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Roger Valls, fundador de Avetropic: "Hay ciertos animales que no son para tener en casa y los loros son uno de ellos"

Dos loros conviviendo en el centro de Avetropic.
AVETROPIC

Los pájaros son el tipo de animal de compañía que, como ocurre como algunos pequeños roedores, tendemos a pensar que no necesitan de muchos cuidados o atención. Sin embargo, ciertas especies son sumamente inteligentes y requieren de espacio, estimulación y compañía.

Sobre esto ha hablado a 20 Minutos Roger Valls, cofundador de la asociación Avetropic, cuya misión es salvaguardar el bienestar de las psitácidas (conocidas comúnmente como loros) que viven en condiciones de cautividad, así como contribuir a la conservación de aquellas que hacen lo propio en vida silvestre.

Por qué no debemos tener loros en casa

Cuando Roger y Noelia fundaron el aviario lo hicieron con la idea de tener un sitio donde criar aves psitácidas y enseñar a aquellas personas no sabían cómo tener de forma apropiada estos animales a darles una mejor calidad de vida. Sin embargo, en 2019, su rumbó cambió con la fundación de la asociación Avetropic, que ahora se dedica más al refugio de aves y a la divulgación informativa.

"El proyecto nos abrió las puertas para trabajar en un zoológico con estas aves y fue ahí donde nos cambió el chip. Trabajar de forma más individual y personal con ellas hace que empatices y te des cuenta que hay ciertos animales que no son para tener en casa. Fue ahí donde pensamos que podríamos realmente ayudar a estas aves a satisfacer sus necesidades más básicas", explica el cofundador.

Así, a finales de 2019 y principios del 2020, justo antes de que la pandemia por la Covid azotase el mundo, Roger y Noelia empezaron a trabajar en mejorar el bienestar de los loros que viven en cautividad. "Cuando vemos una necesidad, buscamos la mejor manera de cubrirla como buenamente se pueda. Por eso ahora trabajamos mucho el tema de concienciación sobre la tenencia de este tipo de aves", comenta Valls.

"Estamos en contra de la tenencia de estas aves como mascotas por la experiencia que tenemos sobre el tema. Muchas personas nos contactan para preguntar dudas o para solucionar problemas que tienen con estas aves y, la inmensa mayoría de loros que están en hogares no están en las mejores condiciones. Al final, ni las personas disfrutan de la convivencia con ellos, ni los lores están como deberían", explica Valls.

Como animales salvajes que son, los loros requieren de unos cuidados muy específicos y, especialmente, hay que darle una gran importancia al tema social. "Hay que fomentar que el animal esté activo, que busque comida, que juegue, que destruya ramitas o cualquier cosa", detalla el cofundador de Avetropic. "Además, a nivel social, son animales que viven muchas veces en pareja o en grupos, algo que no podemos proporcionarle teniéndolos en una jaula, que, probablemente, tampoco sea lo suficientemente grande para cubrir las necesidades físicas del animal".

"Sobre todo, me refiero a oportunidades de comportamiento, no solo necesitan el espacio, su sociabilización en una jaula es prácticamente nula, tienen pocas oportunidades para ocupar su tiempo y, son animales super inteligentes a los que tienes que estimular mucho", añade.

Rescate, rehabilitación y refugio

Además de todo el trabajo que desde Avetropic realizan en cuanto a formaciones y asesoramiento de cuidado de animales, la asociación también se dedica al rescate, la rehabilitación y el refugio de aves que lo necesiten. "Al final son los casos menores, pero también tenemos como objetivo el acoger animales que vienen de una tenencia inadecuada o aquellos que tienen problemas de salud o que se encuentra la gente en la calle, malheridos", explica Valls.

Loros buscando comida en el suelo en el centro de Avetropic.
AVETROPIC

Esta labor es compleja ya que los encargados no saben en todos los casos si se trata de aves que han estado en grupos anteriormente o no, o cómo es su carácter. "Tienen su propia personalidad, por lo que, además de rehabilitarlos a nivel físico, también lo hacemos en lo social, intentando que sepan vivir en grupo y dándoles las herramientas para que ellos encuentra su propia forma de adaptarse al mismo y así vivir en un entorno lo más natural posible", cuenta.

"Por desgracia, el principal problema con estos animales es que, como son salvajes, por mucho que te esfuerces en el entorno en el que viven y cuides muchísimo la forma en la que se desarrollan, esa premisa que se suele decir de 'quien no tiene animales bien es porque no quiere', con animales salvajes no siempre funciona", admite Valls.

Por lo tanto, los propios cofundadores reconocen que ellos solo intentan darle la mejor vida posible a estas aves, aunque saben que lo ideal sería que estuvieran en su hábitat natural, algo que "es imposible" cuando hablamos de aves criadas en cautiverio o que han estado durante muchos años encerradas en una jaula en una casa, como animal de compañía.

Para Valls, la parte más complicada de su trabajo es la rehabilitación de las aves, ya que su adaptación a un nuevo grupo dependerá mucho de si viene de un hogar (del cual pueden sacar información sobre su carácter), o si es rescatado de la calle, en cuyo caso deberán primero conocer el comportamiento y, después, integrarlo en un grupo si es posible.

"Después del periodo de cuarentena al que sometemos a todas las aves, por la seguridad de la salud de todos, lo primero que analizamos es la reacción de cada animal con respecto a otro. Algunos loros pasan completamente, otros reaccionan de forma agresiva, otros tienen miedo y huyen... Hay un trabajo muy lento de observación durante los primeros días", relata el cofundador.

Mientras que algunas aves se integran muy rápido en un grupo, otras pueden llegar a tardar años en estar preparadas para ese paso. "En estos casos, intentamos poner a los loros en instalaciones grandes donde puedan moverse mucho y desarrollar sus actividades como los miembros del grupo al que lo vamos a introducir. De esta manera, cuando se encuentran en el mismo espacio, empatizan unos con otros, ya que ven que todos están realizando las mismas actividades y que viven de la misma forma".

"En cualquier caso, van a aprender mejor a comportarse en grupo una vez estén integrados, más que por separado, ya que, como hemos dicho anteriormente, son animales muy sociables y muy activos, que viven mucho más felices en grupo o pareja que en solitario", concluye Valls.

Uno de los loros del centro Avetropic.
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Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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