El viaje de 5.000 km desde Zaragoza para salvar a sus hijas de acogida ucranianas: "Se van a quedar el tiempo que quieran"

Familias con niños, en la frontera entre Ucrania y Polonia.
Familias con niños, en la frontera entre Ucrania y Polonia.
ALDEAS INFANTILES / EP
Familias con niños, en la frontera entre Ucrania y Polonia.

Después de recorrer más de 2.500 kilómetros en menos de dos días, después de atravesar Francia, Alemania, la República Checa y gran parte de Polonia sin apenas descansos, Gregorio llegaba a Cracovia este miércoles por la tarde. Un viaje contrarreloj para poder fundirse en un fuerte abrazo con Alina y Vita. Ha transcurrido más de una década desde que dejaron de pasar las vacaciones juntos pero ni el tiempo ni la distancia han logrado que perdieran el contacto. Ahora, con el país de ellas en guerra, él ha ido a recogerlas para traerlas a España

Este hombre salió de Zaragoza el martes por la mañana junto a tres acompañantes. Dos coches con miembros de dos familias distintas emprendían un largo camino con una meta muy clara. "No podíamos mantenernos al margen en un momento así", cuenta este hombre durante una conversación telefónica. Conocieron a las gemelas cuando eran pequeñas a través del programa Acogida temporal de niños ucranianos de la asociación Asistencia a la Infancia. Ambas pasaron varios veranos y navidades con ellos, Alina en casa de Gregorio y Vita, en la de la familia que va con él. Los viajes se interrumpieron cuando ellas cumplieron la mayoría de edad, pero la relación perduró. En este tiempo las hermanas han alcanzado la treintena, se han casado y han sido madres.

"Rara es la semana que no hablamos. Hace unos días estaban desesperadas. muy nerviosas. Viven en un pueblo no muy lejos de Kiev y la noche anterior los disparos y las explosiones se habían sentido muy cerca", apunta Gregorio. "Se les presentaba una situación muy complicada, desamparadas y sin recursos económicos para afrontar el día a día", continúa. 

En ese contexto, con poco más que lo puesto, el lunes por la mañana se dispusieron a cruzar a Polonia. El trayecto lo hicieron en coche hasta que 14 kilómetros antes de llegar a la frontera, los militares apostados en un puesto de control les comunicaron que a partir de ahí tenían que seguir a pie. Podían hacerlo ellas y sus hijos; los hombres debían retroceder en base a la ley marcial. Impuesta por el presidente, Volodimir Zelenski, el pasado jueves, prohíbe la salida a los hombres de entre 18 y 60 años con el objetivo de que defiendan la nación.

"Se les presentaba una situación muy complicada, desamparadas y sin recursos económicos para afrontar el día a día"

Con el corazón roto y con tres niños -de seis y cinco años y de nueve meses-, anduvieron durante horas bajo la nieve. Atrás, y bajo las bombas, dejaban su tierra, a sus maridos y también a su abuela, quien las había criado. "Le insistimos para que viniera con sus nietas pero la mujer se negó rotundamente. Decía que tenía que cuidar de su casa", cuenta Gregorio. 

Ya en Polonia, madres e hijos recibieron ropa de abrigo, mantas y comida y fueron trasladados en autobús a un hotel de Cracovia que el dueño ha puesto a disposición de los ucranianos que huyen del horror. Allí es donde se han reencontrado con sus familias de acogida españolas y desde donde, después de descansar toda la noche, está previsto que partan este jueves por la mañana de vuelta a la capital aragonesa. 

"Van a ser uno más en casa. Donde comen tres comen cinco. Y se quedarán el tiempo que se quieran quedar. Si un día los maridos pueden venir también estaremos encantados de hacer todo lo posible porque tengan una vida en España", remarca Gregorio, cansado físicamente tras acumular tantos kilómetros a la espalda, pero satisfecho de poder rescatar de la barbarie a sus hijas de acogida.

Araceli Guede
Redactora '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Universidad Europea de Madrid, estudié después el Máster de Periodismo de El País. En 20minutos desde marzo de 2013, donde desde 2023 realizo labores de coordinadora de la web y portadista. Apasionada de los temas sociales (relacionados con educación, sanidad, inmigración o igualdad) y de denuncia, en 2022 recibí el Premio de Periodismo de la Fundación Grünenthal, en la categoría de Abordaje del dolor infantil.

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