El PP pacta con Vox en Castilla y León entre recelos de los conservadores europeos

  • Mañueco y García-Gallardo anunciaron el acuerdo a 15 minutos de que se constituyeran las Cortes autonómicas.
  • Casi simultáneamente, González Pons aseguraba que "los partidos se definen con sus sus actos, sus amistades y su posición en los grupos europeos", en clara referencia a Vox.
  • Feijóo culpa al PSOE de haber abocado a Mañueco a su acuerdo con Vox y Donald Tusk, presidente del PPE, se muestra muy hostil con la decisión.
Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco presentan el acuerdo de legislatura entre PP y Vox, este jueves en Valladolid.
Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco presentan el acuerdo de legislatura entre PP y Vox, este jueves en Valladolid.
EP
Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco presentan el acuerdo de legislatura entre PP y Vox, este jueves en Valladolid.

Del "hemos cedido para propiciar el entendimiento, Vox no se ha movido nada", al "hemos llegado a un acuerdo de legislatura con Vox" de Alfonso Fernández Mañueco. Del "PP se empeña en negar a los votantes de Vox el mismo trato que dio a su anterior socio" al "celebramos hoy un acuerdo sensato, sin ganadores ni perdedores" de Juan García-Gallardo. Tan solo 13 horas separan uno y otro cruce de tuits entre Mañueco, que revalidará su cargo como presidente de Castilla y León, y García-Gallardo, que estrenará la más alta cota de poder autonómico de Vox, lo que ya ha generado recelos entre los conservadores europeos. Eran las 11:45 y quedaba un cuarto de hora para que comenzara el pleno de constitución de las Cortes. Tres horas después de la confirmación, en la rueda de prensa conjunta donde escenificaron el pacto, sobraban hasta los apellidos: ya eran Alfonso y Juan el uno para el otro. Presidente y vicepresidente in pectore

Presidencia de la Junta y siete consejerías para el PP. Presidencia de las Cortes (Carlos Pollán, ya en posesión), la vicepresidencia de la Junta y tres consejerías para Vox. Así queda el reparto final de cargos: el reivindicado por Vox desde, prácticamente, la noche de las elecciones, aunque de momento está por definir qué departamentos dirigirán uno y otro partido. El acuerdo de legislatura, por su lado, quedó esbozado a través de 11 "ejes de Gobierno" y 32 "acciones", resumidas en cinco folios.

El grueso de ese guion de legislatura se asemeja al publicado por García-Gallardo en Twitter la noche del miércoles. Es decir, la dirección nacional de Santiago Abascal, que ha pilotado la negociación y ha presionado desde Madrid, se ha llevado el gato al agua recogiendo muchas de sus propuestas. El hermetismo durante las negociaciones ha sido total por parte del Vox, donde ni siquiera el equipo de comunicación del candidato estaba al tanto de los avances. Si bien es cierto que el sintagma "memoria histórica" no aparece por la batería de medidas, sí se recoge "reivindicar nuestra historia común, entendida como elemento integrador para la reconciliación, combatiendo cualquier intento de quienes tratan de utilizarla para dividir".

"Violencia intrafamiliar" y no "violencia de género"

"Aprobaremos una ley de lucha contra la violencia intrafamiliar para promover medidas preventivas y dotar de una protección adecuada a sus víctimas". Así comienza el punto 10 sobre las acciones del acuerdo de Gobierno. Vox consigue desplazar el concepto "violencia de género", por el que siente aversión, por "violencia intrafamiliar": un concepto que engloba todo tipo de violencias en el seno doméstico y sin tipos agravados para la violencia del hombre hacia a la mujer. “Hay que proteger a las víctimas de la violencia, sea la violencia machista, terrorista, sexo o raza. Son principios de nuestra Constitución”, explicó Mañueco en la rueda de prensa al ser interpelado por este punto.

El otro punto más comentado, el 32 y último, referente a la inmigración, promueve “una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de Castilla y León”.

La Ley de Desarrollo y Competitividad Rural es la única que se concreta de manera expresa, si bien se plasman en el texto medidas, o intenciones, educativas, económicos, de empleabilidad, industrialización, sanitarias, familiares o fiscales. El pacto recoge la exigencia de una "EBAU única en todo el territorio nacional" y el fomento de una educación "libre de adoctrinamiento ideológico"; hace hincapié en una "reducción significativa del gasto institucional superfluo y supresión del gasto público ineficaz", unida a la "reducción de los impuestos autonómicos". 

Feijóo culpa al PSOE del acuerdo con Vox

Pese a la sintonía que escenificaron Mañueco y García-Gallardo, el acuerdo no fue recibido con entusiasmo por parte del presidente de la Xunta y próximo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que culpó directamente al PSOE por haber abocado al presidente castellanoleonés a un callejón sin salida. “Nos ha llevado a elegir entre Vox o elecciones”, ilustró la disyuntiva. Además, aseguró que Mañueco "hubiera preferido otra opción". Y aunque respaldó la decisión adoptada, algo "perfectamente legítimo", se desvinculó de la misma alegando será "a partir de que sea presidente del PP" cuando dará "todas las explicaciones de las decisiones que adopte mi partido".

Feijóo, además, rechaza cualquier atisbo de critica por parte de los socialistas: "El que pide responsabilidad en los pactos de Gobierno es el que gobierna con la extrema izquierda populista española y se apoya en el independentismo vasco y catalán; legitimidad para pedir responsabilidad en pactos el PSOE no tiene ninguna".

El presidente andaluz, Juanma Moreno, arrojó un mar de dudas sobre la relación con el partido de Abascal. "Cómo va a ser fuerte un gobierno de Vox", lanzó retóricamente el otro barón territorial de fuste en el PP, en referencia al euroescepticismo y al rechazo al sistema autonómico del que beben los de Abascal. Moreno, que en un puñado de meses se enfrentará a las urnas y un escenario previsiblemente parecido, mostró a su vez el "máximo respeto" al acuerdo alcanzado. Niega el presidente andaluz que sea "utópica" la posibilidad de consolidar una mayoría al calor de las urnas. 

Tusk espera que se trate de "un incidente" y no de una tendencia

Donald Tusk, presidente del Partido Popular Europeo (PPE), también dio su parecer sobre el acuerdo, y fue muy hostil. El líder de los partidos conservadores comunitarios espera que el acuerdo de gobierno en Castilla y León suscrito entre el PP y Vox se trate de "un incidente" y no de una tendencia en España, además de reivindicar al presidente saliente, Pablo Casado, como "una garantía personal" frente a estos pactos. "Para mí ha sido una triste sorpresa, Pablo Casado era una garantía personal de mantener al Partido Popular en el centro derecha evitando este tipo de coqueteos con los radicales, con movimientos de extrema derecha como Vox", manifestó este mismo jueves en la cumbre del PPE en París.

Precisamente, uno de los asistentes a esa cumbre era el propio Casado, quien aprovechó para reivindicar su legado al frente de los 'populares' a pocas semanas de dejar el cargo y expresó públicamente su rechazo a pactar con la extrema derecha, aunque sin hacer ninguna alusión específica al pacto en Castilla y León, según informaron a Europa Press fuentes presentes en ese encuentro.

Cruce de mensajes

"Los partidos se definen con sus sus actos, sus amistades y su posición en los grupos europeos”. Casi simultáneamente a que se anunciara el pacto, Esteban González Pons, presidente del comité organizador del congreso y uno de los dirigentes más críticos con Vox, pronunciaba esa frase y no se retractaba dela definición de "extrema derecha" que otorgó al partido de Abascal.

O hay descoordinación en el seno del PP con el mensaje o todavía no hay un argumentario rígido que termine de establecer cuál será la posición ideológica con un partido que acaba de aterrizar en las instituciones. Y de su mano.

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