Las negociaciones encallan entre PP y Vox en Castilla y León y Feijóo apela al PSOE

  • PP y Vox habían alcanzado ciertos pactos, pero las negociaciones se han atascado.
  • Los de Abascal reclaman la misma cuota de responsabilidad de la que ha gozado Cs, a lo que los 'populares' se resisten.
Feijóo pide al PSOE que facilite la investidura de Mañueco
Feijóo pide al PSOE que facilite la investidura de Mañueco
Europa Press
Feijóo pide al PSOE que facilite la investidura de Mañueco

Mañana a las doce del mediodía se constituirán las Cortes en Castilla y León y las negociaciones entre PP y Vox siguen estancadas. Alfonso Fernández Mañueco sigue sin cerrar un acuerdo de Gobierno para el que se le ha dotado de autonomía desde todos los estamentos de su partido. Preguntado por ello durante la presentación de sus avales en Génova 13, Alberto Núñez Feijóo defendía que "no hay una fórmula alternativa" a que sea Mañueco quien gobierne Castilla y León. Pero Feijóo no interpeló a Vox, sino al PSOE, a quien le pidió que favorezca "que gobierne la lista más votada" y que "sea responsable". 

La alternativa que propone Feijóo, sin embargo, es una opción casi utópica. Entre Mañueco y Luis Tudanca, el candidato socialista en la región, no ha existido mayor acercamiento que el de la ronda de contactos de rigor. Es Juan García Gallardo, candidato de Vox, y con su directiva nacional con quien se arremanga para descifrar el puzle. 

Mañueco se resiste a que Vox ostente, como reclama, la misma cuota de responsabilidad que Ciudadanos asumió en 2019. Los 'populares' apelan a que, a diferencia de los últimos comicios, su condición es ahora la de partido ganador de las elecciones. Un argumento que, también desde el primer momento, Vox no compra. La posición del partido de Santiago Abascal es clara: si Ciudadanos tuvo 12 diputados y una amplia representación en el Gobierno castellanoleonés durante la última legislatura, Vox, con 13, no será menos

"El tiempo es muy importante en las negociaciones: un día tiene mucho recorrido y somos hábiles negociadores", sostienen fuentes parlamentarias populares, deslizando que, de haberlo, el acuerdo se cerrará sobre la bocina. El pasado fin de semana ambos partidos acercaron posturas y esbozaron ciertos acuerdos programáticos para el gobierno de la región, pero a estas horas el trato está totalmente varado. "Nosotros queremos puestos, no cargos. ¿Qué dijo Santi el día de las elecciones? Que Juan García-Gallardo tenía cara de vicepresidente, ¿no? Pues eso", escenificaba un diputado de Vox este martes, defendiendo que su partido no se contentará con un menudeo de carteras.

"Aquí hay tres opciones: o pactan con el PSOE, o pactan con nosotros o se repiten las elecciones", resumía otro diputado de Vox este miércoles el abanico de posibilidades de Mañueco. Descartado, absolutamente remoto, un acuerdo con la formación que encabeza Luis Tudanca en la región y seguramente lesivo para sus intereses electorales la repetición electoral, la única alternativa de Mañueco pasa por entenderse con un partido que reclama el mismo trozo de pastel que obtuvo Francisco Igea en 2019. Traducido: la vicepresidencia de la Junta, la presidencia de las Cortes y un número proporcional de consejerías. Ciudadanos ostentó cuatro la anterior legislatura, pero Mañueco ha anunciado su intención de reducir las consejerías la legislatura venidera. 

"Los únicos adultos en la sala somos nosotros", sostiene este último diputado de Vox, parafraseando aquello que defendían los populares entre sus filas acerca del ascenso de Alberto Núñez Feijóo. La nueva estrategia comunicativa del PP, que apela a la radicalidad del partido de Abascal pero se abre a pactos, causa recelos en los cuadros de Vox.

"No vamos a aceptar que el PSOE nos diga con quién podemos pactar viendo exactamente con quién pactan ellos", defendió el presidente gallego la semana pasada. "Vox es un partido de extrema derecha", expone sin matices Esteban González Pons, el hombre fuerte del partido hasta que llegue el congreso extraordinario de abril. "Esto es como si me pides que te lleve en coche pero me dices que eres un imbécil", ilustran, con otro adjetivo, fuentes de Vox.

Aseguran también desde Vox que la entrada de facto en el que sería su primer gobierno, algo inédito todavía, no debería de restar frescura a su mensaje. "Nosotros somos un partido político, lo que queremos es gobernar"

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