Contenedores más bajos para mejorar la visibilidad de los peatones, vehículos más sostenibles y silenciosos, incremento de operarios... Barcelona ha comenzado este lunes a desplegar el nuevo contrato de limpieza y recogida de residuos en los distritos de Ciutat Vella, Eixample, Gràcia, Sant Andreu y Sant Martí y, a partir de septiembre, se implementará en el resto de la ciudad.
Este contrato, el más grande del Ayuntamiento de Barcelona con una inversión de 2.300 millones de euros para los próximos ocho años, prevé establecer un modelo encaminado a la recogida selectiva y a la reducción de la generación de residuos adaptado a cada barrio y, para ello, introduce varios cambios.
En primer lugar, se incorporarán, de forma progresiva, nuevos contenedores más bajos para mejorar la visibilidad de los peatones y, con ella, su seguridad. Además, tendrán distintos tamaños para adaptarse mejor a las necesidades de cada barrio y las bocas estarán calibradas al residuo correspondiente.
También aumentará la presencia de contenedores de recogida selectiva en un 25% y cambiará su distribución: los de orgánica se situarán junto a éstos siempre que sea posible y dejarán de estar al lado de los contenedores grises. Además, se simplifica la separación de materiales en el contenedor amarillo, de manera que se podrá depositar plástico o metal ya sean envases u otros materiales
Por otra parte, los contenedores de fracción orgánica permitirán introducir sistemas de identificación de usuarios para abrir y cerrar las tapas de cara a una posible extensión de los sistemas de recogida individualizados, como el puerta a puerta de Sant Andreu.
El nuevo modelo de recogida de residuos también se adaptará a las diferentes realidades de la ciudad, con la intención, señala el Ayuntamiento, de mejorar la recogida selectiva en los núcleos históricos de los barrios y las calles estrechas.
Vehículos eléctricos: menos contaminación ambiental y acústica
El nuevo contrato supone, además, pasar de un 20 a un 66% de vehículos eléctricos, lo que comportará una reducción de la contaminación tanto ambiental como acústica. Estos vehículos incorporan también elementos tecnológicos que permiten hacer un mejor seguimiento y control del proceso, lo que permitirá tener más información sobre las necesidades de cada territorio.
Este nuevo sistema contempla también un incremento de un 10% en la plantilla del servicio de limpieza hasta alcanzar los 4.400 trabajadores. Así, se incorporan al servicio 400 operarios de los cuales más de la mitad trabajarán en los equipos de limpieza viaria.
También se introducen más vehículos polivalentes que pueden barrer, recoger residuos o eliminar la suciedad con agua indistintamente, se incrementa la limpieza de las manchas en el pavimento y se dobla la del interior y el exterior de los contenedores. Además, aumenta el servicio en las tardes y días festivos.
55% de recogida selectiva en 2025
El Ayuntamiento señala que cada habitante de Barcelona genera unos 500 kilos de residuos al año de los cuales se recicla alrededor de un 38%, "un índice de recogida selectiva que hace años que está estancado", teniendo en cuenta que "se podría reciclar el 90%". Ante estos datos y con la intención de cumplir con el objetivo marcado por la Unión Europea de llegar a un índice de recogida selectiva del 55% en 2025, el consistorio señala la necesidad de fomentar e implementar nuevos modelos.
Entre ellos, el barrio de Sarrià Vell -como también Sant Andreu del Palomar- dispone del servicio de recogida puerta a puerta y el Ayuntamiento anunció el jueves que rebajará un 30% la tasa de residuos a los vecinos de esta zona que hagan más de 40 aportaciones de fracción orgánica al año. Desde el 1 de enero este sistema de bonificación también está implementado en el servicio puerta a puerta de Sant Andreu de Palomar y se suma a la bonificación por uso de los puntos verdes, que supone una reducción de hasta el 14% de la tasa de residuos según la cifra de usos anuales.
El Ayuntamiento detalla que el coste de tratar los residuos del contenedor gris es de 205 euros por tonelada. En cambio, el tratamiento de la tonelada de fracción orgánica tiene un coste de 124 euros y el de la tonelada de papel y vidrio, de aproximadamente 45.
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