Sánchez incumple su promesa sobre el Sáhara recogida en su programa electoral de 2019

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin previo a las elecciones generales de abril de 2019.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin previo a las elecciones generales de abril de 2019.
EUROPA PRESS
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un mitin previo a las elecciones generales de abril de 2019.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado un giro a la postura del Ejecutivo en el conflicto del Sáhara Occidental al trasmitir en una carta al rey Mohamed VI el apoyo de España a Marruecos en su propuesta para resolver el conflicto, en la que el país africano otorga competencias limitadas al territorio supeditadas en último termino a la voluntad de Rabat. Este nuevo posicionamiento español contrasta con el que presentó Sánchez en su programa electoral para las elecciones generales de 2019, cuando prometía respetar "el principio de autodeterminación del pueblo saharaui".

Entonces, el PSOE buscaba encontrar una fórmula con la que poner fin a la cuestión siempre sujeta al "cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas", que velan por salvaguardar el derecho de la población de decidir sobre su futuro, todo lo contrario a lo que propone Rabat en su plan, presentado a la ONU en 2007, bajo el que el Sáhara administraría las materias de economía o desarrollo social pero con el criterio marroquí, que se reserva el derecho de decisión sobre otras como defensa o religión, así como en la elección de su bandera o su moneda.

Programa electoral del PSOE para las elecciones generales de 2019
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Para alcanzar su objetivo, "trabajaremos para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui, así como para fomentar la supervisión de los derechos humanos en la región", se desprende del texto, en el que también menciona el papel de Mauritania y Argelia, "socios claves de España", como intermediarios en las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario.

Incredulidad desde Argel

La nación presidida por Abdelmadjid Tebboune, principal suministradora de gas a España, reconocía a través de una nota emitida por su Ministerio de Asuntos Exteriores sentirse "muy sorprendidos" por este cambio de parecer en el Gobierno, por lo que llamaba a consultas a su embajador en Madrid "con efecto inmediato".

Argel considera que se trata de un "brusco giro" por parte de la "antigua potencia administradora", y aún está por ver si esto se traduce en una ruptura diplomática que puede acabar afectando, entre otras cosas, al importante trasvase de gas que desde el país africano llega a España.

El Gobierno, mientras tanto, confía en que la adquisición de mayor cantidad de gas en Argelia calme los ánimos con la nación y evite el peor desenlace, pues le considera un aliado "estratégico, fiable y amigo", ha confirmado este domingo la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en una entrevista en La Razón. Este viernes, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, recordó que el "gaseoducto que une a España y Argelia puede poner todavía más en valor, incluso geoestratégicamente, esa asociación entre ambos países" en un momento convulso por la guerra en Ucrania.

Unidas Podemos rechaza la nueva postura

Las palabras del PSOE recogidas en dicho programa electoral han sido uno de los principales recordatorios que sus socios en La Moncloa le han transmitido a los socialistas con el paso de las horas, desde que el Gabinete real marroquí hiciese público que el estado español "reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara para Marruecos" y considera que su propuesta es "la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo".

La relación entre el PSOE y Unidas Podemos ha estado marcada durante toda la legislatura por sus posturas opuestas en varias cuestiones relevantes tratadas de antemano en el acuerdo de coalición, como la derogación reforma laboral o la nueva Ley de Vivienda. También se han producido choques entre ambos grupos por otros asuntos sobre los que han debido responder sobre la marcha, como la decisión de Sánchez de enviar armas a Ucrania a pesar de la negativa de la formación morada, lo que inició un nuevo fuego en el seno de Gobierno que ahora se recrudece con el nuevo posicionamiento de España a favor de Rabat.

Por eso, la reacción de figuras relevantes en la estructura de UP y del Gobierno no se hizo esperar. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue la primera en pronunciarse a través de sus redes sociales para reiterar su "compromiso con la defensa del pueblo saharaui" y hacer hincapié en que cualquier solución "debe pasar por el diálogo y el respeto a la voluntad democrática del pueblo saharaui".

Minutos después sería la líder del partido, Ione Belarra, la que defendería la misma idea citando a las Naciones Unidas, que recoge que la solución debe respetar la "libre determinación del pueblo saharaui". "España no debe apartarse del derecho internacional", advirtió.

También los ministros de Consumo e Igualdad, Alberto Garzón e Irene Montero, respectivamente, demandarían preservar los derechos de la población del Sáhara Occidental. "El pueblo saharaui es víctima desde hace mucho tiempo, y no se puede mirar hacia otro lado", y "tiene derecho a expresar cómo quiere que sea su futuro mediante un referéndum libre", aseguraba.

Pablo Echenique, portavoz del partido en el Congreso, ha sido el más incisivo de todos ellos, pues, tras recordar este viernes que "Marruecos está ocupando militarmente el Sáhara Occidental, en contra del derecho internacional y violando los DDHH de la población", compartía un día después el programa electoral de 2019 del PSOE recordándoles cuáles eran sus propuestas en esta cuestión.

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