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El ataque a Ucrania provoca rechazo a la comunidad rusa en España: "Recibimos amenazas e insultos por teléfono"

Basta traspasar el umbral del pequeño restaurante Las noches de Moscú, en el madrileño barrio de Malasaña, para viajar al este de Europa. Las inconfundibles cúpulas de la catedral de san Basilio y una decoración en rojo y dorado adorna un local coqueto y exótico, cuya singularidad se intuye ya desde la calle. A pesar del ambiente acogedor y de la carta repleta de especialidades eslavas, el establecimiento está desierto un jueves pasadas las dos y media del mediodía. Nouredinne, su gerente, tiene claro el motivo: el rechazo a la comunidad rusa generada por la invasión de Ucrania.

La guerra iniciada hace más de tres semanas por Vladímir Putin ha provocado en este negocio una drástica caída de la afluencia, que ha bajado en torno a un 50%. "Lo hemos notado sobre todo el fin de semana. Normalmente dábamos 100 cubiertos y hemos pasado a 30. Se ha desplomado la carga de trabajo", explica Nouredinne, que no alberga dudas sobre las causas. A escasos metros de este local, regenta otro bar que nada tiene que ver con Rusia y en el que no han experimentado el mismo descenso de la clientela.

Abierto por el suegro de Nouredinne en honor a su padre, uno de los conocidos como 'niños de la guerra', Las noches de Moscú afronta ahora un periodo complicado a causa de este conflicto, tras haber superado crisis en 2008, 2013 y 2020, por el coronavirus. "Lo crearon para recordar una tierra que lo acogió. Ahora, la falta de comensales y la subida de los precios nos han obligado a despedir a dos personas. Si la cosa continúa así, podemos seguir un mes. Nos vamos a la ruina, no sabemos qué hacer", se desespera.

Amenazas e insultos por teléfono y en Internet

No obstante, las consecuencias de la guerra para este restaurante no se limitan a una significativa disminución de los clientes, sino que han recibido amenazas e insultos por diferentes vías desde el inicio de la invasión, relata el gerente. "Te vamos a violar" o "Vais a pagar por todo lo que estáis haciendo en Ucrania" son algunos de los mensajes telefónicos, procedentes de números ocultos, que han recibido los empleados de este restaurante, que han llegado a temer un posible ataque al local, resalta.

"Las personas que están contestando estas llamadas, las trabajadoras del establecimiento, son ucranianas"

"Las personas que están contestando estas llamadas, los trabajadores del establecimiento, son ucranianas. De hecho, el padre de una de ellas se ha marchado a combatir de voluntario. Son ellas las que soportan estas amenazas", detalla el gerente, que añade que provienen de españoles. También a través de las reseñas de Google y de las redes sociales han recibido insultos y comentarios peyorativos, de personas que se niegan a invertir su dinero en un negocio ruso.

En este contexto, Nouredinne llama a las personas tras estos comportamientos a abrir los ojos y darse cuenta de que están perjudicando a su propio país. "Estamos trabajando con materia prima española. La carne, la fruta, el pescado que usamos son productos de aquí. Han dañado a un restaurante ruso donde trabajan ucranianos, a los proveedores...", apunta, al tiempo que defiende que su local ni siquiera es exclusivo de comida rusa, sino eslava.

Oksana: "Estamos recibiendo sobre todo insultos por teléfono"

Sin embargo, el de Las noches de Moscú no es un caso aislado. "Compré una vez un adorno, pero ya no vuelvo. No quiero dar dinero a quienes nos van a llevar a la ruina y a no saber si despertaremos el día de mañana... Volveos a vuestro país a defenderlo y no a vivir del que, encima, os está dando de comer", reza una reseña en Google acerca de una tienda rusa. "Fuera", es el contundente recado hacia otro negocio del mismo origen.

Mensajes similares ha recibido en Barcelona Oksana, propietaria del restaurante ruso Souvenir, que prefiere no detallar el contenido exacto de las llamadas y las reseñas que está teniendo que sufrir. "Estamos recibiendo sobre todo insultos por teléfono. Bastantes. También a través de Internet. En algunas aplicaciones hemos deshabilitado los comentarios porque era un horror", señala.

"En algunas aplicaciones hemos deshabilitado los comentarios porque era un horror"

Igual que Nouredinne, esta rusa ha percibido una bajada sustancial de la afluencia en su restaurante desde el comienzo del conflicto, una caída de la clientela que cifra en aproximadamente la mitad. "Nos han anulado muchas reservas desde el inicio de la guerra. Algunos llamaron para cancelar, pero otros directamente no se presentaron", ahonda. Por el momento, todavía no han tenido que despedir a nadie, pero duda si, cuando regrese de su baja uno de los trabajadores y del ERTE otro, tendrán faena para todos.

Asimismo, lamenta que este odio no se limita a los restaurantes o las tiendas, sino que afecta a todo tipo de negocios. "Las academias que enseñan el idioma, las guarderías rusoparlantes... están muy afectadas. Incluso hay bulos en los colegios", agrega.

Apoyo ciudadano

También en Barcelona vive Genya, dueña del restaurante ruso Ekaterina, que recibió algunas llamadas y críticas en Internet durante los primeros días. Con una matrioska gigante en la persiana de su local, fue blanco de estos comentarios al principio de la guerra, pero enseguida se posicionó en contra del conflicto y estos mensajes desaparecieron. Junto a la entrada del establecimiento, ha colocado pizarras que piden el fin de la invasión y llaman a frenar a Putin, además de una bandera ucraniana en la misma puerta.

Frente a estas agresiones iniciales, que otros comercios continúan padeciendo, ella destaca el respaldo recibido por parte de muchos de sus vecinos. "Hablo con gente que conozco y me traslada su pena por el hecho de que estén sucediendo estas cosas. En cuanto manifesté mi postura respecto a Ucrania, desaparecieron estos mensajes y he sentido mucho apoyo de la gente", agradece.

"Hablo con gente que conozco y me traslada su pena por el hecho de que estén sucediendo estas cosas"

Sobre este respaldo ciudadano, Nouredinne y Oksana coinciden con Genya. Pese a los insultos y las amenazas, recalcan que muchos de sus clientes habituales se han volcado en defenderlos en redes sociales y en Google e incluso han acudido a sus establecimientos para transmitirles su apoyo. "A los que estáis dando una puntuación negativa a este restaurante por el mero hecho de ser ruso os falta un hervor (...) No sois revolucionarios, sois unos cretinos sin ningún tipo de criterio propio, y solo lográis crear más división y enfrentamiento si cabe", comentaba un usuario.

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