nuestro país. Lo que hemos hecho no es de recibo, esta situación no la merecen los ciudadanos. Aquello en lo que nos hemos equivocado lo tendremos que rectificar". 

Feijóo, que sigue esquivando la confirmación directa de su candidatura, sí adelantó que el primer paso lo dará este miércoles tras reunirse con la cúpula del PP en Galicia. Casi como un mero formalismo, el presidente gallego también animó a "cualquier persona que crea que puede presidir el PP, que tiene los apoyos y tiene los apoyos, que se presente" al congreso extraordinario. 

Mientras parte del partido cauterizaba las heridas y la otra echaba sal para no "cerrar en falso" lo sucedido, la única persona que no perdió de vista el futuro estratégico e ideológico, los derroteros puramente políticos del partido, fue Cayetana Álvarez de Toledo. Un discurso cuya única variable no es la unidad. A su llegada remarcó lo publicado en la prensa por la mañana, donde sobresale la crítica a la intención de Feijóo de armar un partido de fuera adentro, es decir, de descentralizar la estructura y construir un partido desde lo autonómico. Algo "entre la caciquil CEDA y las inicuas asimetrías del PSOE" que podría degenerar en "una coalición de partidos regionales".

"No es una refundación, pero sí es un reinicio"

En el turno de tarde, al eurodiputado Esteban González Pons, presidente del comité organizador del congreso extraordinario y urgente del PP de los próximos 2 y 3 de abril en Sevilla, se le hacía "raro volver después de tantos años" a la sala de prensa de Génova 13. Todavía más si hace menos de una semana estaba en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, cuando recibió una llamada del sanedrín de barones reunidos de emergencia unas plantas más arriba de donde lo contaba. Una plana mayor que vio en él una especie de Señor Lobo, aquel personaje de Tarantino que solucionaba problemas. González COC [Comité Organizador del Congreso], como él mismo se ha bautizado, tenía claro el titular para su estreno en este cargo coyuntural: "Esto no es una refundación del partido, pero sí es un reinicio". Un mensaje en el que ha incidido.

"Ha habido una reunión del comité organizador hace unos momentos y estamos ya en marcha", cortó la cinta el valenciano, que remarcó la "rigurosa neutralidad" que procurará para el comité que preside. González Pons compareció junto a Cuca Gamarra, nueva coordinadora general del PP hasta el congreso extraordinario. Ambos fueron ratificados esta misma mañana en sus nuevos cargos coyunturales por una comité ejecutivo nacional que fue un trámite. Gamarra, por cierto, que será quien sustituya a Casado este miércoles en el Congreso.

El presidente del COC anunció que el día 3 de abril, también en la capital andaluza, se celebrará el primer comité de dirección de la nueva cúspide. Con el partido ya reiniciado, lo que sucede "cuando el teléfono móvil o el ordenador produce fallos".

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