Nuevas propuestas para el fin de semana con la visita a La Quinta de los Molinos, un espacio natural reservado a la creatividad y los espectáculos en familia; un estreno muy esperado del Centro Dramático Nacional; sábado tarde de cine en Filmoteca Junior; un musical basado en un best seller de Noah Gordon; dos exposiciones muy variadas en la Casa de México; y un pianista islandés que dedica su recital a Mozart y sus contemporáneos.
1. Teatro. 'El Golem' de Juan Mayorga en el Teatro María Guerrero
El Golem es una de esas representaciones teatrales que generan una gran expectación, al aunar dos personalidades tan relevantes en nuestro teatro actual como Juan Mayorga y Alfredo Sanzol. Ambos escritores de textos teatrales y ambos directores de escena. En esta ocasión, Mayorga firma la autoría de la obra y Sanzol quiso dirigirla nada más adentrarse en un texto denso e intrincado, y lo hace desde su ubicación como director del Centro Dramático Nacional. Las funciones se extenderán hasta el 17 de abril en un Teatro María Guerrero sitiado por las obras (municipales) que se desarrollan en aceras y calzadas.
Juan Mayorga ha declarado siempre una especial fascinación por las palabras como materia de nuestro propio ser. Estamos constituidos por palabras que expresamos o guardamos, que tomamos prestadas o se nos imponen, y en este sentido él se define como un traficante de las mismas. Con su libreta siempre a mano, anota retazos de conversaciones escuchadas en cualquier ámbito y tira del hilo hasta llegar a los espacios donde aquellas palabras se cobijan. Los versos de Borges en su poema El Golem sirven también para ilustrar el misterio de la palabra: “En las letras de rosa está la rosa / Y todo el Nilo en la palabra Nilo”.
El Golem es una leyenda antigua en la que un ser antropomorfo fabricado en barro es dotado de vida a través de la palabra: un papel anotado que un rabino le introduce en la boca con la palabra Dios, en hebreo. Este mito medieval es el punto de partida de Juan Mayorga para construir una trama en la que un pacto mefistofélico lleva a la protagonista a aprender de memoria un texto de una persona desconocida, y contribuir así a la salvación de Ismael, su marido, que se encuentra internado en un enigmático y oscuro hospital.
Fuera de escena se adivina tensión en la calle, protestas y disturbios sociales, al parecer motivados por decisiones políticas como la privatización de la sanidad. En realidad, se trata de un componente añadido por Mayorga a una obra que ya tenía perfilada cuando el virus empezó a correr sin freno, y que tampoco tiene relevancia en el fondo de la función.
Felicia, la protagonista, irá transformándose a medida que las palabras ajenas se incorporen a su cerebro y su organismo, incluso llegando a alterar su físico, el modo de caminar, su prestancia. Aquí hay que destacar la actuación intensa e inmensa de Vicky Luengo, de una entrega encomiable, sin respiro alguno, finalizando la función con una apelación al público sobre el que cae el peso del foco, buscando una respuesta común frente a los tiranos que tanta relevancia cobra hoy. Elías González y Elena González mantienen con sus actuaciones el pulso de la función en todo momento.
El Golem se desarrolla en catorce escenas delimitadas por lapsos musicales que buscan generar una sensación de suspense, al modo de una banda sonora al uso. Algunas estructuras móviles van conformando ligeras modificaciones en un espacio que mantiene siempre la oscuridad, sobre el que caen tubos fluorescentes que descienden y hieren al espectador conscientemente.
La dirección de Alfredo Sanzol aporta siempre detalles de conocimiento escénico, mantiene el tono pausado y carente de estridencias del texto de Mayorga, al que se podría reprochar una densidad excesiva que desemboca en cierta confusión. El esfuerzo que el espectador debe realizar para desentrañar los diálogos es notable, pero en el patio de butacas se percibía el domingo pasado una atención superlativa. Probablemente sea una obra que requiera una lectura en papel, un estudio más atento a la combinación de tentativas en que avanza el autor para acercarnos a una realidad compleja y misteriosa, y a la que es adecuado aproximarse a través de la edición del texto que La uÑa RoTa ya ha distribuido en librerías y aconsejo adquirir.
2. Exposiciones. 'Caudales' y 'Raíz Rizoma' en Casa de México
Casa de México en España alberga en estos momentos dos exposiciones muy interesantes, que conforman una imagen ambivalente de la realidad artística mexicana. Por un lado, una propuesta que invita a experimentar el nuevo arte digital mexicano, de la mano de Rafael Lozano-Hemmer con la exposición Caudales. En la misma planta, y en colaboración con Fundación Otazu, se presenta Raíz y Rizoma, un viaje a México a través de su historia y legado.
Rafael Lozano-Hemmer es un artista muy interesado en las tecnologías, con una obra influenciada por los algoritmos, los sistemas de vigilancia y la interacción con el espectador como elemento generador y transformador de sus piezas. Su estudio de Montreal está conformado por tantos programadores informáticos como creadores artísticos, y suele acometer intervenciones en espacios públicos o grandes museos. En la bienal de Venecia de 2007 representó a México con una instalación que utilizaba sensores para registrar los pulsos del público.
La exposición Caudales -cuyo título hace referencia tanto al caudal de agua, como al de capitales y recursos- se abre con una gran proyección inspirada en la novela de Orwell 1984, minuciosamente encajada en la pared que se abre al final de la escalera principal del edificio, con miles de números en diferentes tipografías extraídos de Google Street View.
Ya en las salas principales, dos pantallas unidas muestran una constelación de letras que se desplaza siguiendo los movimientos del visitante, formando frases del sociólogo jamaicano Stuart Hall, muy interesado en la emisión y recepción de mensajes por la población.
Un brazo robótico unido a un pincel japonés va escribiendo parsimoniosamente cientos de marcas de agua mineral, sobre una superficie caliente donde las letras se evaporan casi al instante. Se trata de una obra estrenada para la ocasión en Casa de México.
El erudito de finales del siglo XIII, Ramón Llull, al que algunos estudiosos atribuyen una teoría precursora de la informática y el cálculo computacional, da pie a otra instalación de pantallas que consigue cierto efecto tridimensional y envolvente, simbolizando las estructuras de sabiduría que imaginó Llull. Finaliza la exposición -que permanecerá abierta hasta el mes de abril- con una bellísima instalación a modo de candelabro formado por pequeñas pantallas, denominada Primero sueño, dedicada a la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz.
La segunda exposición que podemos disfrutar en Casa de México propone un viaje más ligado a la tradición del país, aunque basado en una mirada contemporánea. Se titula Raíz y Rizoma, y surge de la colaboración con Fundación Otazu, que gestiona un centro de arte en la Bodega Otazu, en Navarra.
La exposición presenta una visión de la escena mexicana contemporánea que incluye piezas de artistas como Teresa Margolles, Ximena Labra, Edgardo Aragón o Iñaki Bonillas, en diversos formatos como video-performance, escultura o textil. Supone un contraste notable con el contenido estético de Lozano-Hemmer, pero ahí reside también la riqueza de este recorrido que proponemos por una institución modélica, tanto en sus planteamientos como en su variada programación.
Destacan unos penachos de plumas empleados en la danza de los quetzales, así como el resultado de una performance de Héctor Zamora, en la que decenas de vasijas de barro utilizadas por mujeres para trasladar agua, fueron pisoteadas por las propias autoras como acto cargado de simbolismo. Esta exposición permanecerá abierta hasta el 27 de marzo.
3. Familiar. 'La Rous' en Espacio Abierto Quinta de los Molinos
Los almendros en flor de la Quinta de los Molinos son un buen reclamo para acercarse a este espacio abierto, que sigue siendo una institución cultural ejemplar, un punto de encuentro para familias, niños y adolescentes, donde descubrir un entorno propicio a la creatividad a través de múltiples dimensiones: el pensamiento, el juego, la convivencia, la empatía, el arte y la naturaleza. La floración ya ha pasado su momento más esplendoroso, a finales de febrero, pero seguro que todavía sigue manteniendo una estampa preciosa a pesar de las lluvias de esta entresemana.
La programación para los dos próximos fines de semana tiene propuestas muy interesantes: La primera de ellas nos la trae Rosa Díaz, La Rous, Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud 2011, que vuelve con Hilos a Espacio Abierto, para emocionar a grandes y a pequeños.
La autora parte del primer vínculo del que todos pendemos al nacer, el cordón umbilical que nos entrelaza de una manera única a nuestra madre, y se pregunta qué pasa luego con ese hilo. El cordón se corta al nacer, pero hay un hilo invisible que siempre permanece vivo.
Rosa Díaz inició su carrera teatral fundando la Compañía Fénix en Albacete en 1981, y desde entonces lleva dedicada a este mundo. Así relata de qué trata este espectáculo Hilos: “Os hablo de la historia de mi madre, una mujer llena de vida, que dio a luz a catorce hijos unidos a ella por un hilo. Os hablo de los hilos de sus trenzas cuando era niña y de los deshilachados hilos por el paso del tiempo. De los hilos transparentes que la vinculaban de modo indisoluble a su familia. De los hilos que creó entre ella y sus hijos y del legado que nos dejó a cada uno para ser capaces de tejer los nuestros propios”.
El espectáculo está destinado a un público familiar (peques a partir de 7 años) y se representará el sábado 12 a las 18 horas y el domingo 13 de marzo a las 12.30 horas.
Como las entradas vuelan para estos espectáculos, anticipo otra propuesta para el fin de semana del 19 y 20, destinado a un público más menudo. Se trata de una función de marionetas que presenta la compañía de títeres Minusmal, con estilo pausado y sensible. Así es su protagonista, Clara, uno de esos seres que no destacan por lo que hacen, sino por lo que son. Una pequeña payasa, a la que le encantan sus zapatos rojos y sueña con patinar. Con su tierna mirada y sus sutiles gestos conquista y enamora a todo el mundo con su personalidad magnética, sobre todo a su compañero inseparable, el titiritero.
Simplemente Clara es un espectáculo poético y sensorial, que arropado por la música consigue conectar con el público y crear un ambiente mágico, lleno de complicidad y delicadeza.
4. Clásica. Víkingur Ólafsson interpreta a Mozart
El pianista islandés Víkingur Ólafsson surgió hace cinco años como pianista de Deutsche Grammophon, con un disco dedicado a la hipnótica música de Philip Glass; continuando más tarde con otro trabajo muy celebrado, dedicado a Bach, en el que causó sensación.
En 2020, combinó con acierto piezas de Rameau y Debussy en un delicioso cóctel que algunos bebimos a sorbos para olvidar los duros tiempos de pandemia. Este disco alcanzó la asombrosa cifra de 125 millones de escuchas en streaming, que ya se ha convertido en el baremo que establece quién ha dado en la diana. Aquí dejo un curioso video en el que se muestran las variopintas pasiones que el ser humano puede cultivar en la intimidad, mientras suena una transcripción de Les Boréades de Rameau, hecha por el propio pianista.
En septiembre del año pasado presentó un nuevo álbum que gira alrededor de la figura de Mozart, donde Víkingur Ólafsson invita a subir al escenario a músicos que compartieron su misma época, aunque lógicamente quedaron oscurecidos por un genio de ese calibre. Cimarosa, Gallupi y C.P.E. Bach aportan piezas al programa. Es precisamente esta comparativa la que tendremos oportunidad de establecer el viernes en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional, en un recital que organiza el CNDM (Centro Nacional de Difusión Musical) dentro del ciclo Fronteras. Las obras seleccionadas de Mozart corresponden a la última década de su vida (1780). Precisamente fue en 1781 cuando Mozart conoció la música de Bach casualmente en Viena, hecho que, según el pianista islandés, transformó su concepción de la composición.
Las dos piezas de Mozart que Víkingur comenta e interpreta parcialmente en el video siguiente, tan diametralmente opuestas, forman parte del programa que nos ofrecerá. No se pierdan este recital, si es que queda a estas horas alguna entrada.
5. Cine familiar. 'School of Rock' en la Filmoteca Española
Los sábados por la tarde la Filmoteca Española reserva la preciosa sala del Doré al cine infantil y juvenil, en lo que se denomina Filmoteca Junior. En esta ocasión tenemos una película positiva, divertida y llena de buena música como Escuela de Rock, (2003) de Richard Linklater.
Un músico fracasado se hace pasar por otra persona para conseguir un trabajo como profesor sustituto en un colegio privado. Allí descubre que sus alumnos tienen verdadero talento musical y urde un plan para relanzar su carrera.
«El reto estaba en sacar adelante una comedia para un gran estudio y que aun así fuera una película personal. Siempre he admirado eso: Scorsese y Oliver Stone, esa gente que hace un cine personal independientemente de lo grandes que sean sus presupuestos. Ahí es donde se rompe todo el tema del cine independiente: independiente bien, estudio mal. Esa forma de pensar es una basura. Puedes ir a ver una tontería de género hecha con treinta mil dólares y pensar ‘vale, la han hecho para llamar la atención de la industria’. Pero después te encuentras con un film de sesenta millones totalmente personal y obsesivo. Eso tiene todo mi respeto. No es algo fácil de hacer». (Richard Linklater)
Confieso que este director es uno de mis cineastas americanos favoritos, y esta película, destinada a un público familiar, es realmente una apuesta por la libertad creadora, por librarse de una visión estrecha y constreñida en el ámbito de la educación, de la mano de un profesor que rompe todos los moldes. Atención a la composición musical que en el video siguiente le lleva a la convicción de que en esos chavales hay mimbres para una banda de rock:
En la elección del actor para elevar este personaje reside el gran acierto de la película: Jack Black interpreta al profesor que todo alumno le gustaría ver aparecer en su aula y es el alma de la película. Puro entusiasmo y motivación (sólo hay que compararlo con el actor que interpreta ese papel en la serie de televisión, que no le llega ni a la suela de las deportivas).
El rock. El poder de la creación musical conjunta como elemento integrador, que cohesiona a un grupo y le permite crecer y valorarse. Diversión asegurada este sábado en la Filmoteca.
6. Musical. 'El médico' en Espacio Ibercaja Delicias
El pelotazo literario de Noah Gordon, El Médico, también ha tenido derivada en el terreno del musical, cosa que siempre agradecerán sus herederos. Fue estrenado en octubre de 2018 en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid y el propio autor Noah Gordon, fallecido el año pasado, participó activamente en el proceso creativo, aportando ideas y apuntes, según comentan los creadores.
Ahora regresa a Madrid con una nueva versión de beon. entertainment y elenco renovado de artistas. En esta ocasión, se ha dispuesto en una de las múltiples carpas del Espacio Ibercaja Delicias, que se está confirmando como un nuevo polo de atracción para el público del musical, cabaret, circo y derivados, donde además se dispone de una agradable zona de ocio.
En palabras del escritor, «la emoción de la novela ha conseguido traspasar a la música para que los lectores ahora puedan experimentar las aventuras de Rob J. Cole de una manera nueva y maravillosa».
Desde un Londres brumoso donde se inicia la acción y el pobre Rob, aún niño, queda huérfano a las primeras de cambio; pasamos a recorrer bosques a bordo de en una carreta junto a uno de los principales protagonistas, Barber. Al cabo de los años, Rob se convierte en un buen mozo que interpreta con decisión y derroche vocal Guido Balzaretti, en escenas agitadas como la de la entrada a Ispahan, en una especie de mercado persa azotado por la trompetería y un tumulto de percusión.
En el reparto destaca la presencia de Josean Moreno en el papel antes mencionado de Barber, con voz potente y gran presencia escénica. El vestuario de Lorenzo Caprile está compuesto con buen gusto y consigue conjuntar a los 26 actores que intervienen en el musical, mientras que la escenografía consigue momentos visualmente atractivos.
La calidad del sonido es un punto a mejorar en esta función, así como ajustable a la baja el volumen aplicado, medida que agradecerían los tímpanos de los espectadores y permitiría discernir voces e instrumentos con mayor claridad y mesura.
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