Tienen entre 3 y 15 años, llegan acompañados de sus madres y con un diagnóstico común: cáncer. El pasado viernes llegaron a la Comunidad de Madrid 28 niños ucranianos en condiciones muy vulnerables. Algunos han recibido recientemente un trasplante de médula y necesitan seguimiento, otros están en tratamiento con tumores cerebrales, linfomas y leucemias. Uno de ellos es Illia, de tan solo 3 años, está recibiendo tratamiento en el Hospital Universitario Infantil Niño Jesús, uno de los cuatro centros madrileños que acogerá y tratará a los niños.
"Illai se encuentra muy bien de ánimo, durante el viaje a España ha estado jugando con el resto de niños y se encuentra feliz. No se ha dado cuenta de que estuviéramos en guerra, pero con las sirenas de emergencia el pequeño sabía donde tenía que ir", cuenta a 20minutos Tetikiana Minkova, la madre de Illai.
La guerra entre Rusia y Ucrania está dejando miles de desplazados por todo el mundo, hasta la región han llegado cientos de personas procedentes de un país que se encuentra devastado. Entre ellos, 28 niños con enfermedades oncológicas, que están siendo ya tratados en cuatro hospitales madrileños con servicio de oncología pediátrica.
Vivir bajo el asedio impedía a los profesionales sanitarios salir al exterior en busca de provisiones de productos básicos y reservas, así como de llegar a otros hospitales o renovar equipos médicos. Los médicos recomendaron a la familia de Illia que debían de salir del país para seguir tratándose. Fuera, las sirenas, el sobrevolar de helicópteros y los zumbidos de artefactos no cesaban. "Era imposible continuar el tratamiento con la guerra, estábamos muy asustados por nuestro hijo, era huir o morir", asegura Tetikiana.
Según el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, "el cáncer es uno de los principales problemas de la emergencia sanitaria en Ucrania". Además, Tedros también apuntó a la falta de tratamiento para las enfermedades respiratorias y cardiovasculares y otros problemas.
Tetikiana e Illaid se vieron obligados a abandonar su ciudad, Mykolaiv, y refugiarse en Odesa cuando se intensificaron los bombardeos. Su madre y él salieron en busca de seguridad y tratamiento. "Al principio no tenía tanta pena de dejar Ucrania, pero fue un viaje largo y estresante", señala.
"Mi marido, mi hermana, mi sobrino y mis padres se han quedado allí. Mi mayor temor es que les ocurra algo. Lo que estamos viviendo en nuestro país es algo imposible de describir. Teníamos nuestras vidas tranquilas, y un día se termina todo", añade Tetikiana.
Madre e hijo llegaron en un avión militar hasta desde Polonia a Madrid, donde la Consejería de Sanidad dispuso que el Niño jesús, junto al Doce de Octubre, La Paz y el Gregorio Marañón, se hicieran cargo de la atención de estos menores.
"Estaban en buenas manos médicas, pero tuvieron que salir de allí obligados para poder tener la constancia con el tratamiento, el cáncer es una enfermedad que no se puede saltar un ciclo", señala el director de la Fundación Aladina, Paco Arango.
"Ucrania va a ganar la guerra"
Preguntada por cómo se siente en España y cómo ven su futuro, la madre de Illia contesta de forma muy rotunda: "Queremos volver a nuestro país, Ucrania va a ganar la guerra", sostiene
Tetikiana asegura que España les ha tratado "muy bien" en su llegada, que la gente ha sido muy atenta y no les han faltado de nada. "Cuando salgamos del hospital iremos algún pueblo de Madrid mientras todo esto pasa", añade.
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